Hiccup Haddock III

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Narra Hiccup

Soy el príncipe Hiccup Haddock III, tenho 21 años y soy el hijo de Estoico el Basto y Valka, rey y reina de Berk. Soy el heredero al trono, toda mi vida mis padres me han preparado para cuando ascendienda a mi puesto de rey, aunque la verdad eso no es algo que anhele demasiado. Para el disgusto de mi padre yo prefiero buscar aventuras, descubrir nuevas tierras... Pero para él eso es solo una distracción y una decepción.

Nuestro reino odia a el reino con quien compartimos frontera el reino de Snorck, liderado por la dinastía Hofferson, desde hace 300 años. La verdad no entiendo esta guerra, podemos vivir tranquilos y en paz, pero mi padre insiste en que no debemos dejar que los Snorckianos nos superen. Y un día, cuando suba al trono no debo ser débil ante ellos y ahora que hace unos meses me enteré que la siguiente en el trono de Snock es la princesa Astrid Hofferson, siento que tal vez pueda hablar con ella y acabar con este odio entre nuestros reinos de una vez.

Ahora me encuentro en la herrería del castillo, estoy trabajando en una nueva espada, pero no una cualquiera. Es una que se enciende con fuego y retráctil, estaba tan enfocado en lo que estaba haciendo que incluso no me di cuenta que mi instructor Bocón entró a la habitación.

-Buenas tardes, muchacho. ¿Almorzaste ya?- me dijo mientras colocaba algunas herramientas en sus respectivos lugares.

-Ja ja, que gracioso eres Bocón... Y sí si almorzé.- él siempre me molesta, sabe completamente como soy, es el mejor amigo de mi padre desde muho antes que yo naciera y lo puso a cargo de mí para que me convierta en el mejor rey que Berk pueda tener.

-Tú padre te busca en el salón del trono.- me dijo mientras arreglaba una hacha, a parte de ser mi instructor, es el herrero y el mejor fabricador de armas de todos los reinos.

-¿Para qué?- volteé a verlo extrañado, casi nunca mi padre me espera en el trono, solo cuando tenía que hablar conmigo de algo serio.

-No lo sé, anda ya de una vez antes que se enoje.- me respondió sin si quiera mirarme. Yo solo salí y me dirigí hacia el salón del trono.

-¡Hiccup! ¿Qué tal?- se me acercó mi primo, Patán Mocoso Jorgenson, caminaba junto a mí.

-¿Qué pasó ahora, Patán?- le pregunté ya sabiendo que algo andaba mal, casi nunca él se me acerca así de "contento" y preguntándome como estoy, a menos que algo haya pasado y necesite que lo cubra de la furia de mi padre.

-Ash! Me conoces tan bien, Hiccup.- dijo volviéndose a su estado normal- Los gemelos Bruts quemaron una parte de los establos y necesitamos que si alguien nos descubre, tú...-

-Pueda cubrirlos o evitar que mi padre les de un castigo, sí, lo sé Patán.- dije con cansancio, siempre es lo mismo con él y con los gemelos- ¿Cuántas veces me van a meter en esta situación?- le pregunté molesto.

-Lo siento, Hiccup, de verdad esta vez fue un accidente. Patapez ya los está ayudando a apagar el fuego, si quieres puede ir a ver.- dijo con una sonrisa nerviosa.

Asentí y fuimos de inmediato a los establos, quería saber que todo esté en orden antes de ir a hablar con mi padre. Patán, tiene cierto derecho a vivir en el castillo, porque es familia, pero los gemelos Brutacio y Brutilda junto a Patapez son mi amigos y literal están aquí bajo mí protección y peteción. Son los únicos amigos que tengo y le pedí a mis padres que los dejen quedarse para que también sean preparados como mi futuro consejo real, pero sus travesuras a veces hacen que sea casi imposible que se queden.

-¡Por Thor!- exclamé al momento en que llegué a los establos- ¡Chicos! Si mi padre, el rey, descubre esto... Los hechará de inemdiato y él me escogerá a un juevo consejo real.- me quejé y allí fue cuando capté su atención.

♡A M A N T E S♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora