Al minuto exacto en el que GuIf pudo obtener la dirección del supuesto lugar en el que se hallaba su ex pareja, corrió en busca de las llaves de su auto, con una desesperación que lo aniquilaba por dentro. Le avisó a Prach, a través de alarmantes gritos, la situación que estaba atravesando First, diciéndole, también, que poseía en sus manos la dirección de su paradero. Con una velocidad de los mil demonios tomo el primer abrigo que encontró y se lo colocó a Mew, quien se encontraba muy desorientado y no entendía nada acerca de lo que sucedía, mas no se animó a preguntar sus inquietudes. Al contrario, se limitó a quedarse en silencio y obedecer a todo lo que le decía GuIf.
No bastó más que cinco minutos para que los tres jóvenes ingresaran al estacionamiento de aquel sofisticado y más que seguro edificio que estaba custodiado por colegas de los dos agentes (por tal motivo Prach pudo entrar al mismo sin problema alguno). El estacionamiento, que se ubicaba en el primer subsuelo, estaba desolado y siniestramente silencioso, iluminado con lo necesario para que la oscuridad no dominara en aquel sitio cerrado. Se veían múltiples autos en reposo, aguardando a que sus dueños volvieran a utilizarlos y así recorrer una vez más las calles de la ciudad.
El chico de ojos marrones se separó de los otro dos con el propósito de ir en busca de su auto. Mientras que, por un distinto lado, GuIf, seguido por Mew, se dirigía a pasos veloces hacia su auto. Apenas llegaron, se adentraron a éste, y sin perder ni una pizca de tiempo, el castaño dio marcha atrás, saliendo del puesto de estacionamiento. Cuando obtuvo la oportunidad aceleró, dispuesto a abandonar el lugar. First lo divisó a lo lejos y entonces aceleró él también, resguardándose de no perder de vista aquel vehículo que debía encargarse de seguir, pues no tenía la menor idea de cómo llegar al destino.
El temor que embargaba Mew dentro de sí aumentaba a cada milésima de segundo por culpa de las actitudes inusuales del chico que se llevaba el papel de ser su primer novio. Le asustaba el modo sumamente arriesgado en el que conducía GuIf, rompiendo el límite de velocidad, y como si fuera poco, pasándose varios semáforos en rojo. Le causaba muchos nervios observarlo de aquella manera, sujetando el volante con extremada fuerza al punto en el que sus nudillos se tornaban níveos.
En aquel momento, lo único que más quería Mew era que el castaño detuviera el auto, con el único propósito de poder proporcionarle un reconfortante abrazo y conseguir que el aludido se calmara entre sus brazos para que luego, una vez relajado, le explicara lo qué ocurría... Pero Gulf nunca se detuvo.
Bueno, sí se detuvo una única vez en todo lo que les llevó el recorrido, pero al hacerlo rápidamente colocó el freno de mano y apagó el motor, indicando que ya habían llegado a dónde sea que fuera el lugar al que GuIf deseó llegar con tanta urgencia. Y para antes de que Mew pudiese abrir la boca y mencionar algo al respecto, el mayor, con un severo tono autoritario, le pidió, o más bien le exigió, que se quedara dentro del auto. A continuación, abandonó su propio vehículo y cerró la puerta con fuerza, dejando a su chico solo, asustado y muy, muy intrigado.
Una bonita y majestuosa casa, típica de los suburbios, se alzaba en frente del auto que el ojiazul ni siquiera se había molestado en estacionar como se debía. En aquella residencia, cuyo jardín delantero se veía espléndido y muy bien cuidado aun estando en las penumbras de una noche estrellada, se podía contemplar a través de las ventanas la gran cantidad de gente que había dentro de esa casa. Gente que, por supuesto, ni siquiera la cuarta parte vivía allí, sino que estaban presentes por la única razón de asistir a una fiesta.
La música se oía desde lo lejos, anunciándole a toda la cuadra que, en efecto, unos cuantos jóvenes la estaban pasando bien... o quizá no. Apenas entró, Gulf percibió el olor a alcohol que penetraba en el aire combinándose con el humo que desprendían los cigarrillos encendidos. Miró a Prach, quien había ingresado a la casa después de él, y le gritó al oído por encima de la música que sería mucho mejor que se separaran para buscarlo. Y así lo hicieron. GuIf se fue por un lado y Prach por otro, ambos procurando que First se hallara dentro de la casa, respirando.
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Pelîgrō dē Êxtīnción ೫ MēwGûlf [Adapt.]
FanfictionUn color de ojos quiere dominar: los líderes. Un color de ojos está en peligro de extinción: los débiles. Una corporación del estado lucha por obtener la estabilidad social y la igualdad entre los distintos colores de iris. Gulf Kanawut, un miembro...