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XXV

Según mi reloj llevaba 3 horas esperando al regresó de Eric.

Estaba atrapado en la pista de baile, lo veía perfectamente cada vez que me giraba, unas veces bailaba con chicas, otras con chicos, todas caras que conocía de perseguirle siempre por los pasillos.

Sentía que dolía... como si me hubieran dejado tirado aunque fui yo el que dijo que aceptara el primer baile.

Pero nadie me dijo que esto se alargaría 3 horas.

Estaba cansado de mirar el reloj, así que me levanté dispuesto a irme ahora mismo.

Ya había comprobado perfectamente como era un baile, y era genial... pero no para mi.

A quien iba a engañar? Claro que no era para mi.

Fui estúpido al aceptar en primer lugar, era Eric... claro que tendría a chicos y chicas detrás interesados en él.

Si, definitivamente fui bastante estúpido.

–Hola Basil –Saludó el bibliotecario pillándome a mitad del camino para ir al aparcamiento.

Si solo lo ignoraba como siempre ya estaría... daba igual como me llamara.

–Estás precioso Basil –Halagó caminando lo más pegado posible a mi.

Solo tenía que ignorarlo...

–Te quiero Basil... –Susurró tan cerca de mi que sentí que casi me lo decía al oído.

–Aléja... –Traté de quejarme y empujarlo.

Pero me agarró antes de que pudiera terminar de hablar y comenzamos a forcejear sintiendo como tiraba de mi.

Mierda!

–Suéltame! –Girté sin encontrar forma de ir en contra de su fuerza.

Por que todo el mundo tenía que ser más fuerte que yo!?

–Te quiero Basil –Repitió más que feliz y sin importarle que trataré de alejarme–. Te he hechado tanto de menos.

–Que te jod... –Insistí solo consiguiendo que tapara mi boca y me metiera dentro del instituto.

Yo traté de impedírselo agarrándome a la puerta con una pierna intentando hacer toda la fuerza posible, pero al final lo único que conseguí fue hacerme daño, romper el pantalón y perder un zapato.

Esto no me podía estar pasando...

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Mierda! Al final me habían liado tanto que Rui se fue!

No... tenía que haber alguna posibilidad de alcanzarlo!

Salí corriendo en dirección a los coches tratando de pararlo antes de que se fuera... pero a mitad de camino encontré uno de sus pendientes tirados.

Mierda... tan disgustado se había ido?

Yo tenía planeado una noche genial, quería bailar con él y decirle mis sentimientos... quería comprobar si ahora me creía... y se había ido.

La había cagado muy hasta el fondo... Rui no me perdonaría jamás.

Seguí caminando para ir al coche con el pendiente de Rui en la mano... hasta que llegué a una de las puertas del instituto.

Su zapato estaba ahí tirado.

Algo descolocado guardé el pendiente en el bolsillo y cogí el zapato antes de abrir la puerta.