«Capitulo 10»

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Mew no estaba.

—¡Me has prometido que lo cuidarías! —gritó Gulf desesperado llamando la atención de todos, deseando que tan solo fuese una broma de mal gusto.

Su mundo decayó totalmente al llegar al sitio en el que debía encontrarse con su pequeño y ver solo a Bright con una inmensa preocupación reflejada en su rostro, sin ningún rastro del rizado. La angustia se apoderó de todo su ser, resultándole imposible creer que el lacio siendo un leal ojiazul lo descuidó, rompiendo con su promesa, lo cual no era propio de su color. De pronto le ocurrió un lapsus en donde recordó las palabras del asesino y las de Seich.

"Se ocultan bajo lentes de contacto."

"Fingen la personalidad de otro color."

"Fíjense en los detalles, si la persona actúa como debería."

¿Brigth actuaba cómo debería?

—¡Lo siento tanto, Gulf! —exclamó Bright con los ojos cristalizados, decepcionado de sí mismo, sintiéndose como un humano despreciable— Yo solo necesitaba ir al baño, no aguantaba más, te juro que tardé solo un minuto, le pedí a Mew que me esperara en la puerta, me prometió que se quedaría allí, pero cuando salí simplemente no estaba. No sé que sucedió, lo siento —sus ojos no pudieron retener más las lágrimas—. No tendría que haber ido, debí aguantar, ¡Dios! Me siento pésimo.

No, no podía desconfiar de su amigo, lo conocía desde hace años. Era una estupidez pensar en que tal vez él podía formar parte de ese ridículo clan. Entendía a la perfección el dolor que sentía, lo entendía mejor que nadie. Cuando alguien cometía una acción que iba en contra de su color de ojos, se sentía realmente mal, era como ir en contra de tus propios principios, como si un vegano comiera un trozo de carne o como si alguien que no estuviese a favor del maltrato animal golpeara a un indefenso canino.

Gulf sin dudarlo lo abrazó porque, a pesar de que estaba enfadado con él, odiaba verlo de aquella manera.

—Solo ayúdame a buscarlo, Bright, por favor, debe estar muy asustado —dijo el castaño con un gran nudo en la garganta.

Imaginarse la situación en la que se debía encontrar a Mew en ese preciso instante le torturaba sin ningún tipo de piedad. La angustia no cesaba ni un poco, por lo tanto se separó del lacio y de inmediato se dispuso a buscarlo. Recorrería cada centímetro del edificio si hacía falta; él lo encontraría.

—¡Chequearé las cámaras de seguridad, Gulf! ¡Lo encontraremos! —gritó Bright antes de que el castaño abandonara el lugar.




Quince minutos antes.

Brigth le había dicho que lo esperara hasta que saliera del baño, que se quedará allí por un momento, que no se alejara ni un poco, pero a Mew no le gustaba estar solo y mucho menos en un sitio totalmente desconocido para él. Quería hacerle caso a Bright, de verdad quería ser un buen chico y no desobedecerlo, mas no logró contenerse cuando divisó a Gulf cerca de allí.

Titubeo un segundo, ya que no sabía si estaba bien si se dirigía con él, pero al ver que Gulf se alejaba cada vez más, decidió dejar su puesto y correr en la dirección en la que iba el castaño. No le resulto para nada fácil alcanzarlo dado que había muchas personas estorbándole el camino y no se animaba a pedirles permiso para pasar, pero Gulf continuaba avanzando sin detenerse. Impaciente se escabulló entre las personas que caminaba por aquel pasillo, sin embargo lo perdió de vista cuando dobló en una esquina del pasillo. Se desesperó y corrió para alcanzarlo. Cuando giró hacia donde creía que se había marchado se encontró con muchas más personas desconocidas que lo miraban con extrañez, haciéndolo sentir intimidado.

Pelîgrō dē Êxtīnción ೫ MēwGûlf [Adapt.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora