XIX

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Había tocado a un leopardo de las nieves!

Cuando volví a casa esa noche fue lo único que quería contarle al Conde.

Dijo que se sentía muy orgulloso de mi... no entendía por que, pero escuchar que lo decía se sintió agradable.

Nunca había escuchado eso directamente del Conde.

–Puedo preguntarte una cosa? –Preguntó Eric esperándome en la puerta de mi habitación.

–Dime –Acepté ladeando la cabeza sin entender.

–Pasas mucho tiempo en la biblioteca, verdad? –Preguntó dejándome más desconcertado todavía.

–Antes pasaba todo el tiempo que no estuviera en clases en la biblioteca –Respondí abriendo la puerta de mi habitación para entrar–. Ahora sólo voy en los recreos de 30 minutos.

–Y el bibliotecario te suele molestar? –Dudó esta vez como pensando bien que palabras decía.

El bibliotecario...

–Siempre me saluda por mi nombre, y cuando eran los descansos de la comida se intentaba acercar algo, pero no me gusta, nunca le he respondido a ningún saludo –Expliqué sentándome en mi cama.

–Como averiguó tu nombre? –Preguntó ahora dejándome pensando.

Cuando ese hombre dijo por primera vez mi nombre y por que?

No lo recordaba...

Recordaba que siempre lo hacía, pero no hubicaba cuando empezó.

–No se, la verdad –Contesté con sinceridad.

–No vuelvas a ir a la biblioteca solo –Pidió tensando la expresión.

No volver a ir a la biblioteca solo?

–Y que voy a hacer entonces en el tiempo libre? –Planteé no gustándome lo que dijo.

Para él era muy sencillo... todos lo adoraban, en los recreos siempre estaba con alguien.

–Estar conmigo –Concluyó directamente abriendo la puerta de mi habitación.

Y se fue tan rápido como llegó.

Su expresión era rara... aunque no sabría decir exactamente por que era.
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Faltaba algunas noches, iba otras, si podía iba a la clase de Eric y sino encontraba algún sitio donde sentarme en los pasillos.

Las clases al final se convirtieron en algo raro.

El Conde decía que daba igual, que era normal.

Solo con saber que había en contra odio algo que me gustaba le llegaba.

Me gustaba acariciar la leopardo de las nieves que cuidaba Eric, al ser criada por humanos era sumisa y le gustaba que la acariciaran mientras Eric la chequeaba.

Había encontrado algo que me gustaba...

Yo qun sentía como que no me lo creía.

No sabría ni explicar por que me gustaba, simplemente disfrutaba de esos momentos.

–Dejo esto en la taquilla y vamos –Comentó Eric tras acercarse a mi.

Entonces esperaría en mi taquilla.

–El baile de invierno! Con quien te gustaría ir!? –Saltó un hada más que emocionada viendo el cartel del baile de este año.

El baile de invierno...

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