EPILOGO

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EPILOGO.

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Volvió a vestir de negro, sus manos únicamente ocupadas por dos ramos de flores y aquellas dos cartas que por fin lograría leer. Dejo el primer ramo frente a la tumba de Ernst y el segundo en la de Evans, tomo asiento en el césped frente a la lápida Ernst y comenzó la lectura de su carta.

"Quizás nos riamos de esta carta inútil, quizás nunca la leas porque fallamos y te llevamos con nosotros o quizás la estés leyendo frente a mi lapida porque te conozco pequeña y sé que querrás estar lo más cerca cuando lo hagas...

Una sonrisa nostálgica se formó en su rostro, Ernst predecía los hechos con tanta razón que terminaban volviéndose realidad.

...sea la primera o la tercera la suposición correcta estoy seguro que casi lo logramos, que ahora puedes ser una persona que guarde tranquilidad en su corazón, alguien de quien por primera vez en toda mi vida me sentiré orgulloso sin importar el lugar desde donde te esté admirando. Encontrar una cura para Hadely se convirtió en mi primer objetivo autentico desde la primera vez que conocí tu historia, desde el día que tu hermano falleció y nos imploro estar a cargo de tu cuidado. No puedo escribir las palabras que tanto añorabas escuchar todo el tiempo que nos mantuvimos juntos y creo que vendrían siendo imposibles de escuchar de una persona que nació con sus emociones silenciadas, pero te agradezco pequeña, te agradezco por permanecer a mi lado toda mi vida, por ser mi estabilidad, mi sustento y sobre todo la persona que logro devolverme la humanidad que casi pierdo. Si esta carta llego después de que despertaras déjame decirte que eres una tonta pequeña, pero era necesario, además eres esa tonta por la que mi mente perdió el poder razonar y posiblemente por quien no pensaría una segunda vez y correría para protegerla. No quiero que llores ¿entiendes? Quiero que sonrías para mí porque de donde sea que este nunca te perderé de vista, pequeña".

Algunas lágrimas escaparon de sus ojos, pero las limpió de inmediato y sonrió abiertamente frente a la lápida de Ernst. Después se dirigió a la lapidad de a lado y abrió la carta de Evans.

"Ernst me obligo hacerlo. Ahora que lo pienso podría llegar a ser una completa realidad lo que pasa por su cabeza, en fin, solo quiero volver a ti, la idea de dejarte ir me vuelve loco caramelito, pero a la vez verte descansar de aquella carga tan pesada me reconforta y no me importaría quemarme en el infierno más ardiente solo por ti, solo para que aproveches esas emociones encima de todos, ¿los perdonaste cierto? Estoy seguro caramelito, aunque pudiste negarte a hacerlo y aunque de cierta manera parezca imposible ¡lo lograste! Deberíamos...ya sabes, incluso rogaría bajar a acompañarte las noches, es gracioso, pero lo anhelaría demasiado. ¿Se siente bien? Sentirte de esa forma se debe sentir bien, quizás no porque no estoy a tu lado porque yo sé que te mueres por mi... olvídalo hablando enserio debes vivir y sonreír con nuestros recuerdos porque gracias a ti entendí el verdadero significado de sacrificarse por alguien que en verdad vale la pena, porque me importa más tu vida que la mía. Ernst dijo que escribiera lo que pensara y eso es todo lo que pienso sobre ti, por favor no confundas esto con lo que no puedo sentir, mi caramelito te extrañare".

— Gracias por hacer algo que va en contra de ustedes. —dijo con una sonrisa de agradecimiento, aquellas cartas abrieron aún más su corazón.

Pero algo que para su visión era desconocida estaba ahí, dos almas frente a ella sonreían con orgullo y admiración, cada uno la abrazo con una suave brisa y después desaparecieron dejando que ahora ella liderara su propio camino.



GRACIAS POR HABER LLEGADO HASTA AQUÍ.

UNA CURA PARA HADLEY®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora