Defensores del Ala

790 56 23
                                    

Narra Astrid...

-¡NOOO!- escuché el grito desgarrador de Valka, ella cayó de rodillas y empezó a llorar. El rey Estoico se quedó estático por unos momentos hasta que reaccionó y se arrodilló al lado de su esposa para consolarla.

No podía creer lo que veía. Hiccup gritaba de dolor y se agarraba su pierna izquierda, de esta empezó a salir un charco de sangre. Dagur le había cortado parte de su pierna izquierda.

-¡Hiccup!- grité aterrada y corrí hacia él, empujé al desgraciado de Dagur muy lejos de mi novio y comenzé a tratar de parar el sangrado. Si no lo hacia él puede... No, no quiero ni pensarlo.

Sentía la mirada de todos: el ejército de Snorck junto al de Berk, los padres de Hiccup llorando, la llegada de mi padre y Hans. Pero a mí solo me importaba una persona... Mi Hiccup.

De un momento a otro, él empezó a perder fuerzas y color.

-No no no no ¡NO!- grité alterada- Resiste, Babe... Por favor.- le dije sacándome mi chaleco rojo para ponerlo en su pierna. Sé que no es mucho, pero es lo único que tengo a la mano.

-¡Ahg!- escuché el grito de Dagur, él venía directo hacia nosotros hasta que Mérida se interpuso en su camino apuntándole con su arco.

-No des un paso más.- le advirtió.

-¿O si no qué, princesa? A los 2 no nos puedes disparar.- dijo el pelinegro poniéndose al lado del Berserker.

-¡Pero nosotros sí!- gritó Brutacio yendo al lado de Mérida junto a los demás y Hans. Todos tenía un arco, incluso Heather.

Era el momento de poner el plan en marcha...

-¡Chimuelo, Tormenta! ¡Vengan!- le grité a nuestros caballos y ellos me obedecieron de inmediato.

Subí con sumo cuidado a Hiccup en Chimuelo para luego yo hacer lo mismo, me coloqué detrás de él, seguía tratando de detener su sangrado y lo recosté en mí.

-¡Hija, ¿qué crees que haces?!- me preguntó mi padre al ver que me subí en Chimuelo.

-Lo que debo hacer, padre.- respondí decidida- Y espero que cuando volvamos, estos 2 traidores...- señalé a Dagur y a su amigo- Ya no estén pisando NUESTROS reinos.- advertí y sin más, le dí la orden a Chimuelo de que galopara y Tormenta nos seguía.

Cuando ya estábamos algo lejos de Berk y Snorck, busqué entre las maletas que tenía Chimuelo, el mapa que Hiccup había dicho que tenía para asegurarnos de encontrar un buen lugar a donde ir. Cuando lo hallé, ví que él ya había anotado un reino, este estaba bastante alejado de los nuestros... Así que decidí ir hacia allá.

-No, Hiccup, no cierres los ojos... Mantenlos abiertos.- le rogaba al verlo al borde de la inconsciencia- Por favor, agunta un poco más... ¡Chimuelo, más rápido!- pedía con lágrimas cayendo por mis mejillas.

Mi chaquelo hace rato que ya estaba empapado de su sangre, pero no tenía otra cosa para reemplazarlo. Cuando alzé la mirada ví que estábamos muy cerca de nueatro destino, habían 2 guardias en la entrada.

-¡Por favor! ¡Se los ruego, déjennos entrar, él está muriendo!- pddía descontroladamente, ellos sólo se miraron entre sí- ¡POR FAVOR!- rogué una vez más y ellos me dejaron entrar.

Me dirigieron a donde tenían su curandera y me ayudaron a dejar a Hiccup en una cama.

-Ahora haré todo lo que esté en mi alcance para salvarlo, pero necesito que te retires, sólo debemos estar mis ayudantes y yo.- me ordenó la curandera.

Yo asentí y me acerqué a Hiccup le dí un suave y pequeño beso en sus labios, él ya estaba inconsciente por un sedante que le pusieron y sin más, salí de la cabaña.

Ya era de noche, me abrazé a mí misma y comenzé a frotarme los brazos. Hacía frío y más aún que ya no tengo mi chaleco.

-Aquí está, mi reina.- habló un hombre que se dirigía hacia mí junto a una mujer rubia de ojos verdes.

-¿Quién eres tú y cómo llegaste hasta aquí?- me preguntó la reina.

-Yo soy Astrid Hofferson, heredera al trono de Snorck y vine con Hiccup Horrendous Haddock III, príncipe heredero de Berk.- nos presenté de forma educada.

-Vaya...- al parecer ella se impresionó- Soy la reina Mala, gobernante de los Defensores del Ala.- señaló a su reino y lo que más me llamó la atención fue una estatua de un gigantezco dragón, hecho de piedra- Ese es el Erupciodón, nuestro protector enviado por los ancestros.- dijo al ver mi curiosidad.

-Es bonito.- murmuré- Lamento por inrrumpir en su reino, reina Mala, pero era una situación de vida o muerte... Literalmente.- dije irónica.

-No se preocupe, princesa Astrid Hofferson.- me dijo.

-Por favor, dígame solo Astrid, no me gusta el título de princesa.- le pedí y ella asintió.

-Tengo una duda, Astrid... ¿Berk y Snorck ya no están en guerra? Porque hasta lo que yo tengo entendido sí, por eso mi reino no tiene comunicación con ellos... Nosotros somos protectores de la paz, queremos que haya armonía en todos los reinos, pero lamentable...- no supo continuar, tal vez porque pensó que me ofendería, pero yo creo que tiene toda la razón.

-De hecho, sí. Nuestros reinos siguen en guerra, es por eso que Hiccup y yo huímos, pero hubo unas complicaciones en nuestro plan.- respondí triste mirando la cabaña de la curandera.

-Oh, lo entiendo.- trató de desviar el tema al ver mis ojos cristalizarse- Bueno, esa será una historia que me la contarán luego, juntos.- me dijo.

-¿Usted cree que...?- dije con esperanzas.

-Él estará bien.- me respondió- Ustedes serán mis invitados de honor, se quedarán en mi castillo y estarán bajo mi protección.- me dijo.

-Muchas gracias, su alteza.- le agradecí con una reverencia.

-Throck...- se dirigió a su guardia- Escóltala al castillo en cuanto se cuanto se sienta lista.- le ordenó y con una reverencia se retiró.

-¿Tiene frío?- me preguntó Throck al verme.

-Algo.- respondí- Pero no te preocupes, estoy bien, sólo quiero saber cómo está Hiccup.- dije preocupada mirando a la cabaña.

-Nuestra curandera es una de las mejores, por no decir la mejor.- trató de calmarme- Pero le aseguro que usted no sabrá nada sobre Hiccuo Haddock hasta el día de mañana... Mejor trate de desncazar esta noche y mañana vuelve.- me sugirió.

Yo opté por escucharlo. Suspiré. Al menos Tormenta y Chimuelo están bien en sus establos.

-Tienes razón.- dije y él me guió al castillo y luego a mis nuevos aposentos.

Aunque debo de admitir que creo que no se me hará posible el descanzar...


















Hola hola, genteeeeee!

¡OMG! ¡Aquí es donde nuestro Hiccy pierde su pierna!😟

Espero que les haya gustado este capítulo. 🖤 Si fue así, no olviden de dar su voto y comentar, así me ayudan a seguir con esta historia.❤

¡Gracias por leer! ¡No leemos pronto!
































Elixie0902

♡A M A N T E S♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora