Pasaron los meses y yo todavía trato de adaptarme a mi nueva vida.
Mi hijo está todo el día afuera junto con Damien haciendo su trabajo y últimamente me he sentido un poco sola, en esta enorme casa paseando de aquí para allá adentro, ya que Anton me pidió por favor que sólo saliera cuando estuviera con él o con los demás, según él sólo por seguridad y tranquilidad suya, sinceramente por más que odie admitirlo me he acostumbrado a esta vida desde hace años ya la vivo y no me molesta, si lo sé tengo que cambiar esa maldita costumbre.
Suelo sentarme en el jardín de esa gran casa y pensar en toda vida una y otra vez, pienso es mi único amor Artemi..pienso en Anton, en Damien y Grigori, he incluso en Anzor, es lo único que hago divagar, pensar y reflexionar.
Por la noche llegan los chicos sin falta y cenamos como una familia, me cuentan de su día y los conozco un poco más, sinceramente me siento comoda y me siento segura.
Hoy después de bañarme bajo para desayudar cuando me encuentro con Grigori.
- Galina.- me sonrío.- Buenos días.- se acercó a mí para besar mi mejilla.
- Grigori.- le sonreí.- Que sorpresa verte por aquí cariño.- me senté en la silla alrededor de la mesa ya que mis piernas dolían y eso creo que se debe al embarazo.
- Si..es raro pero hoy la verdad que tenía ganas de quedarme en casa.- dijo sentándose igual.- Papá y Anton se manejan bastante bien juntos..y..yo pensé de que vos y yo podriamos pasar tiempo también.- me dijo algo apenado.- Pero si no querés lo voy a entender.- trató de levantarse.
- Como no voy a querer cariño.- le sonreí maternal.- Me haría mucha ilusión tu compañía.- sonrío bastante contento.
- Eso es estupendo.- dijo alegre.- Que te parece si hacemos unos pasteles o..también podríamos ir afuera..o también podríamos ir a caminar o...- reí hablaba rápido.
- Lo que vos quieras, me encantaría.- el pensó un poco.
- Yo..no sé si sabes pero siempre quise aprender a cocinar.- me dijo animado.
- ¿Tu madre no te enseñó?- su rostro al instante se entristecio.
- Yo..no ella murió cuando yo era niño..- dijo triste pero luego cambió su mirada a una fría.
- Oh..cariño..lo lamento tanto.- dije acariciado su mano.
- No te preocupes..esta bien..la verdad que deseo que nos conozcamos...- me sonrío.
- Bueno, ¿Que te parece si empezamos a cocinar dale? Y de paso me hablas sobre vos..¿por cierto cuantos años tenés?.- asintió emocionado, para luego hablar.
- Bueno..yo tengo 21.- wow parecía más grande, aunque si era más grande que Anton, quién sólo tenía 16.- Y la verdad me gusta mucho el boxeo..también sé pintar, así expreso lo que siento en el momento, cuando quieras te muestro.- dijo alegre, yo asentí con una sonrisa mientas sacaba los ingredientes para la tarta.- También me gustan muchos los autos y correr en ellos, el fútbol me encanta pero aún así me gustan los musicales, suelo ir a verlos, en si me gusta todo lo que es el arte, teatros y demás, me gustan muchos los perros pero tengo una fascinación por lo animales marinos, también...- siguió hablando por horas, era un chico que hablaba hasta por los codos y era bastante extrovertido, y bastante distinto a Anton, me sorprendía que fueran tan amigos y lo digo por los gustos de ambos..tan distintos, definitivamente este chico especial.
En fin así estuvimos toda la mañana y tarde cocinando, hablando y charlando sobre nosotros, sobre su padre y sobre Anton, era muy tierno verlo tan animado mientras cocinaba y con muchas ganas de aprender, se ponía contento cuando lo felicitaba hasta incluso me abrazaba cuál niño pequeño, aunque de niño no tenía nada...en cierto punto me había puesto un poco triste ya que con Anton nunca compartí estas cosas, siempre fue un niño bastante único en su manera de ser, diferente, tan maduro y serio para su edad, calculador e inexpresivo, con una incluso mirada vacía y me dolía en el alma. Aunque no me quejaba de Grigori era un muchacho muy agradable y demasiado divertido.
-¿Interrumpo algo?.- exclamó una voz conocida, me giré para ver a mi hermoso hijo, con si típica mirada seria e incluso molesta.
- Mi amor!¿Como estás? ¿Que haces aquí tan temprano?.- me acerqué a él para besar su mejilla.
- Bien madre¿y vos? ¿el bebé? Demian me comentó de que Grigori anda con vos y venía a verte, a ver como van las cosas.- dijo algo molesto.
- Ohh bueno corazón, yo estoy perfecta y él bebé también, bastante bien acompañada.- sonreí para Grigori.- Si por suerte estuvo haciendome compañía toda la mañana y tarde es un chico estupendo.- mi hijo gruño.
- Bien..sólo no te acostumbres porque yo sólo soy TU hijo.- me dijo serio.- Y vos sos sólo MI madre y de nadie más.- reclamó molesto.
- Hijo....- negó la cabeza.
- Tengo que irme porque Damien me necesita.- miro a Grigori.- Espero que te quede claro.- le dijo amenazante.
- Si.- sólo eso respondió Grigori, mirando un punto inexistente en la pared de la cocina, pero claramente se lo veia tenso, pero no tanto como lo estaba Anton.
- Perfecto.- me miró.- Te amo madre a la noche nos vemos.- me besó la mejilla y se fue.
-Grigori..no le hagas caso ¿si?.- puse mi mano en su hombro.- Por desgracia heredó esa parte de Anzor.- me disculpe.
- Eso no es lo único que heredó.- susurró.
-¿Como?.- le pregunté ya que no había escuchando.
- Nada...nada....- sonrío.- Y si lo entiendo, Anton es un chico con suerte...el poder tener una madre como vos.- dijo algo triste.
-Oh cariño.- lo abracé.- Tranquilo ¿si? Por más que no sea tu madre, aquí estaré para vos siempre pase lo que pase cariño .- asintió más alegre.
-Gracias..de verdad.- dijo agradecido.- Que te parece si seguimos.- cambio de tema yo asentí con una sonrisa y nos dedicamos a seguir cocinando y conociendo nos más.
Después un cansador día lleno de actividades junto con Grigori, llegó la noche y con ella la hora de cenar, y como era de costumbre los muchachos llegaron puntualmente.
- ¿Cómo está la mujer más linda de toda está casa?- preguntó Damien, mientras besaba mi mejilla, sonreí sonrojada.
- Hola Damien, ¿como te fue?- le pregunté, con el rostro acalorado.
- Excelente preciosa excelente.- me miró fijamente.- Pero igualmente no veía la hora de llegar y así por fin verte.- me sonrío de costado.
- Damien pero que cosas decís.- le dije con todo el rostro seguramente más rojo como si eso fuera posible- Adivina que.- le dije tratando de centrar su atención en otra cosa que no sea en mi.
- Que sucede bonita.- se acercó a mi lentamente..carajo Damien..
- Tu...tu...hijo tiene un don en la cocina.- le dije contenta.- Y hoy cocino él.- me giré para tomar los platos.
- ¿Enserio? Eso había que comprobarlo..- me ayudo con los platos.
Nos sentamos en la mesa y comimos el delicioso platillo hecho con tanto amor y dedicación por parte de Grigori, y como era de esperarse era delicoso, una deliciosa lasagna.
- La verdad hijo..esto está riquísimo.- lo felicitó.
- Gracias papá.- le dijo con una sonrisa.
- Si..esta bueno Grigori.- sonrío apenas mi hijo.
- Si lo sabía.- rió con aires de grandeza.
Luego de charlar un poco, me decidí en ir a dormir, estaba agotada y mi pequeño niño o niña cada día crecía más y me dejaba aún más agotada. Luego de besar cada mejilla y de deasear dulces sueños, subí a mi pieza para cambiarme por el pijama y acostarme en esa comoda cama y así caer en un profundo sueño.
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💀Anton Kuznetsov💀⚫
Teen FictionNuevamente me encuentro frente al espejo y me miro, observo cada parte de mi y pienso...¿Qué tan distinto soy a él? Con ella... no puedo serlo. Con ella nada me diferencia de él. Era el maldito rey del infierno. Y todos lo sabían. (*Parte ll de "los...