IX

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Los vampiros estaban muy desconcertados.

-¿Qué vamos a hacer, Zee?-preguntó uno de los duques de las tierras del Norte-...Está amaneciendo y no podemos salir a defender la mansión, acabarán entrando.

-No os preocupeis- dijo entonces Saint-...yo saldré y se irán conmigo... yo les explicaré a mi padre y a los demás que no queréis seguir luchando en esta guerra absurda.

El rey vampiro lo miró extrañado pues el hermoso híbrido no dejaba de sorprenderlo.

-Gracias.

El híbrido asintió confirme.

-Muy bien, confío en tú palabra-Habló Zee antes de irse-....Vosotros, acompañarle hasta la puerta principal -ordenó a dos de sus guardianes más fieles antes de regresar de nuevo a sus aposentos.

Saint cubrió su cuerpo con una camisa que le habían dado y saliendo de la mansión tranquilamente, entonces los licántropos salieron de las sombras en su forma humana.

-¿Alteza?, ¿Sois vos príncipe, Saint?-preguntó uno de ellos mirándolo con asombro.

-Si, soy yo Long, ¿quién más?-respondió sin parar de caminar.

-¿No se ha encontrado a los vampiros, señor?, ¿No le han hecho nada?-preguntó el otro licántropo.

-Si los he visto y por eso debo hablar con mi padre y con el consejo cuanto antes...Los vampiros no son malos, ellos están tan asustados como nosotros...

(...)

Pangpond regresó y entonces llamó a la puerta del monarca.

-Se han ido mi rey.... El híbrido ha alejado a los otros licántropos como dijo.

-Está bien...entonces que abran la puerta del refugio y que salgan todos, ya no hay peligro.

-¿Y su esposa, señor?, ¿Ella se quedará aquí?.

Zee entonces miró al guardián sin saber que decirle pues se había olvidado completamente de la boda pero todavía esta no era su esposa pues la ceremonia había sido interrumpida.

Ya no estaba tan seguro de acceder a casarse tan fácilmente, de repente sin esperarlo el pequeño y hermoso híbrido vino a su mente, haciendo que un suspiro se escapase entre sus labios.

-¿Mi rey?-le llamó el guardián esperando respuesta.

Este reaccionó.

-Emm...si...eh...no eh..que le preparen una de las habitaciones principales... La que está junto a la de mi hermana será perfecta.

-Si mi rey, como usted ordene.

Ya en la soledad de su cuarto, Zee se tumbó en la cama que aún olía a Saint y permaneció así durante horas pues ese olor le era muy atrayente.

Este era una mezcla rara pero despertó sus sentidos aún más y avivó sus ansias dormidas.

No sabía si volvería a verlo, esperaba que sí pues esa dulce criatura lo mantuvo mirando al techo hasta que se hizo la noche nuevamente.

Mientras, en el mundo subterráneo Saint explicó hasta el cansancio lo que había sucedido a su padre, a sus hermanos y a los miembros del consejo pero todos estaban incrédulos ante la historia.

El rey y muchos estaban heridos y débiles y contemplaban con asombro lo entero que estaba Saint, el cual no tenía ni un rasguño pero si traía un olor diferente y no era de la camiseta apestando a vampiro que llevaba y la cual le arrancaron tan pronto llegó ante ellos.

-Bien hijo, seguiremos hablando de esto en otro momento.... Ahora vete a comer algo y a descansar-le ordenó finalmente su padre.

-Si pero piénsalo... Recuerda lo que te he dicho-volvió a hablar el mas joven antes de irse.

-Padre... ¿Acaso no creerás una sola palabra de que esos vampiros no quieren luchar y que tienen tanto miedo como nosotros, verdad?-preguntó Boun- ...sabes que los vampiros le han dejado libre pero porque seguro traman algo, ¿verdad?.

-Si padre, además huele diferente... Han experimentado con él y ahora está de su lado- habló entonces Tay.

Kong miró a sus hijos y a los miembros del consejo y no sabía que decirles pero lo cierto era que tardarían tiempo en atacar de nuevo pues estaban débiles y habían perdido a muchos hermanos en la lucha.

Aunque Saint hubiese traído ese recado de los vampiros, él no podía olvidar su odio de un día para otro, ya que no podía olvidar lo que hicieron a sus antepasados e incluso a su querida y difunta esposa Kanda.

11. Vampiros -Zaintsee -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora