quince.

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Murcia, España, noviembre 2018.

Ginés Paredes.

un mes con Oriana devuelta, un mes en el que la última vez que hablamos fue cuando me pidió que me fuera de su habitación, y a pesar de que vive frente a mi casa no la veía muy seguido, solo la veía salir y entrar de su casa, cuando iba venía de la universidad, eso era todo, éramos el dicho de "tan cerca pero tan lejos."

me siento en la acera de mi casa y me quedo ahí con mi mano escondida entre mis manos, cansado de la soledad que en mi alma habita, y en el dolor que no sé como cesar, necesito un manual de como restaurar un alma rota, para saber qué hacer con la mía. Siento la presencia de alguien más a mi lado, y alzo mi vista, encontrándome con la castaña de ojos claros a mi lado.

— hola —dice— ¿me puedo sentar a tu lado? —asiento y toma asiento a mi lado, logrando robarme el aire por un momento. Me sigue encantando el brillo que carga, ese brillo que podía iluminar una ciudad entera si así lo quisiera— ¿desde hace cuánto que cargas una botella de ron bajo el brazo? ¿hace cuánto estás bañado en alcohol? —me quedo en silencio, y aunque me siento apenado disfruto de este silencio, porque todo lo que provenga de ella hace que me sienta en paz.

—cuando me di cuenta, llevaba dos meses bañado en alcohol, aunque yo no sentía el tiempo, dije, yo puedo sobrellevar esto, luego fueron tres meses, y ahora, llevo seis meses bañado en alcohol y yo siento que apenas llevo una semana. —respondo. Su mano se coloca en mi espalda, y la sube y baja, mientras sonríe sin mostrar los dientes.

— eso no es sano Ginés, por favor busca ayuda, son solo seis meses, pero no está bien beber de esa manera, tienes un futuro por delante, tienes una carrera que seguir, lo estás haciendo muy bien como para que lo quieras estropear —da una palmadita en mi espalda.

—esas palabras significan mucho viniendo de ti —respondo mientras ella mira hacia el cielo. 

"—significan mucho viniendo de mi musa" pensé.

—¿no te encanta el cielo? las estrellas habitan en él, hay unas que destacan más que otras —veía con emoción el oscuro cielo que nos acompañaba— hay personas que son como una supernova, son una explosión de talento y gracia —dice mientras me ve— mientras otros somos más como simples estrellas.

—no, la verdadera supernova de nosotros, eres tú Ori, siempre has sido tú. —digo mientras sonrío embobado y ella ríe y niega con la cabeza.

—alma poeta, alma que no descansa, eso eres tú ¿no? —dice con una sonrisa— pero te lo digo en serio, por favor deja de bañarte en alcohol, que eso no arregla nada.

—no sabes el porqué lo hago Oriana. —respondo.

—no puedo saberlo, ya no sé nada de ti —dice mientras me ve— tú te volviste un desconocido.

—¿por eso me negaste delante de todos? —digo.

—es que tú ya no eres Ginés —su tono de voz emite decepción— tú ahora eres walls, y joder chaval, parece que hay mucha diferencia entre ambos. 

—entonces déjame presentarte a walls. —digo y ella niega con la cabeza.

—yo no quiero conocer a walls, yo quiero a Ginés, y si ese Ginés no piensa volver, quiere decir que es porque esa era se acabó, y dando esa era por acabada, mi estadía en tu vida también termina, Walls no encajará conmigo y tú bien lo sabes —dice para después levantarse de la acera y sacudirse el polvo de su pijama— descansa supernova. 

y se fue, otra vez.

sueños interpuestos ; walls. Where stories live. Discover now