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Sus ojitos azules yacían brillando con entusiasmo mientras una sonrisa de ilusión se formaba sobre sus labios, observando de un lado a otro la entrada del bosque que sería cómplice del último juego en la Isla. Estaba emocionado, demasiado. No obstante, le pareció ciertamente extraño que, además de él y sus amigos, pocas personas hubiesen asistido.

— Estamos a tiempo de irnos.— Comentó el castaño con el ceño fruncido, cruzándose levemente de brazos.

— ¿Sigues paranoico?— Se burló el Ackerman, mientras deslizaba su brazo hasta conseguir abrazar el cuerpecito del menor. Eren sintió sus mejillas ruborizarse levemente por lo mismo, pero aquello no le impulsó a alejarse en lo absoluto. Al contrario, se acurrucó como pudo en su pecho; disfrutando de lo cálido que se sentía estar junto a él.

— No es paranoia.— Insistió, para luego girarse hacía su pareja.— Bebé, olvida esto. ¿No crees que sería mejor un baño calentito, para luego dormir abrazados? Venga, dime que sí.

— Armin, no te dejes engañar.— Intervino el Jaeger antes de que su mejor amigo pudiera contestar, esbozando una sonrisa divertida.— ¡Está intentando usar los encantos que no tiene!

— ¿Qué quisiste decir con eso?— Inquirió con el ceño fruncido, recibiendo las pequeñas manos de su novio sobre su rostro.

— No te preocupes demasiado. ¡Será un juego rápido! Luego podremos hacer lo que tu quieras.

— Sigues siendo un dominado.— Comentó el pelimarrón, causando que el rubio simplemente riera. Quizás lo era, un poco. Pero pensaba que su mejor amigo no se quedaba atrás.

Poco después los empleados que anteriormente habían repartido las entradas se hicieron presentes en el lugar, ubicándose frente del sitio; para que los demás pudieran verles con atención. Jean frunció el ceño al ver al idiota que había coqueteado con su pareja, sintiendo su sangre hervir cuando el imbécil se atrevió a mirarlo nuevamente y saludarlo con una sonrisa; la cual inmediatamente fue correspondida por el rubio. Sin embargo, sus inmensas ganas de querer golpearlo no eran las únicas.

— Un trabajador nuevo, eh.— Comentó, esta vez Levi, mientras observaba con atención al Beta de la mañana anterior. Eren, por otro lado, elevó sus cejas en señal de sorpresa, pero se limitó a guardar silencio, aferrándose inconscientemente al cuerpo de su pareja cuando la vista del desconocido se cruzó con la suya. Ese rubio gigantón le daba mala espina.

Posteriormente, los Betas se encargaron de repartir pequeños papeles en blanco donde correspondería ir el nombre de cada jugador, para luego ser mezclados dentro de una pequeña bolsa por ellos mismos; así las parejas formadas serían completamente al azar, con la supuesta excusa de entablar nuevas relaciones con los demás y salir de lo habitual. Aquello no duró mucho, pues segundos después todos ya se encontraban con su pareja correspondiente.

Vaya mierda.

— ¿Me lo prestas, entonces?— Murmuró el rubio, luego de haberse acercado con una sonrisa, en un intento por parecer inofensivo.

Levi observó una de las manos ajenas extenderse hacía él en busca de la mano de su omega. Menudo idiota, ni que fuese a bailar con él.

Para su suerte, su rostro inexpresivo escondía a la perfección el asco y enojo que sintió con aquella sonrisa falsa. No era un idiota, muchas de sus acciones no le cuadraban en lo absoluto y no tenía pensado soportar exponer al menor a algún peligro más, mucho menos en pleno viaje de vacaciones.

— Mantén las manos lejos si no quieres perderlas.— Amenazó, demostrándole que no dudaría en molerlo a golpes si algo le ocurría al menor.

— Joder...— Susurró el rubio tras soltar una risa seca, alejando su mano enseguida.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2021 ⏰

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