Murcia, España, febrero 2019.
Oriana Pérez.
escucho la puerta de mi habitación abrirse y ni tan siquiera me esmero en girarme para ver quién es, no tengo ánimos. Solo quiero estar acostada todo el día.
— hola —escucho la voz de mi hermano— ¿cómo te sientes?
—no quiero hablar Pablo. —respondo.
—entiendo, pero entonces quiero que escuches lo que tengo que decir —no respondo— Oriana, cuando volviste, por todo lo sucedido, supe que iba a ser difícil, y supe que iba a ser el doble de difícil por Ginés, ambos creían que se conocían pero no es así, han cambiado. Yo quise advertirte sobre él, sabes que algunas veces te dije que es un tipo de cuidado, ahorita está descontrolado, y todos lo sabemos, solo que yo no quise interrumpir porque creí que tú podrías ayudarlo, y que él podría ayudarte a ti. Y ahora que te veo así me duele el corazón porque no mereces eso.
—Pablo, yo quise ayudarlo, de verdad, pero él no se deja ayudar, y todo eso me está desgastando, para lo poco que nos llevamos hay demasiado estrés y tensión —digo mientras me giro para verlo— entre ver que Ginés estuviese bien, la universidad, tratar de manejar mi estabilidad, lo que hago es perder mi paz, tener ataques de ansiedad, y ya no sé qué hacer ¿Viste mis notas de este semestre? Todas están bajas, y eso me causa más ansiedad, porque me da miedo no cumplirle a nuestros padres. —digo en medio del llanto y desesperación que me empieza atacar. Pablo me ayuda a sentarme en la cama, me ayuda a controlar mi respiración, y luego me da un abrazo.
—estás tan pequeña para cargar con tanto estrés —dice mientras soba mi espalda— no sabía nada de eso ¿por qué no me dijiste Ori? Soy tu hermano, mi deber es cuidar de ti mi niña.
—es que no quería molestarte, tú también tienes tus problemas Pablo, también sufres, no quiero presionarte más —digo y él me mira con algunas lágrimas en sus ojos.
—nunca serás una molestia para mí Oriana. Eres mi motor ¿okey? Por ti es que sigo tratando de mantenerme fuerte, porque sé que me necesitas, que Vicky me necesita, no vuelvas a pensar eso.
me abraza con fuerza y yo lloro, porque necesito desahogarme.
—y con respecto a Ginés, yo creo que ustedes sí están hechos para el otro, pero este no era el momento en el que debían encontrarse. Ambos están mal, y aunque siempre se han apoyado, hay cosas en las que necesitan tener que estar lejos del otro para poder curarse del todo, yo sé que amas a Ginés, pero primero aprende a curar tus heridas, para luego curar las de otro. —dice mientras sonríe.
—supongo que tienes razón. —respondo.
—¿por qué no empiezas por darte una ducha y bajar? Bruno, Chemi y Alfonso vinieron, y Bruno pregunta por ti. —dice y yo sonrío.
—en un rato bajo. —respondo. Deja un beso en mi frente y sale.
empezaría hacerle caso a Pablo. Además, hace muchísimo que no veo a Bruno, y realmente me hacía falta, él siempre ha estado para Pablo, y lo quiero mucho, siempre nos demostró que podíamos confiar en él, y que siempre nos aconsejaría, aunque aveces fuese un poco torpe.
me doy un ducha, decido escuchar un poco de música mientras me ducho, para mejorar mi ánimo. Cuando salgo me visto, me pongo pantalón, y un blusa color mostaza que deja ver mi abdomen, cepillo mi cabello y bajo para saludar a las visitas.
—pero mirad chavales, viene bajando la chiquilla más guapa de España —dice Bruno mientras me ve y yo sonrío— ven y dame un abrazo tía que hace siglos que no te veo. —dice mientras extiende sus brazos y yo camino hacia él para abrazarlo.
—te extrañé muchísimo. —digo mientras sigo abrazada a él.
—yo también. Me enteré que fuiste a una fms, pero esa vez andaba sumamente ocupado, y no pude verte —dice mientras nos separamos.
saludo a los amigos de mi hermano y me siento con ellos en la sala para hablar un rato, y poder distraerme por un momento.
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sueños interpuestos ; walls.
Fanfiction"no, no puedo, yo tengo promesas qué cumplir, y no puedo estar contigo. Eres una supernova y yo apenas paso apercibida en ésta constelación que es la vida."