Lazos De Sangre (1° Libro De Saga Destino)

Capítulo 28

Tras coincidir con Erick en aquella academia su amistad creció a lo largo del tiempo y en la actualidad no solo contaba con el apoyo de este, sino de sus grandes amigos, aquellos que desde siempre le demostraron su lealtad y lograban transformar un trago amargo en una fiesta para celebrar la verdadera amistad. Solían compartir momentos llenos de risas, música y buena compañía, en aquel improvisado grupo musical, que más que nada, era una especie de hobbie que les permitía relajarse entre amigos y una que otra vez, fingir que eran estrellas de rock. Allí no había estereotipos y reglas que acatar, eran jóvenes que disfrutaban la vida como si no hubiese mañana, que bien podían pasar horas atados a un video juego o practicando una nueva canción, incluso el más irreverente del grupo - en ese caso, Travis - era un buen baterista y algunas veces hacía las veces de cantante, simplemente por el hecho de vivir libres y sin preocupaciones. Cada encuentro era una experiencia apasionante, feliz, pero no aquella vez.

Esta vez era diferente, no se trataba de un adiós temporal producto de sus distintas y ajetreadas agendas, sino más bien, era una despedida indefinida que todos resentían y en el fondo esperaban hallar una salida milagrosa, por escasas que fueran las esperanzas. Esa vez no estaban completos, faltaba Jerome Barton, el capitán del equipo de Hockey los Tigres de Suiza, que debido a una lesión se encontraba en recuperación en su país natal, el resto del grupo lo conformaban Ellioth Raberba, Diogo Maxwell, Tyler y Dominick, aunque algunas veces los acompañaba Ignacio. El estudio se impregnó de acordes musicales, ya que si bien era una despedida, planeaban hacerlo a su manera para demostrarle a su Xavi que seguía siendo una pieza fundamental del grupo, pese a distancia y que podría contar con ellos para todo lo que necesitara, tan solo bastaba una llamada telefónica y los tendría con él lo más pronto posible, le había dicho Travis, en su rol de mejor amigo.

- No podré estar en el equipo de Motocross a partir de este momento – mencionó Xavi, tras culminar la canción que tocaban – así que uno de ustedes debe tomar mi lugar y aunque sé que Dom es el más nuevo del grupo, me gustaría que lo integren en sus reuniones y le permitan unirse al equipo, así no habrá penalización por las directivas de la competición al estar incompletos los corredores.

-¿Crees que sea necesario? - preguntó Erick-

-Sé que soy irremplazable, pero para nadie es un secreto que Dom necesita un poco de adrenalina en su vida, que bien cuadriculada que es – afirmó Xavi con presunción, guiñando un ojo.

-Eso es verdad -algunos estuvieron de acuerdo.

- Descuida, lo haremos sentir como en casa – secundó Ellioth, que no se quedaba atrás al momento de bromear sobre la vida de sus amigos – creo que Travis será un excelente tutor, para nadie es un secreto que siempre ha sido el más conquistador del grupo.

-¡Hey! Eso es pasado, chicos – se defendió el aludido – actualmente debo cuidar mi reputación - sonrió de forma traviesa.

- ¿Ah sí? ¿Y por cuantos días? –se burlaron de él sus amigos, conociendo de sobra su proceder.

Travis planeaba defenderse y confesar que aquello era cosa del pasado, pero no pudo ya que en ese instante Ellioth sufrió un pequeño accidente con los cables y tropezó de manera accidental con el mando de vigilancia de la piscina. Las palabras subsiguientes lograron erizar los poros de su piel a causa de la furia que crecía en su sistema de forma vertiginosa y estaba casi convencido que no era el único que que experimentaba aquella situacións, si incluso Xavi se mostraba sorprendido de los alcances de Orianna, su hermanastra.

-¿De qué van ese trío de brujas? – cuestionó molesto

En definitiva aquellas carcajadas por parte del grupo de amigas era bastante cruel y venía acompañada de la más vil calumnia, más bien diría que parecían sembradas por el más bajo rencor de un ser humano.