-Snif, snif, lo siento- susurraba la pequeña con la cabeza apoyada en la barriga de su hermana.
-Venda...lo- dijo la mayor en un susurro.
Kimya entendió perfectamente lo que quería decir su hermana así que se levantó rápidamente, cogió algunas de las prendas limpias de los secuestradores y las enrolló en el brazo de su hermana que no paraba de sangrar, después puso las sobrantes encima y apretó.
Pasado un rato ya no salía sangre pero Aki estaba muy pálida, Kim se levantó y buscó en las pertenencias de los agresores hasta que finalmente encontró una botella de agua que cogió para después dirigirse donde se encontraba la joven, se agachó a la altura de su cabeza y la levantó con una de sus manos.
-Aki, es agua, bebe- dijo la pequeña mientras ponía la botella en la boca de la mayor, la cual fue bebiendo poco a poco hasta que finalmente hizo un gesto de negación con la cabeza para indicarle que no quería más.
-N-no es tu culpa- le afirmó Aki en un breve susurro.
Kim al escuchar hablar a su hermana dejó la botella en el suelo y se frotó los ojos con la mano para limpiarse las lágrimas y ver mejor.
-Sí, sí lo fue, si yo snif si hubiera luchado mejor- dijo Kim mirando a la cara a su hermana.
Akili respiró profundo varias veces antes de contestar.
-No es tu culpa- la chica volvió a respirar antes de seguir hablando, le costaba mucho -Esos hombres eran muy fuertes y nos habían drogado- dijo finalmente en un pequeño susurro que se escuchaba cada vez menos.-No, no, no te duermas- decía ahora la pequeña volviendo a dejar la cabeza de su hermana en el suelo y sentándose a un lado de ella -Mírame y no cierres los ojos- decía la pequeña muy rápido y llorando mucho.
-Ve, a la aldea....iré después...c-cuando esté mejo...- Aki no pudo acabar su frase, estaba demasiado cansada, sentía todo su cuerpo adormecido y un gran dolor en el brazo.
-¡NO! ¡No me voy a ir! Y no te duermas, mírame- dijo Kim desesperada pero no obtuvo respuesta alguna, solo un breve suspiro.
Kim al ver que su hermana cerraba los ojos otra vez, se acostó a su lado y le cogió la mano, ahora apenas lloraba, se sentía débil y le dolía mucho la cabeza además no iba a abandonar a su hermana a la que observaba con atención viendo como su pecho aún se movía y su mano apretaba muy levemente la suya.
~En ese mismo lugar sentados en la copa de un árbol~
-20 minutos- dijo el hombre vestido de negro mirando fijamente a las chicas.
-Explicate- soltó la mujer ansiosa, hacía rato que quería ayudar a las niñas pero su compañero se lo impedía.
-20 minutos es lo que tarda ese veneno en matar a una persona-.
-¿Así que estabas esperando a que murieran sin más?- le respondió la mujer algo molesta.
-Pero han pasado 34 minutos desde que la chica recibió el veneno y sigue viva, además, la herida de su brazo es grave, debería haberse desangrado y muerto- dijo el hombre sin tener en cuenta el comentario de la mujer.
-Entonces...- respondió la chica con algo de esperanza en su voz.
-Solo comprobaba que tan fuerte pueden ser, no tiene sentido perder el tiempo en alguien débil- contestó hábilmente el hombre.
La mujer suspiró y después habló.
-Eres muy retorcido- dijo de forma desinteresada, ya no estaba enfadada ni molesta, pero en su cara se dibujaba una pequeña sonrisa.-Vamos- finalizó el desconocido para después bajarse del árbol de un salto y dirigirse hacia las hermanas, la mujer le siguió.
Kimya estaba tumbada al lado de su hermana cuando sintió una presencia y varios olores de personas desconocidas, así que la chica se giró rápidamente y observó a dos personas vestidas de negro delante de ella.
Sin pensarlo dos veces Kim cogió el cuchillo de su hermana y se levantó muy rápido, pero se mareó por el brusco movimiento y se tambaleó varias veces hasta recobrar el equilibrio poco a poco, después volvió a mirar a los dos desconocidos con mala cara mientras levantaba el cuchillo para intentar verse amenazante, cosa que, por desgracia no consiguió.
-¡QUIETOS! ¿Quiénes sois? No os acerqueis- dijo Kim agitada.
-Oww, que monaa- dijo la mujer de forma sincera.
-Solo queremos ayudar- comentó el hombre con voz seria y sin moverse ni un poco.
-¡Mentirosos! Si no os vais os atacaré, se usarlo- dijo Kim más tranquila y segura de si misma mientras levantaba el cuchillo.
-Eso espero- murmuró el hombre para si mismo.
Kim pudo escuchar perfectamente esa última frase debido a su don y quedó sorprendida, no se esperaba para nada escuchar algo así, el hombre aprovechó el pequeño momento de confusión de Kimya para acercarse muy rápido a ella y noquearla con un golpe muy preciso. Kim ni siquiera vio como se acercó el hombre, había sido muy rápido, casi como si se teletransportara, lo último que pudo ver fue a la mujer de negro en frente de ella mientras que caía al suelo.
Durante todo el tiempo que Kim estuvo hablando con los desconocidos, la mayor que aún estaba medio consciente pudo escuchar el eco de las voces cerca suya, pero no pudo distinguir lo que decían, poco después notó que alguien la cogía, en ese mismo momento pudo notar que esa persona era un desconocido porque tenía un olor extraño así que intentó moverse pero sintió un gran dolor en el brazo y acabó por desmayarse.
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Este capítulo ha sido un poco más corto pero aún así creo que está bastante bien. Pobrecitas, se encuentran un problema detrás de otro. Nos leemos lectores.
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Las hijas de Shabeel
LosoweEn un mundo donde lo arcaico y lo moderno conviven, se encuentran decenas de tribus que viven dentro de los bosques de forma pacífica y ajenas a los problemas externos, mientas que, a las afueras de estos se alzan grandes ciudades con alta tecnologí...