Bienvenidas

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Y allí estaban...

Una rubia y un castallo, ambos futuros líderes de sus reinos, separados por la ambición y el orgullo desde hace 300 años. La persona que acababa de descubrir su "pequeño" secreto ya se había ido, comsideró que ya tenía suficiente para destruir a los 2.

Ambos jóvenes miraban el ocaso juntos, abrazados y felices... Ahora sabían lo que sentía el otro y no quieren que nadie más los separe. Astrid tenís su brazos sobre los de Hiccup, los cuales la abrazaban por su cintura.

-Oye, babe... Tengo que decirte algo.- habló la rubia con cierta ansiedad y nerviosismo.

-¿Babe?- le preguntó el príncipe entre risas para luego apoyar su cabeza sobre la de ella.

-Tú me dices Mi Lady, así que considero justo que yo te pueda llamar así.- le respondió simplemente con una somrisa en su rostro, esta desapareció de inmediato al caer en cuenta de algo- Pero si no te gusta yo...- dijo de inmediato mientras volteaba su cabeza para verlo.

-¡No! No... Tranquila, me encanta.- la estrechó más en sus brazos y pecho- ¿Qué es lo que quieres decirme?- y la intranquilidad volvió a la princesa.

-Es que...- bajó la mirada- Tengo miedo de que mi padre quiera casarme con alguien pronto...- confesó.

-¿Qué...?- esto dejó muy congelado al chico.

-Él y yo ya habíamos hablado del tema, en realidad, sólo él hablaba... Yo solamente escuchaba, no acepto la idea de que me quiera casar con alguien solo por riquezas.- musitó molesta.

-Sabes que no voy a permitir tal cosa, ¿verdad? Mira, podemos dar la noticia en el Día de la Paz, donde todos los reinos se reúnen sin problemas.- le dijo acariciando su cabello cuando ella volvió a mirar el horizonte.

-¿De verdad quieres que haya una guerra en el Día de la Paz, con todos los reinos presentes?- preguntó en serio aunqur con un ligero toque divertido.

-No veo otra oportunidad para tratar de converncer a nuestros padres.- le respondió- Por que desde ya te digo que mi mamá nos apoya, de seguro te querrá más a ti que a mí.- confesó entre risitas, las cuales contagiaron a la Hofferson.

-Bien, babe, allí nos arriesgaremos.- musitó la ojiazul.

-Babe... Se escucha hermoso...- murmuró Hiccup antes de tomar una de sus manos y llevarla a su rostro para besar su torso- Voy a tener que acostumbrarme.-

-Oh, claro que sí, su majestad.- le bromeó.

-Sin bromas, alteza.- le siguió el juego.

-...Quiero dormir contigo, aquí...- soltó Astrid mirándolo. Lo que le causó ternura a su nuevo novio.

-Me parece una excelente idea, Mi Lady.- ambos se pararon hacia sus caballos y sacaron de sus bolsas un par de mantas, las tendieron en el pasto y se sentaron.

Ambos suspiraron por la tranquilidad y felicidad que sentían en esos momentos.

-Sabes que los 2 podíamos hacer una sola cosa para impedir que te casen, ¿cierto?- le dijo Hiccup de broma con una sonrisa pícara en el rostro mientras le tomaba el brazo.

-Sabes que los 2 podíamos hacer una sola cosa para impedir que te casen, ¿cierto?- le dijo Hiccup de broma con una sonrisa pícara en el rostro mientras le tomaba el brazo

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