La superheroina más conocida por todos, con poderes increibles. Se aleja de la vida en la ciudad para vivir una vida tranquila ¿Forks? Un lugar tranquilo y sin problemas, o eso creía ella hasta llegar y conocer a cierto vampiro.
🥇- Edward Cullen
...
Faltaban dos días para la gran boda, en todo este tiempo pasó muy rápido. Me sentía; feliz, triste, confundida, entusiasmada. Una combinación rara de sentimientos.
Flashback
–Romina María Stark Carbonell –sino mal recordaba, el que hablaba era Layto, dios del fuego y destrucción.
Yo: Hola –no sabia que hacer. ¿Una reverencia? Si, eso hice– ¿Layto, no es haci?
Layto: No te equivocas, hay una razón por la cual fuiste traída –con la mirada señaló a un punto en específico. A unos metros de ellos se encontraban unos lindos cristales.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Theo: Esos cristales que ves, serán tu mayor ayuda joven Stark –dios de la esperanza, ese era Theo. Per no entendía nada.
Cystel: El punto, es que algo muy malo se viene en un futuro no muy lejano –sus rostros mostraban preocupación. Eso me preocupaba a mí también.
Yeri: Será mejor que no lo hagas, no mires el futuro.
Me detuvo al ver las nebulosas azules en mis brazos.
Yo: No entiendo nada de lo que dicen –suspire.
Kelos: Tampoco entendíamos nada a tu edad, pronto sabrás el por qué de las cosas, esperamos no falles en el intento.
No entiendo nada.
Layto: Es hora de que asumas el poder, Romina ahora todo será para ti –apreté los puños nerviosa.
Yo: Yo no pedí nada, tampoco quiero más poder del que ya tengo... –miré a Edward quien parecía estar igual que yo– ¿Eh.. que haces?
Theo: No tenemos tiempo –retrocedi unos metros, esa cosa con cristales flotaba en mi dirección.
Edward: Vámonos de aquí –él iba a tomar mi brazo pero se detuvo en el aire.
Yo: ¿Que pasa? –intente moverme, tampoco podía. Utilicé mis poderes, fue en vano.
Yeri: No luches, tu destino está marcado Stark...
Fin Flashback
Yo: Tsk... Todo esto es muy frustrante –murmure mirando el libro frente a mi, al igual el ahora brazalete en mi muñeca.
No se podía quitar con nada.
Pietro: Cortate la mano –le lancé un cojín en la cara.
Yo: No gracias, tu sugerencia es muy mala.
Las cosas cambiaron para mí, ahora sufría de sueños raros... muchas veces con objetos en específico, lo que recordaba era el escudo de Steve y un raro guante.