Berk y Snorck, 2 reinos enfrentados por generaciones.
Hipo Haddock III, príncipe de Berk y heredero al trono.
Astrid Hofferson, princesa de Snorck y heredera al trono.
Ambos de diferentes bandos y obligados a odiarse, pero lo que nadie sabe es que...
Astrid no se movió de su posición inicial, eso me asusto un poco, ella está recostada sobre el barandal del balcón con sus antebrazos.
-¡No! No voy a voltear... ¿Qué tal si sólo es mi imaginación y tú no estás aquí?- dijo con miedo y eso sin duda me enterneció.
Me acerqué a ella por detrás y colocándome a su lado, puse una de mis manos en su espalda y deposité un pequeño, pero sonoro beso en su nuca.
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-¿Ahora sí crees que estoy aquí?- le pregunté y ella volteó a verme con aus hermoso zafiros bien abiertos.
-¡HICCUP!- gritó al momento de lanzarse hacia mí y abrazarme con todas sus fuerzas, yo hice lo mismo.
-¿Cómo estás, Mi Lady?- le pregunté estrechándola más contra mi pecho.
-Contigo aquí ahora estoy tranquila, no sabes cuánte te heché de menos. Me hacíaa mucha falta, Hiccup.- lecanté su mentón con mis dedos y la besé, amo sus labios, son tan dulces.
-Puede decir lo mismo, lo siento. Mi padre se enteró y...- Astrid me cayó con otro beso, esta vez fue más largo y nos separamos por falta de aire.
-No te preocupes por eso, Babe. Mi padre también se enteró y ahora estoy compreometida con Hans... ¡Yo no he hecho nada!- dijo aaustada, parece que pensó que le iba a reclamar algo- No lo he besado, ni tocado, ni...- ahira fui yo quien la cayó.
-No te reclamo nada, Astrid.- le dije colocando un mechón de su hermoso cabello detrás de su oreja.
-Hiccup, yo...- bajó la mirada y ví como sus ojos se cristalizaban. Ella se separó de mí y se dirigió a la barra del balcón, allí colocó sus manos y negó con la cabeza.
-¿Astrid...?- fue lo único que pude decir mientras me colocaba a su costado.
-¿Qué somos, Hiccup?- levantó su cabeza y me miró a los ojos, yo realmente me confundí con su pregunta y al parecer ella lo notó- En la sitiución en la que estamos, parece que... No sé.- suspiró derrotada.
-¿Qué es lo que te molesta, Mi lady?- le pregunté preocupado por las 2 lágrimas que había derramado.
-¿Soy la amante? Digo, ser amantes es algo que suena bastante bien. Pero... Ser amantes significa que lo que tenemos es a escondidas, pero yo no quiero estar contigo a escondidas... Quiero que seamos libres, vivir nustras vidas juntos, sin obstáculos.- me respondió mientras más lágrimas rodaban sus mejillas.
Yo me quedé perplejo, no me había puesto a pensar en toda esta situación y me duele el saber que eso la está afectando. Iba a abrazarla pero ella se volteó dándome la esapalda. Así que la tomé del brazo para que no se aleje.
-Astrid, ni siquira puedo imaginar lo difícil que esto es para ti. Es decir, eres Astrid... Eres fuerte, invencible...- iba a seguir hablando, pero ella se volteó para mirarme de frente.
