Feromonas. (JonDami) (DamiJon)

Capitulo 15

Miró hacia su padre (con cierto desdén, como si poco le importara el sentir de él) y luego observó el panorama completo: Superman y él estaban barriendo mientras oían incansablemente las quejas de Jason y Bruce. No entendía las palabras, pero las venas de sus cuellos resaltaban con cada grito, y sus puños tensos vibraban a cada rato. Mientras Alfred se limitaba a reponer los cinturones de él y su padre (algo que no era de extrañar), Damian se sentía como bajo el agua, sumergido por la presión del océano. Los gritos perpetuaban de forma incómoda los tímpanos de los presentes, incluso Damian, que tan acostumbrado estaba de atravesar por esos pleitos casi amenudo, sintió que ocupaba un lugar extra en todo el ajetreo. Se replanteo la idea de irse a su dormitorio y dejar mayor privacidad al asunto. Y lo medito durante unos segundos ( segundos que fueron minutos), serio y sin un rastro de culpa.
-¿A dónde vas?.- la voz se su padre detuvo su andar cuando noto que ya se hallaba cerca de las escaleras sosteniendo el barandal, lo miro de forma burlona. ¿Cuando se había movido y detenido su labor?. Tal vez...

Sin embargo no hablo, se limito a señalar directo a las escaleras con tal obviedad que no necesitó más que aquella acción de mala gana, moviendo levemente su rostro con aires de sarcasmo para darle a entender a dónde se dirigia.

Deseaba una ducha y algo con lo que alimentarse. Llevaba horas que no probaba bocado ni descansaba como lo era debido. Incluso podía sentir que su garganta seca y rasposa por la falta de hidratacion era igual que tragar arena a cada rato, desagradable e incómodo. Pese a ello, el muchacho había logrado aguantar de forma victoriosa sus necesidades biológicas sin mencionar ni quejarse por las mismas. Cabe destacar que los acontecimientos que había presenciado momentos antes de la llegada de su padre y Superman, lo sometieron de forma involuntaria a un cierre de estomago extremo, y luego de presenciar a la muerte casi de frente, ya no tuvo más fuerzas para querer ingerir algún tipo de alimento. Dejando al menor en una especia de mar bravo, sumergido entre las olas grandes que lo sacudían sin descanso, hundiéndose en su culpabilidad y remordimiento junto a sus innegables sentimientos amorosos por Jon, los cuales no daban tregua ni en los brazos de morfeo.

Jugó con sus dedos con cierto nerviosismo camino a su habitación, permitiendo de forma sutil la repetición casi automática de la escena brutal de Superboy. Su estomago se contrajo con vigor, doblegando su espalda y parte de su orgullo cuando de forma vil. Tuvo que detener su paso a medio camino. El momento repto con cizaña por su consciencia, remarcando que su mera presencia era nefasta y fatídica, resultando inútil a la hora de ayudar a los demás.

Atrapo su labio con firmeza, reprimiendo un lamento. Llorar no harían mejor las cosas, ni mucho menos devolvería a Jonathan a la normalidad.

El carmesí de la piel ajena aún persisitia sobre sus memorias, como un sello a fuego, marcado como un ganado. El rojo era intenso y daba la sensación de dolor, de agonía. Se estremeció de tan solo pensarlo. ¿Acaso él podría ser capaz de resistir?. Sacudió la cabeza en negación, nunca lo sabía ni mucho menos pretendía pasar por lo mismo. No podía hacer que los gritos guturales de Jon se detuvieran, iban ligados a las memorias e imposibles de callar. Hacian eco, como si estuviera rodeada de azulejos y aquello hiciera que el eco se intensificará, perforando sus tímpano y erizando su vello corporal como una descarga eléctrica.

Sus manos temblaron y tuvo que retener una leve arcada con su palma. En su vida habría visto cosas horrorosas y tan poco decentes que una escena del crimen hecha por el mismo Jack el destripador la vería como un paseo por el parque. Pero nada se comparaba cuando frente a tus ojos colocaban a tu ser preciado y lo sometían al sufrimiento. Jonathan sufría, gritaba, y él contemplaba la piel expuesta siendo profanada por ampollas más inmensas que su dedo pulgar, que surgian sin piedad sobre la carne y la hacian lucir como un montón de gusanos viscosos que se lo devoraban. Incluso el aroma de aquella sustancia peculiar se mantuvo impregnada durante horas sobre las fosas de Damian, acentuando el recuerdo, distorsionando gran parte su realidad, cuestionando sus acciones y tomando un rumbo indeseado de las mismas.