23: Ellen Brysht

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Yo: La encontramos...

Tony: Las coordenadas indican... –revisó los monitores– Oh vaya, está aquí en la Tierra.

Yo: ¿Enserio? –definitivamente, allí se veía los puntos de coordenadas– Nueva Jersey... interesante lugar para esconderse.

Tony: Fíjate que sí –habló sarcástico. Estaba por continuar cuando el teléfono del castaño vibró, al igual que su reloj tecnológico avanzado– Este mocoso...

Yo: Oh –tomé una bolsa de frituras– me olvide... –me metí un puñado a la boca– Ge taba de niñela de Parker..

Tony: Primero; come con la boca cerrada, segundo; no soy su niñera... sólo soy su... "maestro" –tartamudeo. Termine de masticar y tragar para hablar.

Yo: Oye, no te estreses. El niño te adora, eres su modelo a seguir, sólo no seas brusco con él –rodó los ojos– Deja que me encargue del resto, ya me ayudaste mucho Tony.

Tony: Si, si... –besó mi frente– Ya vuelvo, dile a Pepper que me espere...

Yo: Claro –salió por la gigantesca ventana, con su traje ya puesto.

Salí del lugar hasta mi habitación.

Yo: Viernes, dile a Pepper que Tony salió un momento a ver al mocoso de Queens.

Viernes: Por supuesto jefa Stark... tomé una camisa de botones negra, unos jeans cortos y recogí mi cabello en una coleta baja.

Baje al taller para buscar mi armadura, estaba tal y cuál como lo dejé la última vez, tuve que hacerle algunos arreglos pero ahora esta como nueva– ¡¡PIETRO!!

En un minuto el platinado estaba frente a mi con una cara asustada.

Pietro: ¡Te juro que yo no puse restos de café en el triturador, no me dejes sin frituras! –rodé los ojos.

Yo: Ya sé tonto... pero no te dejaré sin fritura, por ahora –suspiró– Quédate aquí por favor, cuida de Pepper. Tony también salió y... –miré a alrededor– Viernes, insonoriza la habitación.

Pietro: ¿Y...?

Yo: También saldré, ya averigüe de la señora esa y Edward no tardará en hablar conmigo en no ir sola y todo eso. No tengo tiempo para sus sermones y todo eso, necesito ir ya.

Pietro: Ok. ¿Qué quieres que haga? El puede leer mi mente fácilmente –asenti.

Yo: Pietro, es por eso que estoy bloqueando tu mente de pollo...  –asintió– quiero que cuides de Pepper y tal vez distraer a Edward.

Pietro: ¿Por que tienes que hacer eso? Quiero decir, nisiquiera se casan, no tienes que darle explicaciones, Romina –chasqueó sus dedos– Te estas volviendo como esas mujeres de siglos atrás. Edward te está arrastrando con él a su mundo de los sesenta.

Frunci el ceño– Tienes razón... ok entonces sólo cuida de Pepper y mi casa.

Pietro: Ok, vete rápido –sin más me dirigí al tercer piso.

En el camino me puse el brazalete para la armadura, cubriendo mi cuerpo. El gran agujero que estaba en la pared del tercer piso se abrió y salí volando a toda velocidad hasta que la llamada de Tony apareció.

Tony: Nos vemos a las afueras de Brooklyn, no te dejaré sola –asenti cuando conteste.

Yo: Claro hermano –terminé la llamada y dirigí mi nueva ruta.

De Brooklyn a Nueva Jersey. Plan perfecto.

...

¿Es aquí? –revisé mi teléfono, según Viernes era aquí.

Yo: Así es –nos quitamos las armaduras.

Tony: Pensé que viviría en una cueva o sería el lugar para un portal, no un edificio normal de seis pisos –me encogi de hombros, caminando hacia recepción.

Yo: Perdón... –Llamé la atención de un hombre– ¿Se encuentra Ellen Brysht?

El hombre lo pensó un poco pero asintió– La loca esta en la puerta C43, pasillo izquierdo en el cuarto piso.

Yo: Gracias –fuimos por el elevador.

Tony: ¿Escuchaste? –Mi hermano estaba como vieja chismosa– ¡Le dijo loca! ¿Qué si esta mal de la cabeza?

Yo: Tony, deja de actuar como señora de barrio, puede que no la entiendan, la gente no sabe lo que es o lo que pasado.

El me miró incrédulo.

Tony: Desde ahora te digo que si pasa algo te usaré como escudo –rodé los ojos.

Yo: Ya Anthony –salimos del elevador y hallamos la puerta indicada.

Toqué un par de veces y abrieron la puerta inmediatamente. Dejando ver una señora fina, con cabellos rubios, me parecía familiar pero no sabía de dónde.

 Dejando ver una señora fina, con cabellos rubios, me parecía familiar pero no sabía de dónde

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–Me pareces conocida —fue lo primero que dijo– Me recuerdas a María.

¿María? –pregunté confundida.

–Y tu a Howard –Miró a Tony.

Tony: ¿Es usted Elle Brysht? A mi me parece que es una loca –solté un suspiro.

Yo: ¿Conoció a nuestros padres? –sus ojos se agrandaron por la sorpresa.

Ellen: Tú eres Romina, ¡Claro que conozco a tu madre! Soy vuestra tatarabuela, mi mente trataba de procesar lo que dijo.

Tony: ¡Pero si esta más vieja que yo!

Yo: ¡Tony!

Ellen: Entren muchachos, será mejor aclarar las cosas aquí dentro –se adentró dejando la puerta abierta.

Le indiqué a Tony con la mirada que entrara y obligado entro bufando.

Tony: ¿Por qué acepte venir? –se preguntó dramáticamente.

Yo: Cierra la boca y entra Anthony –cerré la puerta detrás mío.

...

Hola amig@s, perdón por lo corto.

Romina:

Romina:

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Avengers Y... ¡¿Crepúsculo?! | Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora