XXXII

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–Contento con lo que has provocado!? –Saltó papá tratando de mantenerse lo más calmado posible dada la situación que había montado.

Aun no me quitaba las palabras de Eric de la cabeza.

Quería a Rui... lo quería de verdad...

Me había sustituido por que se había enamorado, pero al mismo tiempo seguía diciendo que si no fuera por mi nuestra relación estaría igual que siempre.

Era mi hermano... la única persona del mundo que consideraba cercana! Era prácticamente lo único que tenía... y él eligió a Rui por encima de mi aun sabiendo toda mi situación?

–Silas! –Me llamó la atención papá haciendo que regresara a la realidad y dejara de mirar al suelo–. Cuando vas a dejar de cubrirte con las excusas de tu pasado y vas a tomar el control de tu vida!?

–No me cubro con excusas! –Me quejé tratando de reaccionar.

–Si lo haces! Cada vez que tu carácter se sale de control, cada vez que atacas a alguien, cada vez que simplemente haces algo que sabes perfectamente que está mal y conoces a la perfección sus consecuencias, pretendes que después absolutamente todo quedé personado por las circunstancias! Es que Eric me ha dado la espalda! Es que Rui me cae mal! Es que mis compañeros no me gustan! Es que! Es que! Es que! Siempre es "es que"! Por cuantos años más va a ser así!? –Espetó más que alto y claro poniéndose en pie–. Tienes que hacerte responsable de tus actos Silas! Y eso incluye tus palabras atacado hasta arriba de celos! Sabes lo difícil que me ha resultado esto!? Que Rui se sienta estable emocionalmente! Que se apasionara por algo por primera vez en su vida! Joder Silas! He tenido que conseguir un gato por lo mal que estaba yendo todo el tema de Rui! Y justo cuando consigo que suba el primer escalón lo empujas y lo haces caer por un balcón!

–No entiendes nada –Murmuré doliéndome ya la madibula de la tensión.

–No! Tu eres el que no entiende nada por que está demasiado preocupado siendo el ombligo del mundo! –Negó rápidamente dando un golpe en la mesa consiguiendo controlar su fuerza para no romperla–. No quieres aceptar la ayuda de nadie pero pretendes que todo elundo se apiade de ti y te deje hacer lo que quieras y las cosas no son así! Puedes llegar a ser tan mezquino! Pareces uno más de la manada de la que te saqué!

A eso último si que ya no respondí, abrí la boca sin creerme lo que acababa de escuchar mirándolo directamente a los ojos... pero no fui capaz de que de mi garganta saliera nada.

Se me hizo un nudo en la garganta muy rápido.

–Quédate bien con lo que estás sintiendo, por que así es exactamente como nos sentimos todos cada vez que abres la boca solo por hacer daño –Concluyó firme y sin retractarse de lo que había dicho–. Y espero que las cosas empiecen a cambiar pronto... por tu bien.

Y me señaló la puerta para que me fuera.

Me acababa de decir que era como esos hombres lobo... los de esa manada...

Jamás me había dolido tanto solo un par se palabras.

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A la noche siguiente todos fueron al instituto como si no hubiera pasado nada, pero yo aún no podía ponerme en pie sin que me dolieran las piernas desde el inicio de mi dedo hasta la cintura.

Me había destrozado completamente los músculos, y al haber sido tan grave a mi cuerpo le estaba costando mucho.

–Que tal te encuentras? –Preguntó papá entrando en mi habitación mientras yo miraba cosas en el teléfono.

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