En los genes del lobo

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Tras varios intentos de Edward y Alice conseguí calmarme y salir de fase por lo que con el corazón en un puño me volví a meter en el coche.

- Lo siento chicos, no era mi intención, espero no haberos lastimado ni nada- ambos negaron- a esto me refería con que no soy normal, soy una híbrida Bella.

-No, si de eso ya me he dado cuenta, pero ¿es posible?

-Creo que es hora de aclarar un par de puntos, mi madre es vampiro y según me contaron pudo tenerme gracias a un hechizo que hizo mi tía que la dejaba ser humana durante 24 horas, en ese tiempo conoció a mi padre y boom aquí estoy- alcé las manos e hice un movimiento de jazz- por parte de padre, sin embargo, soy metamorfo. Conozco a los Cullen desde hace ya casi 10 años o incluso más ya que viví en La Reserva hasta los 14 más o menos hasta que los Vulturi atraídos por mi don, bueno, me secuestraron por decirlo de una  manera amigable. Tiempo después de llegar a Volterra me transformé en lobo por primera vez, primera y única vez en el castillo, no quería exponerme delante de decenas de vampiros. A los 17 dejé de crecer y estoy estancada en esa edad al igual que pude contactar con mi hermana que me informaba de todo hasta que mi hermano pequeño se enteró de que me comunicaba con ella y me montó un drama-reí ante ese recuerdo- con mi padre no hablé, solo sabía de él lo que me decían y me arrepiento muchísimo.

-¿ Por qué? si no es muy imprudente preguntar- reí amargamente ante la pregunta de la castaña

-La verdad es que un poco si lo es, pero bueno... ¿No es muy lista no?- intenté ocultar las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos con ese comentario sarcástico- Bella, mi padre es Harry, por eso me he puesto así cuando lo has dicho. - los ojos de Bella se abrieron como platos- soy la mayor de mis hermanos y a Leah le saco poco más de un año, ahora que sabes todo ¿podrías acelerar Alice? me gustaría llegar pronto.

Alice hizo caso a mi petición y antes de que pudiese darme cuenta nos encontrábamos aterrizando en Seattle, Edward quería coger un coche pero yo descarté la idea al percatarme de que era de noche y fui corriendo a mi hogar hasta que pude ver el límite de los terrenos, sabiendo que no me reconocerían decidí que lo mejor sería entrar como un turista normal y eso hice encaminándome hacia mi antigua casa donde pude ver las luces encendidas, eso me extrañó pero aún así me dirigí a la casa y toqué con el miedo recorriendome el cuerpo, segundos después la esposa de mi padre, Sue salió de la casa con aspecto esperanzado y profundas ojeras en su rostro, al verme se sorprendió. No había cambiado mucho pero lo suficiente para generar la duda.

-¿Valerie?-yo solo asentí dejando lágrimas caer y salté a sus brazos, a pesar de no ser mi madre biológica, Sue se había comportado como una y me trató igual que a sus otros dos hijos -Oh mi pequeña, siento tanto esto.-Yo negué

-Sue, no es nada, no es culpa tuya. ¿Dónde están los chicos?- al decir esa frase las lágrimas de la mujer aumentaron- Sue puedes decírmelo, si no puedes hablar lo entiendo- hizo el amago de hablar pero no salía ninguna palabra de su boca- No pasa nada, necesito que me des la mano, voy a utilizar uno de mis dones contigo, no te va a doler te lo prometo- tomé su mano cuando me la extendió y pude ver como tanto Seth como Leah entraban en fase por primera vez- Ya está tranquila, voy a ir a buscarlos ¿vale? Si es necesario hablaré con Billy Black y con el viejo Quil para poder hacer algo. 

- Yo formo parte de este, por favor encuentra a tus hermanos- asentí y le di un último abrazo para luego salir de la casa gracias al olor de la casa podría encontrarles rápidamente, era difícil no detectar el aroma que trasmitía su casa.

No tardé en escuchar aullidos lastimeros por lo que guiada por el sonido me interné en el bosque y me encontré a toda una manada y en medio una loba gris, "Leah" fue el único pensamiento qué cruzó mi cabeza. Sabía que si me acercaba como loba me verían como una amenaza así que sigilosamente cambie de forma y me puse el vestido que tenía enredado en mi pierna, después de eso me acerqué con todo el sigilo que ocuparía cualquier vampiro. Intentando no causar un lío muy grande carraspeé la garganta haciendo que todos se girasen a mi gruñéndome, di un pequeño paso adelante con la mano alzada en modo de paz y me dirigí a Leah.

-Leah, se que estás asustada y te sientes culpable pero tienes que relajarte, escucha mi voz ¿vale? Hace unos años pasé por lo mismo y yo estaba sola rodeada de vampiros por lo que se mejor que nadie el miedo que se pasa.- Mi hermana se acercó a mi aún sin creer que me encontraba allí- He vuelto Lee y me voy a quedar, te lo prometo- Llevé mi puño mi boca dándole un pequeño beso en los tres dedos del medio tal y como lo hacíamos de pequeñas. Llegado a ese punto Leah se encontraba restregando su cabeza en mi pecho junto con pequeños aullidos, estaba llorando- No llores anda, vamos a casa, Sue está preocupada, me ha pedido que os encuentre, por cierto ¿y Seth?- un lobo color arena dio un paso adelante- ¿ No vas a saludarme, enano?- mi hermano cambió de fase quedando desnudo - ¡SETH, PONTE UNOS PANTALONES, POR FAVOR!

- Oh,si - cuando se los puso me di la vuelta pero segundos después me encontraba en el suelo con el pequeño, ya no tan pequeño de la familia encima mio- ¡VAL! Qué bien que estás aquí, bueno preferiría que hubiesen sido en otras circunstancias pero estás aquí y has dicho que te vas a quedar.

-Seth, sabes que te quiero mucho, pero sigo necesitando respirar - mi hermano aflojó el agarre pero su brazo seguía sobre mis hombros.-Volvamos anda.

Y así los hermanos Clearwater nos dirigimos a nuestra casa con la manada detrás, sabía que no se fiaban de mi y estaban dispuestos a atacar si fuese necesario, pero eso a mi me da igual, estaba en casa, con mis hermanos y cada vez más cerca de averiguar quien era yo en realidad