¿Anne?

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Se levantó con el sonido de los primeros pájaros cantar. Con ánimos se alisto, se hizo sus dos trenzas y sonrió al espejo. La mañana iba bien, parecía perfecta, no quería pensar en el ayer. Bajo y Marilla y Mathew estaban en el comedor.

-Buenos días-dijo un poco tímida. No sabía como iban a reaccionar ellos ante lo que hizo ayer.

-Buenos días Anne. Por favor siéntate-dijo ella. Asentí y me senté, tome un poco de pan y me lo metí en la boca, mientras ambos me miraban con detenimiento.

-Perdón por lo de ayer. No ayude en nada y ahora tendrán problemas por mi culpa-solté. Ambos se miraron entre sí.

-No tienes que disculparte por nada. El fuego seso desde que tu entraste, cuando paró Gilbert dijo que fue gracias a ti que el fuego cedió-dijo Marilla, la mire con una mirada sarcástica, por mi lado me sorprendí por el mencionado, pero no quise prestarle atención a ese tema, no hoy.

-Iré a bajar tus cosas-dijo Mathew.

-Creo que siempre seré juzgada-añadí. Marilla asintió con la mirada perdida.

La peor parte fue decir adiós a sus queridos Mathew y Marilla. La dejaron en la estación de trenes de Charlletown, que la llevaría a Nueva Escocia.

Ahí se encontraba el internado. Aunque regresaba a Nueva Escocia, se sentía feliz de saber que era un nuevo comienzo. Aunque no había pasado ni unas horas ya extrañaba Green Gables, y a los Cuthbert, pero eso no arruino su ánimo y se dispuso a disfrutar del viaje y de la bella vista que presenciaba. Pocas veces vio el mar en su vida, pero las únicas veces que lo hizo le encanto su olor y el sonido de este. Disfrutaba la sensación de sus pies caminar por la arena mojada que dejaba sus huellas por donde ella pasaba. Sabía que alguien más las vería y esa persona conocería que ella había pasado por ahí.

No sentí pesar al ver atrás, ese pueblo no se merecía el pesar de nadie, menos el mio...

-Creo que Anne no regresara-dijo Josie Pye. Estaban en el descanso compartiendo sus comidas en una de las esquinas del salón-Y si lo hace-dio una pausa, mientras le daba un mordisco a una manzana-Me alegro que tenga la suficiente dignidad de hacerlo. Después de haber golpeado a Gilbert Blythe de esa manera. Parecía una salvaje-fue interrumpida por Diana.

-¡Cállate Josie Pye! Todo lo que paso fue culpa de Gilbert. Anne lo ignoraba y el insistía, además ella nunca quiso hacerle daño a Ruby. ¿Tú reconoces eso Ruby? -Diana vio a Ruby, pero por su lado no recibió respuesta, la rubia solo se hizo la desentendida. Molesta Diana Barry se levanto y camino a su asiento, dejando a sus amigas confundidas.

Su lado estaba vacío haciendo más notaria la ausencia de su querida Anne. Cada día extrañaba mucho más a su amiga. Su espacio fue ocupado por un chico que deseaba hablar con Diana-Diana, disculpa si te molesto, pero...Anne-dijo el chico con cierta dificultad, mientras sonreía nervioso.

-No se si volverá Gilbert. Ahora deberías irte-Aunque en esos momentos estaba molesta con Gilbert, le enseñaron a siempre ser educada y guardar la calma en estos momentos. Él asintió y con una sonrisa dejo a la pelinegra nuevamente sola.-Gracias-dijo antes de irse.

Las clases acabaron y Diana estaba decidida a ir a ver a Anne-¡Diana!-escucho que alguien la llamaba-¿Ruby?-dijo al verla.

-¿Donde vas?-pregunto la rubia-A Green Gables. ¿Quieres acompañarme? Le dejare los libros a Anne.-dudo al inicio pero después siguió. Acompaño a Diana hasta Green Gables y se encontraron con una Marilla un poco triste.

-Buenas tardes señorita Cuthbert, como ya me conoce soy Diana Barry y ella es Ruby Gillis, somos compañeras de Anne y estamos preocupados por su ausencia-dije mientras le daba los libros de Anne a Marilla.

A blooming love| Shirbert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora