偽 fake alpha ━ riren

25.

— ¿Te sientes bien con eso?— Murmuró bajito, acariciando con suavidad el cabello de su pareja.

— Estoy bien, sólo me sorprendí al escucharle.— Suspiró, cerrando sus ojos con suavidad.— Aunque sentí que iba a dejar un hueco en mi cabeza si continuaba mirándome.— Admitió y Eren rió ante su comentario, incluso él lo había notado.— Como sea, estoy más tranquilo ya que te lo tomaste con calma e incluso te dedicaste a escucharme.

— ¿Pensabas que iba a sacar conclusiones como un novio celoso?— Soltó una risita al escuchar la ajena, negando repetidas veces. Aunque, bueno, tampoco podía negar que se había sentido celoso al presenciar la belleza de la Omega en el escenario; realmente era bonita y el aroma que desprendía era increíble, ¡pero simplemente no podía confesarlo!

— Quién sabe. Quizás hasta me hubiese gustado.

— Lamento arruinar tus ilusiones.— Murmuró entre risas, levantándose con suavidad para poder sentarse sobre la cama.— Iré a probar las aguas termales con Armin antes de dormir.— Avisó una vez que se adentró al baño, deshaciéndose ahí de sus prendas, para luego tomar entre sus manos una de las toallas que ofrecía el servicio y cubrir su cuerpo con ella.

— ¿Aguas termales?, ¿también hay esos servicios?— Cuestionó sorprendiendo, después de todo sí era un lugar increíble.

— Lo sé, es realmente increíble, ¿no?— Cuestionó de igual forma, sonriendo al recordar la invitación de las chicas del hotel; sumamente desesperadas con el objetivo de que sus clientes tuvieran el mejor servicio.

El ojiverde salió del baño luego de doblar sus prendas y se sonrojó de forma inevitable al recibir de forma inmediata la fija mirada del mayor, quién yacía sonriendo mientras ladeaba su cabeza; observándole de arriba a abajo.

Si bien ya habían hecho cosas peores, para Eren aún era complicado acostumbrarse, de igual forma, eso no molestaba en lo absoluto al ajeno, al contrario, agradecía el poder presenciar de vez en cuando a su pareja tímida y sonrojada; dejando de lado su comportamiento fuerte que, por cierto, también le encantaba.

— ¿Irás así?— Cuestionó el mayor, levantándose de la cama para poder quedar frente al más bajito.

A pesar de que no le molestaba para nada que Eren mostrara más de lo que –según otros– debía, ellos no eran los únicos presentes en el hotel y, por lo tanto, la cantidad de Alfas presentes era incontable. Además, tanto Eren como Armin carecían de una marca.

— No puedo entrar con ropa...— Respondió, atreviéndose a mirarle con una sonrisa; pudo sentir su preocupación.— No te preocupes, estaré bien.

— ¿No quieres que te acompañe?— Eren negó y tomó con suavidad el rostro del pelinegro, dejando un casto beso sobre sus labios.

Levi suspiró y asintió ante su pequeña sonrisita, dejando que sus manos se deslizaran hacía la cintura impropia para luego unir sus labios en un beso más duradero.

El menor no se negó, al contrario, rodeó con confianza sus brazos en su nuca con la intención de intensificar el mismo, robándole de esa forma repetidas sonrisas al mayor.

Cuando el beso logró dar paso a los toques inofensivos entre sus lenguas, el más bajito rompió con suavidad el mismo; ya que sabía lo que podría ocurrir si continuaban.

Levi frunció el ceño, teniendo la clara intención de llevarlo hasta los extremos e incluso aprovechar para marcarle, sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, el sonido de los golpecitos en la puerta le hizo rendirse por completo.

— Tu de verdad tienes como hobby interrumpirnos.— Murmuró con una sonrisa fingida luego de que el ojiverde abriera la puerta de la habitación, para así presenciar al rubio detrás de ella.