Esta es la historia de Zee, un hermoso y poderoso vampiro de 2000 años, que tras la muerte de sus padres a manos de sus enemigos, se convierte en el Lord de toda una Comunidad Vampírica.
Constantemente sus dominios se ven amenazados, por lo que tant...
Zee muy nervioso, daba vueltas por toda la habitación, en la que permanecía esperando antes de ir ante el supremo anciano y casarse.
-Mi rey—Habló Janis entrando por la puerta—... ya todos los invitados llegaron y están muy satisfechos con los aperitivos.... La verdad es que has tenido una muy buena idea poniendo el buffet libre con esa gran selección de ganado de nuestras granjas.
-Sabía que les gustaría pero espero que no los maten o no producirán más... He avisado a los lacayos que los cambien cada cierto tiempo, los humanos son muy frágiles y se mueren con facilidad.
-Si hermano, tú estate tranquilo.... Todo estará bien, tú sólo preocupate de tu reina—su hermana le acarició la espalda.
El vampiro chasqueó la lengua.
-Sabes que esto es un mero trámite social.... Los ancianos se han empeñado en exigir que todo rey que gobierne debe tener una pareja a su lado, yo no la he elegido.
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-Lo sé hermano pero llevas siglos haciendo lo que te daba la gana...Ya sabíamos que tarde o temprano esto pasaría.
-¿Y qué dices tú?, ¿cuándo aceptarás contraer matrimonio con Mean?, él está loco por ti y tiene mi total aprobación.
-No me interesa, hermano... además creo que no es cierto ...yo soy muy joven y bella para comprometerme... el día que me quiera morir de aburrimiento con una sola pareja lo sabrás -dijo la vampiresa sentándose en uno de los sofás de la habitación.
Zee frunció el ceño e hizo una mueca con su boca, mientras la miraba fijamente pues los dos tenían la misma edad y él estaba a punto de casarse.
-No me odies, hermano...Yo no soy el rey de ésta Comunidad y tendré total libertad para casarme cuando quiera—volvió a hablar esta sonriendo.
De repente las puertas se abrieron y Pangpond apareció.
-Mi rey...la ceremonia va ha dar comienzo...su futura esposa ya está cerca.
Zee asintió.
El guardián entonces reparó en la princesa y se quedó embobado.
—Es-Está deslumbrante esta noche, mi señora.
—Gracias, lo sé...tú tamb...bueno es igual.
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Zee negó con la cabeza y entonces puso el brazo suspendido en el aire para que su engreída hermana se agarrase y así caminar juntos hacia el altar, dónde daría el si quiero a la desconocida que sería su compañera eterna.
Todos los invitados hicieron una reverencia al verlos y finalmente tosos entraron en el salón ceremonia.
La música nupcial que anunciaba la entrada de la princesa prometida comenzó a sonar y entonces la hermosa Lamai, hija de un monarca del Norte, caminó erguida y muy orgullosa.
El anciano comenzó entonces su sermón citando antiguos pasajes de las leyes vampíricas y también habló de los cambios vividos tras los siglos, hasta que finalmente llegó el momento en el que Zee y la vampiresa debían darse el si quiero.
De repente la alarma de la mansión sonó y Pangpond y otros guardianes irrumpieron gritando en el gran salón.
