5. Vivir.

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—Vete a la mierda, Torrente.

—Pues resulta que al superintendente Jack Conway, le gusta bailar Barbie Girl en su Audi rosa. —dijo con una sonrisa el nombrado.

—¡Capullo! ¡Que eres un capullo! —se levantó y le dio un porrazo.

—¿¡Por qué lleva la porra, super!? —corrió hacia los baños Torrente y ahí se escondió, tras la puerta medio entornada.

—Porque quiero. —la guardó y se sentó de nuevo el atacado. —Ven aquí, payaso.

Obedeció y volvió a su sitio.

—Bien, vamos a jugar a un juego para conocernos mejor. Cada uno le hace una pregunta a la nueva, y si ella no quiere contestar bebe. Si la contesta, bebemos todos.

—¿Sólo cerveza? No tiene gracia. —se acabó el botellín la chica y lo dejó sobre la mesa.

—Si todo el mundo está de acuerdo, jugaremos con esto. —Volkov fue a por una botella y volvió también con unos vasos de chupitos.

—¡Sí! —aplaudió la chica. —Se pone interesante la cosa. Por cierto, ¿cómo te llamas? No nos han presentado. —Dijo con una sonrisa al chico que no conocía.

—Es Ivanov, que no confundir con Ivadog, el perro del jefe.

—¿Tú perro se llama Ivadog? —le miró con una sonrisa enorme. Algo dentro de él se movió, y asintió. —¿Pasa algo? —preguntó cruzándose de brazos.

—No, no, solo... me esperaba algo más serio para usted. No le pega mucho, señor.

Todos asintieron con una pequeña sonrisa y Greco sirvió el vodka en los vasos de chupito.

—¿De dónde eres? —preguntó el mismo que había servido.

—Nueva York, de las afueras.

Todos bebieron de una.

—¿Qué edad tienes?

—Veinte años.

—Pareces mayor. —dijo el super. Ella asintió, siempre se lo decían.

—Voy a atreverme a hacer la gran pregunta. —dijo Torrente sirviendo de nuevo vodka. —¿Estás soltera?

Todos rieron y miraron a la chica expectantes. Ella, ignorando sus miradas, bebió su chupito rápidamente.

—Información confidencial, lo siento.

—¡No vale, eso tienes que responderlo! —se quejó Dan, que se había quitado la capucha hacía rato, igual que su compañero.

—Debería contestar señorita, para evitar malentendidos.

—Bien, bien... estoy soltera. —rió ella— pero ahora os toca beber.

Al superintendente, le gustó la respuesta, pensó mientras bebía su chupito.

—¿Quién es el más guapo de la oficina? — preguntó Fred, creyendo que diría él.

—Esa sí que no la voy a responder— bebió el chupito.

Así siguió la noche. Descubrieron que a la chica le gustaba el maquillaje y las armas. Que la hacían sentirse poderosa. También que antes estaba en una mafia, pero que no se arrepentía de haberse unido a la policía. Estaba feliz de llevar una vida más tranquila. Su color favorito era el rojo y su canción favorita una de Lana del Rey.

Se negó a responder si alguna vez tuvo novio, algo que no extrañó a Jack. Sabía como había acabado la historia, lo había leído. Después cambiaron a preguntas de ella para ellos, y como estos respondían todas, la chica acabó muy borracha.

¿Brigitte? (Jack Conway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora