O19; ᴏᴏᴘs!

95 10 3
                                    

-

Audrey había llegado al palacio sólo un día después, con un ostentoso vestido gris opaco, eran cerca de las cinco de la tarde ya y deseaba estar presente para la cena al menos y lo logró. Ella entró al palacio, saludando a las mucamas y yendo primero a ponerse ropas más cómodas como un vestido holgado de una pieza de tela color celeste. Deshizo su peinado y fue a preguntar a los sirvientes por el paradero de su esposo e hija para saludarles, algunos miraron con incomodidad que confundió a la reina pero le restó importancia ya que se le dijo que probablemente estaban en el despacho del rey, no quiso interrumpir por el momento por lo que fue a pasear al jardín y probablemente relajarse leyendo un libro en aquellas camas tan hermosas de los jardines.

Caminó por el jardín de girasoles los cuales estaban gigantes y sonrió por ello acercándose a observar detalladamente como iba el crecimiento de cada uno ya que había algunos que a penas tenían un capullo.

Estuvo un rato viendo las flores y escuchando a los pájaros cantar pero pronto comenzó a escuchar un par de ruidos más extraños; en primera instancia, pensó que eran otras aves o animalillos de por ahí pero dudó de ello más tarde.

Se quedó en silencio mientras sigilosamente se acercaba un poco más, sintió un pinchazo al reconocer qué eran esos ruidos, obscenos y sucios; no quiso pensar lo peor para ella, que era su esposo con alguna sirvienta o prostituta, intentó acercarse a ver esperando que fueran sus insolentes empleados pero al mirar entre los tallos de los girasoles, pudo mirar la escena con más claridad.

Sintió náuseas.

No podía creer lo que estaba viendo, antes de comenzar a llorar, quiso asegurarse de que no fuera otra cosa, al menos esperaba que HoSeok no estuviera abusando de su hija; aunque no sabía si eso era mejor o peor que el hecho de que MinJi lo hubiera deseado.

Intentó convencerse de que no era lo que estaba viendo, talló sus ojos para corroborar que no estaba viendo mal pero en efecto, estaba sucediendo y sólo así comenzó a lagrimear en silencio, no sabía cómo sentirse exactamente pero estaba muy decepcionada.

MinJi sonreía y besaba al mayor mientras este la tocaba por donde fuera y la embestía a como ella quisiera. Ambos estaban disfrutando sin saber quién los veía.

Audrey se fue silenciosamente, no con ánimos de hacer un escándalo en ese momento, sólo quería vomitar. Incluso estaba dispuesta a perdonar la infidelidad de su esposo si hubiera sido con alguna criada o pueblerina pero se trataba de su hija y a quien había criado. No era grato nada de aquello y sentía que se desmayaría en cualquier momento de tan abrumada que estaba. Entró al palacio con la piel aún más pálida y fue hasta su habitación, sintiendo mucho asco de repente de verla y saber que ahí dormía con su esposo.

Llamó a las mucamas para que limpiaran toda la habitación de nuevo, mientras tanto se quedó sentada en una mesita frente a la ventana que daba a aquél mágico cuerpo de agua siempre lleno de vapor. Pidió una taza de té antes de soltarse a llorar de frustración, ¿qué se supone que haría? Se sentía tímida de simplemente saber que tendría que hablar con ellos al respecto, era incómodo incluso, repulsivo.

También estaba enojada, demasiado molesta porque habían abusado de su confianza al haberse quedado solos para acostarse solamente y no lo sabía ella, pero en su alcoba y cama también. ¿Su propia hija era su enemiga? No sabía qué pensar de ella ahora, no pensó que su hija fuera a llegar a hacer aquello, la había educado con tanta cautela y resultó peor.

Y su esposo era un infiel, de cualquier modo terminaba siéndolo. Era un asco porque ni siquiera a su hija supo protegerla de él.

Ambos eran una pareja incestuosa y lo que le causaba más conflicto era que MinJi sólo tenía dieciséis años y medio.

No salió de la habitación para nada, se la pasó llorando y estaba segura de que ni siquiera sabían que había regresado. HoSeok llegó después de cenar ya duchado también, dispuesto a ponerse su pijama y dormir pero se asustó enormemente al ver a Audrey ahí, sentada con más té en su mano siendo iluminada solamente por la luz de luna que entraba por la ventana. HoSeok tragó en seco, notando la actitud seria de su esposa sin saber por qué, se acercó a saludarla y a disculparse por no haberse dado cuenta de su llegada; iba a darle un beso pero ella se apartó, asqueada por ello.

Estaba extrañado por eso, ella ni siquiera lo miró ni un poco por lo que preguntó qué ocurría; la rubia lo invitó a sentarse delante de ella entonces así lo hizo, el ambiente era pesado y se sentía incómodo, más la amargura en los ojos verdes de su esposa quien con tristeza, le habló después de beber del té.

—¿Desde hace cuánto?

—¿Qué?

—Verás, llegué temprano hoy, HoSeok. Tenía la ilusión de cenar contigo y MinJi pero me dijeron que estaban seguramente estudiando como siempre, entonces no interrumpí. Decidí pasear por el jardín de girasoles y por dios, son un asco.

Expresó Audrey con voz quebrada antes de romperse en llanto, cubriendo sus rostro con sus manos. HoSeok quedó casi petrificado por lo repentino de todo, habían sido descubiertos y en el peor acto. Se sintió culpable, demasiado al ver a su bella mujer llorar; no sabía qué hacer, sentía su estómago revuelto y estaba aturdido, no esperaba una conversación así en mucho tiempo.

Audrey lo volvió a mirar a los ojos, tomando con fuerza la taza de té entre sus manos.

—¿Desde hace cuánto?

Volvió a preguntar, esperando de verdad una respuesta, HoSeok estaba intimidado por ello.

—... Casi un año y medio.

Audrey miró hacia su vestido y trató de recapitular todo en su mente, esperando que al menos no hubiera sido tan obvio pero lo único que había notado es la falta de afecto de HoSeok hacia ella, siempre lo dejó pasar ya que pensaba que estaba muy ocupado últimamente pero en definitiva no era eso, sólo se lo daba a alguien más.

Recordó cuando ambos volvían al palacio sonrientes después de haber paseado  por el jardín, cuando hablaban en coreano para no dejarla entender, cuando MinJi dejó de usar su ropa correctamente, cuando en la fiesta de la menor, desaparecieron por unos minutos, cuando los dejaba solos en su despacho y sobre todo esa vez en la que MinJi estaba dormida en el sofá y HoSeok con apetito sexual; todo era tan sucio en su mente en ese momento.

—No quiero que vuelvas a acercarte a ella así.














































ᴅᴏɴ'ᴛ ᴋɴᴏᴡ ʏᴏᴜ ¡! ᴡᴏɴʜᴇᴏɴ ғʀᴏᴍ ᴍᴏɴsᴛᴀ xDonde viven las historias. Descúbrelo ahora