Narrador omnisciente
| Tres meses después |
Edward: Recuestate Romina has estado de pie todo el día -aquella castaña rodó los ojos. Hizo lo que su esposo le dijo pero a regañadientes.
Estaba embarazada, no se iba a morir con dar unos pasos. Ahora con tan sólo tres mese su vientre muy abultado se notaba, parecía una mujer con cinco o seis meses con un bebé dentro. Nadie le creería si dijese que es su tercer mes, pero por ello Edward trataba de cuidarla.
El vampiro se había hecho más cercano y sobre protector de lo que ya era, según él, ahora proteger a sus dos amores. Todos tenían la vaga esperanza de que aquel bebé sin nacer fuera hombre, nadie sabia el sexo ya que al parecer la máquina ultrasonido no funcionaba al cien en el vientre de la Stark.
Por otro lado... faltaban tres meses para la boda de su hermano Tony, donde primero harían una cena familiar por petición de su pelirroja cuñada. Así que todos esperaban con ansias al bebé; Tony era el más ansioso porque como era costumbre, quería presumir y consentir a su pronto sobrino o sobrina.
Edward: ¿Has pensado en los nombres? -aquel vampiro también se ponía impaciente por interactuar con su esposa sobre el bebé. La pareja estaba acostada en la cama en su ahora propia habitación compartida.
Romina: Lo he pensado, tal ves si es niña podría ser el nombre de tu madre biológica o Esme. Junto el nombre de mi madre -el pálido asintió sonriente, signo de que estaba de acuerdo- Si es niño; Howard Carlisle, el nombre de sus abuelos -su esposo volvió asentir.
Edward: Cualquiera esta bien. Se lo que sea, va a tener mucho amor -se abrazaron cómodamente.
Romina: Edward -el mayor emitió un "mmhh" que le indicaba a la castaña continuar- tengo hambre...
Eh ahí de nuevo una de las torturas para el pálido, los antojos de su esposa salían a las altas horas de la noche y no es que le moleste porque Edward nisiquiera salía a comprar nada, era Pietro a quien despertaba para mandarlo a los recados, el pobre platinado quería protestar pero ganando la apuesta el vampiro le prometió un nuevo videojuego al valocista. Volviendo a lo de Edward, el no salía pero sin embargo su tarjeta dolía de lo mucho que iba a sacar dinero porque la chica Stark se negaba rotundamente a gastar un sólo centavo en aquellas raras comidas.
Suspirando preguntó.
Edward: ¿Ahora que quisieras comer? -esperó la respuesta.
Romina: Una pizza con champiñones -asintió sin preguntar aún estando extrañado por el pedido.
Si bien, sabía que a su esposa no le gustaban los champiñones. Pero recordó el consejo que sus padres le dieron sobre; las mujeres embarazadas cambiaban sus gustos, mucho más en las comidas así que los antojos podrían ser demasiado raros.
Edward: Claro, vendré en poco -salió con una mueca al encuentro del platinado, quien estaba dormido cómodamente en su cama....
Hasta que sintió las bruscas movidas que le daban, abrió los ojos encontrándose nuevamente con el rostro de aquel pálido que tanto fastidiaba. Se estaba acostumbrando a los recados a media noche... con pereza y enojo, se levantó y tomó el dinero de Edward.
Pietro: Cuando ese niño nazca, le diré que su padre fue un irresponsable antes de su nacimiento. También te saldrá caro estos favores -salió irritado de su habitación, dejando al mayor suspirando.
El platinado salió en el encuentro de Emmet, quien a petición de su hermano le esperaba con el coche en la entrada, al sentarse en el asiento de copiloto, el musculoso de Emmet soltó una risa de burla para el humano alterado quien bufo con fastidio.
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Avengers Y... ¡¿Crepúsculo?! | Edward Cullen
Hayran KurguLa superheroina más conocida por todos, con poderes increibles. Se aleja de la vida en la ciudad para vivir una vida tranquila ¿Forks? Un lugar tranquilo y sin problemas, o eso creía ella hasta llegar y conocer a cierto vampiro. 🥇- Edward Cullen ...