XXII

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Al llegar a casa yo insistí en irme con Eric aprovechando que el Conde estaba en una reunión y no me pedía ya que fuera a hablar con él.

–Se irá, no tienes por que estar tan preocupado –Se quejó tirándose en su cama.

Y con eso apartó varios de los cojines que siempre tenía en cama.

–Vas a dormir? –Pregunte sentándome en el borde de su cama viendo como precisamente hacía eso.

Pero en vez de responder me agarró y tiró de mi haciéndome caer sobre él.

–Solo una cabezada para el dolor –Respondió girandose y aprisionadome entre la cama y él.

Antes de poder quejarme Eric perdió el control sobre su forma humana dejando sobresalir sus negros cuernos y convirtiendo su mulet turquesa oscuro natural en una larga melena de puntas negruzcas, sus colmillos se afilaron sobresaliendo superficialmente mientras sus ojos se convertían en los de un felino dejando salir también dedel final de su espalda una cola de gato muy espesa del mismo color que su pelo mientras en sus manos sus dedos se volvieron negros terminando en puntiagudas garras que no te dejaban saber el inico de su uña y el final de su dedo.

No era la primera vez que lo veía así, pero si la primera en la que me dio miedo.

–Lo siento, así me resulta más fácil mantenerlo a ralla –Se disculpó cayendo a mi lado rendido manteniéndome bien agarrado.

–No te encuentras bien –Me quejé suspirando pero sin impedirle dormir.

–Solo 5 minutos, ya veras –Insistió apretandome contra él.

No tardó nada en dormirse en cuanto le dejé, podía escuchar su corazón.

Solo podía ver su techo con simbolos que desconocía su significado.

Precisamente hoy, que me sentía absolutamente vacío y sin propósitos en la vida le tenía que pasar esto a Eric.

Estaba preocupado, esto no le pasaba muy a menudo.

Y si estaba perdiendo fuerzas y el humano recuperaba el control sobre su cuerpo?

Y si el Eric que conocía desaparecía para siempre?

Me asustó mucho pensarlo.

No se cuanto tiempo estuve así simplemente divagando en mi cabeza, pero cuando me di cuenta Eric estaba recuperando en su totalidad su forma humana.

Eric se incorporó a los pocos minutos con dolor dejándome libre al fin, pero otra vez abrió los ojos con una expresión que no era suya.

–Quien eres? –Dudó una voz casi desconocida saliendo de sus labios.

–Donde está Eric? –Pregunté alejandome de él tan rápido como podía acorralandome contra la cabecera.

Él no era Eric... y quien que ir que fuera él alargo la mano hacia mi consiguiendo que entrara en completo pánico.

Solo tuve el instinto de gritar todo lo alto que pude mientras él me agarraba y trataba de forcejear conmigo por mi silencio.

Chille tan alto por el Conde y de Elea que creí que me quedaría sin voz impidiéndome gritar más nombres mientras él trataba de agarrarme y poner un cojin sobre mi cara para callarme.

No tenía tanta fuerza como Eric, no pude llamar por nadie más... todo se convirtió en negro y haciéndose muy difícil respirar y forcejear.

Estaba haciendo mucha presión haciéndome poner la cabeza de lado mientras trataba de presionar más mi cuerpo al lado contrario... trataba de partirme el cuello...

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