глава 14

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Las horas pasaban, los días, luego los meses y con este los años, pero a pesar de eso yo sentía que en mi esos años no pasaban, todo en mi mundo crecía, mi pequeño hermano, el tiempo se notaba en mi madre y en Damien, en Grigori, en todos, al igual que mi imperio este también crecía.

No había lugar ni persona que no temblara al escuchar mi nombre, que no temblara al escuchar siquiera el sonido de mis pasos, o que resistieran mucho que nuestros ojos se conecten sin esperar mucho para bajar su mirada, ese miedo, era mi alimento, esas miradas de terror, el ver como la vida en sus ojos se apagaba luego de tirar el gatillo o simplemente con mis manos, algo que hacía muy seguido, sentía que vivía solo con miraba de terror en las personas que osaban enfrentarme cada año las cosas marchaban bien, sin problemas que no pueda resolver.

Pero este año después de tantos años de prosperidad, tenían que arruinarse, me he sentido intranquilo, inquieto, como si de un presentimiento se tratase, todavía no se que es pero me pone de muy mal humor, y mi nivel de tolerancia con las personas es mucho más bajo que el mínimo de costumbre.

Aquí en casa todo marcaba normal, mi mamá y Damien estaban insoportablemente enamorados, Grigori salía para mi sorpresa con Colins, quién iba a decirlo, ya me parecía raro las insoportables y constantes visitas de Grigori al calabozo o ver a Colins muy seguido aquí en casa, cosa que según ellos era una amistad pero cuando se presentaron formalmente como pareja quedé sorprendido y disgustado no tan solo tenía que soportar a esos dos hermanos en el calabozo sino también que los tenía que ver un mi casa en casa cena o reunión "familiar", el idiota de Griogori estaba feliz no tan solo por su novio sino porque mi mamá junto con Damien y Arseni se lo tomaron con mucha alegría aceptando no tan solo a uno de mis trabajadores como parte de la familia; palabras de mi mamá, no las mías; sino a ambos hermanos, aunque el mayor no venía mucho, el más chico si, y solía quedarse a dormir, había tratado de acercarse a mi pero le había dejado en claro que porque salga con Grigori, yo siempre seria su jefe.

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- Anton, ¿quieres ver una película con nosotros?.- preguntó alegre entrando a mi habitación, me levanté de la cama y me acerqué a él, su sorpresa fue cuando lo tomé del cuello estampándolo contra la pared con fuerza.

-Te lo voy a decir una sola vez y muy lento.- le dije ejerciendo fuerza sobre su cuello, haciéndolo luchar no tan solo para alejarme sino por respirar.- No quiero que ni por un segundo vuelvas a pensar que es una excelente idea el volver a entrar a mi habitación.- apreté más, estaba furioso.- y me vale tres hectáreas de mierda que salgas con Grigori, estas aquí metido solo porque mi madre me lo pidió.- su cara comenzó a ponerse roja, no importaba cuando luchaba yo tenía mucho más fuerza que él.- yo siempre seré tu jefe, tu maldito rey, ¿me has entendido?.- apreté más.- no me hagas volver a repetirlo, pero ahí si que te voy a matar, me importa una mierda si Grigori te quiere.- Asintió como pudo dándome a entender que si tenía un poco de cerebro, lo solté, calló al suelo, para tratar de recuperar el aire desesperadamente, levantó su mirada, cuando apenas se pudo recuperar.- Largo.- sentencié, se levantó rápidamente, para tratar de irse cosa que no evite, cerré la puerta de mi habitación y me acosté de nuevo en mi cama, cerrar mis ojos y hundirme en mi oscuridad.

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Cada vez pasaba menos tiempo en mi casa, todos estaban tan felices y con alegría, ya no sentía que era mi casa, ya no sentía ese lindo vacío y silencio tan reconfortante que me hacia sentir cómodo, odiaba estar ahí, asique prácticamente solo iba para ver a mi madre o desayunar con ella, luego me despedía de ellas por las noches y salía de esa casa, no mandaba a la mierda a todos, solo porque mi mamá me suplicó que no armara ninguna rabieta, rabieta, esa palabra usó conmigo, y con toda la fuerza de voluntad de mundo, solo atine para irme al lujoso hotel de uno de mis socios, solo ahí sentía esa soledad, ese vacío tan familiar, solo ahí me sumergía en mi propia oscuridad, en donde recordaba cada segundo de mi vida, el día que maté a Anzor seguía tan fresco como la primera vez, en la cual me dejaba llevar por todos mis demonios, en esa oscuridad en la que me sentía vivo.

💀Anton Kuznetsov💀⚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora