Nueve.

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Me bajo los pantalones lo más rápido que puedo, y los dejo hacia un lado del frío suelo en el cual estamos dándonos calor desde hace un muy buen tiempo.

_____________ se acerca gateando hacia mí, y toca mi miembro erecto por encima de mis bóxers. No tardo en pasar mi mirada por todo su semejante culo enorme.

Le doy una nalgada mientras sus labios besan mi polla, ella ríe. Y me baja los bóxers, haciéndome quedar ridículamente desnudo.

Puedo sentir como cierta vergüenza se apodera de mi cuerpo pero la ignoro.
Mis manos vuelven a tocar los globos de su culo con todo el descaro del mío, paso mis dedos por su segundo agujero, escuchando sus tiernos gemidos que solo nublan mi mente de placer.

Sus labios se dirigen a mi polla.
Y succiona la punta, aún dándome una perfecta vista de su culo. Vuelvo a nalguearla, asegurándome de dejar la marca de la palma de mi mano en una de sus nalgas.

-Levantate.

Le indico.
Ella niega.
Volviendo a introducir mi polla dentro de su boca.

-Quiero chupartela.

Sonrío.
La levanto a la fuerza a pesar de sus palabras y vuelvo a besarla con fuerza, sintiendo perfectamente el contacto de su lengua con la mía.

-Quiero que disfrutes.

-Pero...

-Pero nada.

Muerdo su labio inferior. En un movimiento rápido, la pongo en cuatro, ella se sostiene contra la pequeña mesa de cristal en la sala, dándome una mejor vista de su cuerpo.

Mojo dos de mis dedos con un poco de saliva y los llevo hacia su vagina, los froto. Para luego dejarlos de lado y comenzar a frotarla contra mi polla.

Sus gemidos se intensifican.
Y mi excitación crece.
Cuando estoy seguro de no poder aguantar más sin haber estado dentro de ella, introduzco todo mi miembro en su vagina.

Coloco mis manos en sus pechos, los presiono para hacerla gozar aún más.

Meneo las caderas con lentitud, dándome el lujo de observar la fuerte vista que tengo frente a mí. Su culo comienza a moverse al mismo compás de mis movimientos. Deleitándome.

¿En qué demonios pensó ese hombre para engañar a semejante mujer? ¿Tenía mierda en la cabeza o qué?

Aumento mis embestidas, comenzando a sentir una fin capa de sudor sobre mi frente. Dirijo mis manos hacia sus caderas, las aprieto sin pudor alguno, haciéndola gritar.

-Más duro- gime. Poniéndome más duro, claro, como si fuese posible- Estoy por venirme.

Me relamo los labios y eso es lo que hago.
Al poco rato siento como mi miembro acaba de ser cubierto por la crema de mi profesora de arte. Sonrío.
Y quito mi polla de la entrada de su vagina.

_____________ se aferra contra la pequeña mesa de cristal, tratando de recuperar el aliento. Sonrío.

-Aún no hemos acabado.

Coloco mi polla sobre su segundo agujero y presiono suavemente contra este. Robándole un gemido de dolor.

-¿Ya lo haz hecho por aquí?

Ella niega.
Contengo un gemido.

-Será tu primera vez entonces.

Riesgo | Ross Lynch. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora