CAPITULO 14

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NARRA FLAVIO:

Cuando por la mañana nos acompañaron a casa, empezamos a despedirnos en mi puerta y me acerqué a Samantha:

-Me alegro de que hayas venido rubia- me acercqué muy lentamente a ella, y dejé un pequeño beso en la punta de su nariz.

Se puso un poquito roja y se me escapó una sonrisa. Finalmente me dio un abrazo y hundió su cara en mi cuello.

Cuando nos despedimos todos de todos, Anaju abrió la puerta de casa y entramos.

Subimos cada uno a nuestro respectivo dormitorio y cuando yo cerré la puerta del mio, vi a Rubio sobre mi cama.

Cogí la guitarra que estaba en su funda negra junto al escritorio y me senté en la esquina de la cama y empecé a tocar Radioactive de Imagine Dragons. La puerta se abrió y entró mi hermana cantándola. Se sentó junto a mi durante un rato y mientras yo tocaba, ella cantaba y acariciaba a Rubio.

Bajamos a comer cuando mi madre nos llamó y aunque a mi no me guste el pescado, he de decir que el salmón no estaba tan mal.

Después de comer, mi hermana y yo nos sentamos frente a la televisión y estuvimos viendo los Simpson, Big Bang Theory, y series por el estilo.

A las 7 mas o menos, empezamos a merendar un vaso de leche y dos galletas de chocolate cada uno.

Mi hermana subió a ducharse y le dije que cuando acabase me avisara, porque había empezado a encontrar mal de un momento a otro. Me tumbé en el sofa y empecé a retorcerme como si estuvieran matándome. Mi hermana bajó liada en su toalla y me vio con tan mala cara que me preparó una infusión para que me relajara y me sintiera mejor. Me la tomé lentamente y cuando me la terminé, dejé el vaso azul sobre la mesa de madera y me tumbé en el sofá para ver si descansando se me pasaba un poquito el dolor de tripa.

-Al final no salgo, avisa a los demás por el grupo-le dije a mi hermana a las ocho y media.

- ¿Y ahora por qué? ¿No te encuentras mejor?

-No quiero Anaju, no me siento con fuerzas.

-Pues vaya, Hugo me ha hablado y dice que nos quería presentar a dos amigos que han venido hoy. Además, Samantha sí que viene.

- Pero vamos a ver, ¿Dónde iríamos? Porque sinceramente, si vamos a ir a una discoteca, prefiero quedarme aquí, la verdad.

- Pero ¿qué dices? ¿Discoteca de qué? Si no vamos casi nunca, y hoy que tú no estas muy bien que se diga, no vamos a ir. No somos tan malos.

-Bueno, me voy a la ducha, a ver si me pongo mejor.

-Vale, a las 9 y veinte tenemos que irnos.

Subí las escaleras y me quité la ropa. Entré a la ducha y los primeros chorros de agua cayeron con fuerza sobre el suelo de la ducha. A los pocos segundos, supe que le agua ya no estaba tan fría, y me metí debajo de esta.

En realidad, mi hermana tenia razón y la ducha había hecho que mis músculos se relajaran y salí del baño siendo una persona un poco más mejorada.

Me fui a mi habitación y abrí el armario. Saqué un pantalón negro y una camiseta básica blanca y me los puse. Entré al baño a secarme un poco el pelo y bajé al salón. Allí estaba mi hermana con un vestido negro con flores y un bolso negro también.

Salimos por la puerta para ir hacia donde habíamos quedado.

NO CREO EN EL AMOR  [FLAMANTHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora