Feromonas. (JonDami) (DamiJon)

Capitulo 31

"Solo hacer que lo tome" no era un pensamiento sencillo.

Arregle el desorden de la cama. Coloque las almohadas en su lugar y estire las sábanas hasta dejarlas sin arrugas. Me recosté sobre ellas y mire el frasco contra luz. Una pequeña cosa que podría darme la libertad que tanto quería, y sin embargo hacía que mi estómago pareciera un océano enojado. Pero sentía que si me iba, de alguna forma volvería a abandonar a Jonathan.

Esto era problemático.

Mi pie había adquirido un movimiento monótono, como si tuviera vida propia y guiará sus acciones por cuenta propia. Era eso, o yo que estaba nervioso.

Ni siquiera tenía una idea de dónde esconderlo, Jonathan podía ver a través de casi todo. Supongo que esa debilidad no había cambiado a pesar de la metamorfosis de Jor-El. Y tal vez, habían otras cosas que tampoco lo habían hecho.
¿Y si en el fondo aún estaban esos recuerdos latentes? ¿Y si realmente se podía volver a la normalidad?

Me senté en el filo de la cama y la cadena sonó como un susurro en el silencio. Aún me faltaba una comida, supongo que ahí sería la aparición de Conner, pero ¿Cómo iba a saber cuándo pasaría? Ni siquiera sabía en qué día estaba, y mucho menos la hora. Pero aún más importante, ¿Cómo se lo daría de beber?

Imposible. Esto era imposible.

El cerrojo de la puerta me tomo por sorpresa y casi dejo caer el frasco al suelo. Mire hacia ambos lados de la cama. ¿Dónde? ¿Dónde lo guardaría? Debajo de la almohada sería sencillo encontrarlo. Y colocarlo abajo de la cama sería aún más fácil descubrirlo.

-Dami, traje unas cosas que te gustaran- oí hablar a Jonathan y el sonido de unas bolsas de papel le acompañaban.- Están nuevas, y te prometo que no se lo saqué a ningún cadáver ni a nadie que haya matado para  posteriormente robarselo.

Lo coloque debajo del colchón del lado donde dormía. Seguramente tardaría en encontrarlo.

-Se que no te gusta que te traiga cosas, asi que pensé que lo mejor sería hacer un juego. Si te portas bien, obtendrás un premio, y si te portas mal, un castigo.- concluyó antes de cerrar la puerta y mirarme. Parecía un niño pequeño entre tantas bolsas que traía. Apenas se le veía el rostro y el azul de sus ojos brillaban más de lo usual

-Eso parece genial.- dije lo más casual posible pasando una pierna sobre la otra.
-¿En serio? Generalmente gruñes por lo bajo e insultas.- me observo antes de dejar todo arriba de la mesa. Lugar al que no lograba llegar. Solo él la usaba y era como un recordatorio de niveles. El comía ahí y yo en el suelo.
-Hoy...estoy de humor.- mentí y mire hacia otro lado. Mentir era un arte, y ese arte lo conocía perfectamente. Éramos uno en totalidad. Así que mi corazón jamás tembló.
-Ya veo. Me alegra que quieras colaborar. Hoy cuando fui a la cuidad tuve mucho trabajo que hacer, habían un grupo de personas...- su voz se fue desvanecido. Lo miraba pero no lo escuchaba. Él se movía de un lado a otro contando algo, algo que no me interesaba oír. Porque seguramente involucraba asesinato, y escuchar a Jonathan hablar de una forma tan siniestra me revolvía el estómago. La inocencia que alguna vez tuvo, se esfumó. Y si observaba lo suficientemente de cerca, era como verme en un espejo requebrajado. Este Jonathan era arrogante, desequilibrado, impulso, un psicópata. Lo que en algún momento de mi pasado fui.
Steve fue la prueba de ello (la principal), luego le siguió el trató aquí adentro. Él solo era un títere. Pero a pesar de repetirlo, una parte de mi no podía detener este sentimiento tan repulsivo que susurraba debajo de mi piel. Este sentimiento que murmuraba palabras de desprecio. No quería odiarlo, pero me estaba resbalando como arena.

-...pensé que te gustaría pintar aunque tú mano no se recupera del todo, creo que esto podría servir, pero solo si te portas como corresponde. ¿De acuerdo?- se sentó a un lado y coloco su mano sobre mi rodilla.