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Sus ojitos celestes pestañearon con confusión cuando los Betas frente a él le entregaron cuatro boletos, los cuales supuestamente correspondían a una especie de juego en la Isla. El que hubieran actividades variadas era lo normal, todos los turistas lo sabían de antemano cuando entraban a las páginas; ya sea para reservar hoteles o simplemente informarse. Sin embargo, era la primera vez que uno de los juegos incluía boletos.

— ¿Por qué... están dándome esto?— Cuestionó con timidez, sintiendo la mirada celosa de su pareja sobre él.

El castaño había estado con una mueca de disgusto desde que los dos desconocidos se acercaron a su Omega. ¿Y esa confianza para hacerlo?

— Nosotros... somos trabajadores nuevos.— Murmuró uno de ellos, aunque el castaño no se fió ni un pelo de sus palabras. ¿Trabajadores nuevos a esta altura del año?, sí, seguro. Lo único que conseguía toda esta situación era causarle una mala espina.

— Así es. Y, en nuestro primer día, nos han encomendado repartir estos boletos para que más personas participen del juego que, por cierto, es igual de nuevo este año.—Murmuró el otro, soltando una pequeña risa.— Ya saben, es para que logremos interactuar aún más con los turistas.

— ¿Un juego para trabajadores y turistas?— Cuestionó Jean de brazos cruzados, tomando por sorpresa a los supuestos trabajadores, mientras se acercaba a ellos.— ¿Estás hablando en serio?

— Sí, así es.— Contestó el más bajo de ellos.

— Es... algo extraño.— Comentó el ojiceleste, observando los boletos con desconfianza.— ¿Es una búsqueda del tesoro o algo así?

— Eres adorable, ¿te gustan esa clase de juegos?— Cuestionó el más alto, consiguiendo que el Alfa frunciera el ceño ante su tono coqueto. ¿Estaba buscando quedarse sin lengua?— Más bien... es un recorrido para valientes.— Aclaró, acercándose un poco más al rubio, para así poder deslizar su brazo al rededor de su hombro. El menor tragó en seco y Jean arqueó una ceja, incrédulo.

— Oye, si no quitas tu asqueroso brazo de salchicha voy a cortarlo en mil pedazos.— Amenazó.

— ¿U-un recorrido?— Cuestionó con nerviosismo para cambiar el tema. Literalmente podía sentir a miles de kilómetros las fuertes feromonas del mayor, estaba enojado y eso no era bueno.

Armin se alejó con suavidad y cierto disimulo, al ver que el Beta se negaba a hacerlo a pesar de las advertencias de su pareja. Sonrió a modo de disculpa y se encargó de tomar una distancia considerable, sólo para evitar problemas.

— Se realizará en el bosque de la Isla.— Sonrió de igual forma, bastante divertido con la situación.— El juego consiste en recorrerlo sin morir de miedo en el intento.

— Habrá premios y, claramente, será un recorrido en parejas.— Murmuró el otro, quejándose mentalmente por el inmenso problema en el que su compañero estaba metiéndolo. Después de todo, su maldito trabajo no consistía en coquetear con otros Omegas que no fuera el asignado.

— Parejas al azar.— Aclaró el que se encontraba cerca del Omega, intentando acercarse aún más.

— Suena pura mierda.— Saltó el castaño, acercándose de antemano al más bajito, mientras uno de sus brazos rodeaba de forma posesiva su cintura.

— ¿Huh?, no recuerdo haberte dado las invitaciones a ti. Se las di la niño bonito.— Aclaró el Beta, sin borrar su sonrisa.— Si no te invita, no tendrás que ir, así que no necesitas preocuparte.

— ¿Estás ciego?— Cuestionó con el ceño fruncido, aguantando las ganas de mandarle al otro lado del mundo tras una golpiza gratis.— Este niño bonito y yo somos pareja, si tenemos que ir a algún juego barato, iremos juntos.— El Omega soltó un suspiro y asintió, dándole la razón, pero el Beta simplemente se encogió de hombros, restándole importancia a sus palabras.

偽 fake alpha ━ rirenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora