10.

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— ¡Es tan cursi!— Exclamó bajito, abrazando con fuerza su pequeña almohada.— Pero... ¡también es muy lindo!

Cuando Eren volvió para poder explicarle todo lo sucedido a su mejor amigo, agradeció desde el fondo de su corazón que sus padres estuvieran durmiendo. Realmente no quería lidiar con ninguno de ellos por el momento, además, Levi se había tomado la molestia de lograr animarle y se sentiría frustrado si alguien arruinara aquello.

Armin no dejó pasar de lado la situación de la reciente "relacion" que su amigo comenzaba a formar con el Ackerman y, a pesar de estar feliz por él, no quería que tuviera problemas con Mikasa de nuevo.

La pelinegra podía ser su mejor amiga, pero su comportamiento con el ojiverde se tornó fatal, ¡debería disculparse!, bueno, si de verdad lo sentía.

La conversación entre los dos duró un buen rato, incluso se tomaron el tiempo de desayunar juntos ante ello. Por otro lado, no faltaba mucho para que Eren tuviera que asistir a sus clases nuevamente, como frecuentemente lo hacía, sin embargo, ¡no podía conciliar el sueño! y, podía decir con seguridad, que era todo culpa del peli-negro.

— Él... no me respondió.— Susurró, hablando consigo mismo, mientras se recostaba boca-arriba sobre su cama, mirando su manito elevada.— ¿Le gustaré también?...¡Maldición, ni siquiera quería decirle aquello tan de repente!— Tapó su rostro, rodando de un lado a otro.— Ah... parezco una colegiada enamorada, ¡es tan patético!

Relamió sus labios con suavidad y cerró con tranquilidad sus ojos, intentando recordar con exactitud la imagen de aquél beso.

Levi tenía... tenía tanta experiencia, incluso se atrevió a cuestionarse cuántas veces habrá besado de igual forma a alguien más, o más claro aún, ¿qué tan lejos habrá llegado él con alguien más?

Sin siquiera intentarlo, de un momento a otro, pudo recordar las palabras del mayor con claridad: "Te enseñaré", eso fue lo que él había dicho. Por alguna razón, lejos de sentir celos por su cuestionamiento, un tierno color carmesí adornó sus mejillas y su corazoncito comenzó a latir con fuerza, sintiéndose sumamente ansioso por ello.

Dejó escapar un suspiro al sentir su cuerpo repentinamente pesado e intentó levantarse con dificultad; soltando un pequeño chillido al sentirse sumamente sensible. Su vista se nubló y el calor se apoderó por completo de su cuerpo haciéndole temblar.

El miedo recayó sobre él al no entender lo que estaba pasando, además, aquellas sensaciones eran tan extrañas que se sentía a morir. ¿Acaso se había enfermado? era lo que se cuestionaba sin cansancio, pero en realidad lo que pasaba era que, después de dieciséis años, Eren finalmente había conseguido entrar en celo como cualquier otro Omega.

𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀
偽のアルファ

— Yo... Estoy asombrado.— Admitió, sentándose sobre su silla que yacía detrás de su escritorio.— Al parecer tendremos que aumentar la dosis ahora que tu primer celo se ha presentado, por lo que veo los supresores que te he entregado con anterioridad ya no serán efectivos.— Murmuró con seriedad, entregándole un pequeño frasco repleto de supresores, completamente distintos a los que solía consumir.— ¿Podrías explicarme qué fue lo que pasó?

El ojiverde apretó los labios, ¿cómo iba a explicarle si ni siquiera él podía comprender del todo lo que ocurrió? Además, aunque lo supiera, se negaba a decir siquiera una palabra del tema con su padre presente. Ni siquiera sabía qué hacía él ahí, ya que detestaba aquellas citas.

Anoche no sólo había conseguido entrar en celo, sino que también desprendió sus feromonas inconscientemente, inundando por completo su propio hogar. Sus padres se percataron de aquello y Carla, al ser la más indicada, se encargó de la situación; intentando calmar a su hijo con su leve dosis de supresores. Sin embargo, aquello les había tomado por sorpresa, ya que el ojiverde no había dado señales ni rastros de absolutamente nada, además de que siempre tomaba su dosis correspondientes.

偽 fake alpha ━ rirenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora