O18; ᴍᴀᴊᴇsᴛɪᴄ

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MinJi despertó hasta el día siguiente con una enorme pesadez en su cuerpo, estaba envuelta con las sábanas de la cama pero pero debajo seguía aún desnuda. Miró a sus lados y vio la espalda del mayor igualmente desnuda con unas pequeñas marcas de sus uñas que le hicieron sonreír y volver a la realidad. Miró al techo y después a la ventana, tratando de reconocer la hora que era, tal vez a penas las seis de la mañana.

La pelirroja suspiró y tembló con el solo recuerdo que le llegó de ayer por la tarde, sabía que lo había disfrutado.

Se puso de pie con cuidado de no despertar a su padre y de puntillas se acercó hasta el armario para tomar una bata de lino y cubrirse un poco, no iba a ponerse su vestido si iba a ir a tomar un baño. Se la colocó y con rapidez, salió de la habitación aliviada de haberlo logrado. HoSeok no tenía un sueño pesado pero no se despertaba con ruidos comunes.

MinJi caminó descalza por todo el palacio, mirando por las ventanas lo bonito que era, lo fino y cómodo, sobre todo privado que llegaba a ser.

No sabía exactamente el por qué, pero tal vez por ser tan temprano y tener la libertad de hacerlo en ese momento, quiso ir a aquél pozo tan blanco al cual tenía prohibido meterse. Estuvo merodeando la orilla, disfrutando de la nube de agua evaporada que lo cubría, era grande, demasiado grande pero no tan profundo y estaba siempre cálido. Le llamaba siempre la atención, lo bien decorado que estaba alrededor, con estatuas y enredaderas verdes y algunas rosas carmín que simplemente daban un toque hasta erótico.

Pero estaba sola en ese momento, por lo que se acercó a las escaleras amplias que tenía y quitó su bata antes de caminar con gracia hacia el interior del agua, sintiendo la calidez de esta junto a su frescura. Caminó dentro de ese pozo el cual ni siquiera llegaba a cubrir su pecho y se perdió entre la nube de vapor por un buen rato, simplemente disfrutando de la sensación de aquella agua que hacía arder su piel. No sabía qué tenía de especial, no tenía una sensación diferente a cualquier otra agua termal de su pueblo, podía entrar sola a ese sitio.

Dejó sus brazos cruzados a la orilla y dejó su rostro sobre ellos como si se tratase de una almohada; cerró sus ojos, sólo disfrutando de todo bajo la tenue luz que a penas salía y la luz de las velas que iluminaban el sitio.

Sólo que después de unos segundos, escuchó pasos cerca, suponiendo que eran de algún sirviente por lo que le restó interés pero los escuchó aún más cerca hasta que pararon, por lo que por curiosidad, miró hacia arriba encontrándose con la fija mirada de su padre, bastante sorprendido igual que ella.

—No te pondré ninguna excusa, sólo quise meterme.

—No esperaba tampoco que me la dieras.

MinJi volvió a su posición totalmente tranquila al no ver molestia en el mayor, cerró sus ojos y tomó un respiro profundo.

—Pensé que seguirías dormido hasta más tarde.

—Pensé que estabas durmiendo un poco más en tu habitación.

HoSeok suspiró resignado, no podía simplemente sacarla de ahí, no estaba haciendo algo malo y aunque sí, estaba prohibido para ella entrar a ese sitio, no parecía provocar ningún daño real y todo era una superstición en la que él y Audrey querían caer. Quitó la bata que llevaba él puesta y entró al sitio por las escaleras, suspirando al sentir su cuerpo desnudo siendo rodeado por la calidez de las aguas termales. Caminó hasta su progenitora con tranquilidad y resignación, ella lucía tan calmada, entonces reclamar más no era necesario para nada ya que no cambiaría las cosas.

La abrazó por detrás, pegando sus cuerpos desnudos debajo del agua, dejando reposar su mentón sobre uno de los hombros desnudos de la pelirroja tras depositar un beso en su mejilla. Ella suspiró y se dejó hacer, disfrutando sobre todo del calor extra que le daba el mayor en lo que no cubría el agua. Era un poco bajita a comparación de su padre y sus hombros eran muy pequeños pero lo demás de su cuerpo era verdaderamente voluptuoso de forma bella y proporcional, sobre todo sensual y era atrayente porque su cuerpo era sano, estaba perfecto como estaba y HoSeok era el más consciente de ello.

MinJi se pegó más al mayor, exactamente provocando más tacto entre sus intimidades aunque tuviera que estar ligeramente de puntillas. El pelinegro sonrió y sólo abrazó con un poco más de fuerza el abdomen de la menor.

—¿Qué pasará con mamá?

—Bueno, las cosas no son iguales hace ya muchos años, sólo que ahora se hizo más claro. No la puedo dejar de querer porque fue una buena mujer para mí y pasamos por muchas cosas juntos pero ya no la amo y es muy diferente al cariño y aprecio.

MinJi no reaccionó a nada, sólo escuchó sintiéndose algo culpable por el matrimonio corrompido entre sus padres, quienes le habían enseñado por muchos años lo que era una pareja feliz. No pensaba correr con la misma suerte de ser feliz en brazos de un hombre que no fuera su padre; ella sabía que no duraría mucho más esa relación pues en algún momento tendría que apartarse para seguir con lo suyo y el mayor para ocuparse de su propio matrimonio.
Sabía que sería tan efímero, que pronto llegaría a su fin, su padre no lo dejaría todo por irse con ella y tampoco podía hacerlo aunque quisiera de verdad, tenía otras obligaciones más que atender, incluso más importantes que un amorío con su hija.

Porque probablemente sólo era eso, tal vez su madre ya no le era suficiente y MinJi era la mujer cercana más acoplada a él que podría utilizar. Entonces sólo quería experimentar, tener sexo y después de obtener todo lo que quería, volver a su relación estable con su madre ya que se haya ido a brazos de alguien más.

Pero no era así, era obvio que los dos estaban perdidos en el otro y de forma sincera, tanto que podía ser aún más enfermizo porque no era normal, no era común, no era aceptado.

—Te amo a ti, Blair.

Le susurró al oído, deleitando a la menor y librándola de todo mal pensamiento para sólo sonreír y girar hasta quedar frente a frente, robándole un beso profundo al pelinegro con intensidad haciéndola gemir a ella misma.

El agua de ese sitio estaba llenando y humedeciendo cada parte de sus cuerpos, haciendo que el sudor de sus pieles se perdiera por completo entre el beso tan intenso que estaban dándose cuando a penas comenzaba a salir el sol con esfuerzo. MinJi estaba recargada sobre el frío mármol mientras rodeaba las caderas del mayor con demanda debajo del agua tan cristalina. Su rostro brillaba y sus cabellos estaban húmedos gracias al vapor que llenaba toda esa área, el sol sobre sus cabellos y pecas rojizas era tan encantador que sus ojos verdes eran aún más atrayentes que los labios que HoSeok besaba.

No le importaba si los sirvientes miraban, era obvio que estaba disfrutándose y si los gemidos de MinJi llegaban a ser más altos, no tenía importancia alguna. Cada uno comenzó a embriagarse con todo el ambiente, extrañamente más bochornosos de lo que les hubiera gustado o de lo que hubieran estado. Pegaron sus frentes y se miraron por un par de segundos con un deseo inexplicable el cual, estaban lejos de poder controlar.

Volvieron a besarse sin pensar en nada más, ni siquiera HoSeok se sentía tan consciente para saber qué estaba haciendo pero sólo se dio cuenta cuando tenía a la menor siendo embestida por él y ni siquiera pudo parar, ni siquiera quería hacerlo. MinJi lucía tan bien en ese ambiente tan erótico y húmedo que era imposible de resistir; ella no podía decir que no lo estaba disfrutando, podía asegurar que incluso más que el día de ayer, tal vez por hacerlo tan libremente en el centro del palacio o por estar dentro de esa agua hirviente que la hacía estar incluso más sensible.

Ninguno pensaba en el error que estaban cometiendo nuevamente y no lo hicieron incluso después al tomar el desayuno siquiera.


















































ᴅᴏɴ'ᴛ ᴋɴᴏᴡ ʏᴏᴜ ¡! ᴡᴏɴʜᴇᴏɴ ғʀᴏᴍ ᴍᴏɴsᴛᴀ xDonde viven las historias. Descúbrelo ahora