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XXXVII

Rui... desde que habló con Silas estaba que no estaba.

Parecía un muñeco sin vida que en ocasiones hablaba solo.

Decía cosas horribles sobre si mismo, y me daba un poco de miedo escucharlo, pero tampoco me veía capaz de dejarlo solo con Queen.

Papá había quitado absolutamente todo con lo que se pudiera hacer daño, pero aún así...

-Come un poco más, solo un poco -Pedí con el vaso y la pajita en la mano.

Ya llevaba un buen rato tirado en el suelo apoyándose de lado en la pared.

Desde que estaba así era incapaz de tomar siquiera la mitad de un vaso de sangre.

-Hazlo por mi, por favor -Casi supliqué ya prácticamente poniéndole la pajita en la boca.

Necesitaba comer, los vampiros podían perder el control por el hambre muy facilmente.

Con los ojos apagados y tristes me miró como si hubiera escuchado mis palabras por primera vez en su vida, y abrió la boca aceptando comer un poco más.

Ver eso fue más que suficiente para mi.

Papá había dicho que ahora sólo podíamos esperar... que había tratado de limpiar lo máximo posible que hubiera podido dejar esa mujer en la cabeza de Rui, pero ahora dependía de él creer o no lo que papá le hubiera dicho.

Y esto le estaba resultando mucho más difícil de lo que esperaba.

-Buenas noches -Saludó papá tras asomar la cabeza un poco dudoso.

Pero al ver que estabamos sentados en el suelo suspiró y cerró la puerta antes de que Queen se escapara.

Rui prácticamente terminó solo la taza de sangre por primera vez en noches.

-Gracias -Agradecí al ver el vaso vacío.

-Muy bien, así podrás ser un vampiro fuerte -Le felicitó papá sentándose a su lado.

Y llevó una mano a sus labios haciendo que abriera la boca para ver si sus colmillos habían crecido al tomar sangre.

Esa sería una señal de que todavía tendría bastante hambre, pero no fue así.

-Que tal ha sido la noche hoy? -Preguntó mirándome ahora a mi.

-Como el resto de noches -Murmuré poniéndome en pie para dejar el vaso a un lado.

Aburrido por que se sentía como cuidar a un vegetal.

-Me estoy volviendo loco? -Dudó Rui casi en un hilo de voz mirando a papá.

Que hubiera abierto la boca para no hablar solo y despreciarse era ya un avance.

-La escuchas en tu cabeza? -Preguntó papá pasando su mano por el pelo de Rui quitándolo todo de su cara.

Rui solo fue capaz de asentir con la cabeza dejando que Queen se le subiera sobre las piernas.

-Se que es difícil, pero se irá, no te vas a volver loco -Intentó calmarlo papá pegándose a él apoyando la espalda en la pared.

Y Rui se apoyó sobre él cerrando los ojos con fuerza y miedo.

-Eres alguien genial Rui, aprenderás muchas cosas, no la escuches -Comenzó a repetir como todas las noches-. No dejes que esas cosas horribles que te hizo creer se hagan realidad, ahora eres libre...

Todas las noches cuando se acercaba el amanecer papá tenía que venir y reptirle una y otra vez esas palabras hasta que se dormía o se callaba lo suficiente para entrar voluntariamente en cama.