Capitulo I

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Ciudad de México, México. Noviembre 25, 2007. 11:45pm.

Y aquí estába yo, en una mugrienta y asquerosa celda de comisaría. ¿Todo por qué? Por hacerle caso a Dilan y Leo de prender pirotecnia en el jardín de mi vecina, y como consecuencia de eso, deje todo su jardín quemado junto a su rosal, y sin mencionar la cola de su pequeño gato. Pobre Hamburguesa.

Volviendo con los causantes de todo esto, son unos malditos, no sé  cómo puedo llamarlos amigos, lo primerito que hicieron al escuchar la sirena de la patrulla policial es huir, dejándome a mi tirado como un perro. Pero esto no se va a quedar así, ojalá vengan a rogarme por un jodido porro, y con todo el encanto les diré un rotundo no.

La molestia se me bajo dos grados al ver a mi compañero de celda. No les voy a mentir, que era bastante lindo a pesar desde el ángulo en el que lo estaba viendo, tenía el cabello con grandes rizos color chocolate, era un tanto músculoso y de piel morena, sus ojos no lo podían ver por qué se encontraba dormido, pero tenía unas largas pestañas casi chocando con sus mejillas rosadas. Temblaba a pesar de que no hacía tanto frío. Parecía tenér unos 17 o 18 años.

Me acerqué para verlo mejor, su playera blanca estaba llena de lodo al igual que sus converse. Y olía a.... ¿alcohol y orina?

Tomé el borde de la manga de mi suéter hasta que mi hombro quedo al aire y guarde mi mano en el. Esperé unos segundos mientras que me decidía si debería hablarle o no.

–Hey, amigo, despierta.–le di leves golpes con mi puño envuelto en el suéter.–Vamos, dime qué no estás muerto.

Lo siguiente literamente no me lo esperaba para nada. Unos ojos color café realmente hermosos me observaban desde el suelo. Se veía un tanto asustado y temblaba aún mas.

–¿Y tú quién eres?.–preguntó. Vaya, sabía hablar.

–Soy Joaquín.... Y estoy aquí porque incendiar el jardín de mi vecina, ah, también la de su pobre gatito junto con los imbéciles de mis amigos.

Le contesté mientras sonreía, tenía que ser agradable porque: 1) era lindo y 2) no sabía si era narcotraficante y si lo molestaba tal vez me mataría o vendería mis órganos a Pakistán. Uno nunca sabe, y como dice mi abuelita "más vale prevenir que lamentar".

–Emilio..... Soy Emilio, y yo estoy aquí por algo realmente estúpido.–creo que tenía un tipo de retaso, hablaba con la voz muy grave y arrastraba terriblemente las palabras. Omg no, estaba borracho, por un momento ignore el desagradable olor que desprendía. Iugh, Joaquín ¿Cómo pudiste ignorar eso?

–Bueno.... Emiliano, cuéntame tus razones, soy todo oídos.–me senté algo muy lejos de él y de su repugnante olor.

Es Emilio. Okay, como verás hoy es veinticinco de noviembre y es mi cumpleaños, 18 para ser exactos.–río, aunque ni él se encontraba la gracia.–mi amigo Ian junto con su novio y hermano organizaron una fiesta en mi honor, en mi casa, ya que aprovecharon de que mis padres no estaban en mi casa. El caso es que había mucho, pero mucho alcohol y al ser mi fiesta creo que me aloque y bebi de más. Lo último que recuerdo por ahora es estar orinando a tres esquinas de mi casa en el neumático de una patrulla policial.

–Wow amigo, si que tuviste una noche loca.–no podía decirle nada más, estaba en un dilema, de si reírme o no. Tenía razón eso sí fue algo realmente estúpido.–Y supongo que, hmm.–miré mi reloj que por suerte los oficiales no me lo habían quitado, y si todavía seguía siendo veinticinco de noviembre.–Felicidades, te abrazaría o algo pero apestas peor que un camión de basura.

–Oh, gracias, creo que tal vez podríamos conocernos un poco más, total ya sabemos nuestros nombres.

–Si bueno....

–Bondoni, hora de irse.

Fui interrumpido por el oficial. ¡Hora de irme! Mi madre va a querer quemarme vivo, para así después hacer hamburguesas y dárselas de comer a Hamburguesa. Jodido gato de rabo quemado.

Adíos Emilio. Nos vemos luego, claro, sino es que mi mamá me cocine vivo. Por favor te me cuidas y deja de orinar en los automóviles de los oficiales, por favor.

–Claro Joaco, nos veremos por ahí.–sonrío. Hoyuelos, tenía hoyuelos por dios le quedaban perfectos.

Me paré rápido y antes de salir de la celda me despedí de él con la mano.

Y así fue como conocí a mi mejor amigo.

❁ Babies for Joaco || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora