Querida Diana

900 81 29
                                    

Se miro al espejo antes de salir. Hoy sus pecas resaltaban más de lo normal, haciendo ver sus ojos más grandes y coloridos. Suspiro mientras se cepillaba el cabello, lo dejo suelto y bajo donde Cole ya la esperaba para irse a la escuela-Espérame, solo iré a ver a Mathew antes de irnos-le dije. El asintió, subí y lo vio descansando. Marilla dijo que hoy vendría el médico de nuevo, así que no se preocupo tanto por él.

-Ahora si. Vayámonos-le dije a Cole. Ambos salieron de Green Gables. Anne y Cole andaban por el bosque espantando a los animales con sus voces.

Hablaron de cualquier cosa hasta que la escuela ya era visible entre los arboles. Anne se detuvo. Si ayer fue un pésimo día, no quería ver que tan mal le iba a ir hoy. Pero siguió caminando antes que Cole se diera cuenta-¿Estás nerviosa?-preguntó. Ella negó con la cabeza, mientras evadía la vista a otro lado.

-Anne te conozco. ¿Te mueres de los nervios? ¿Verdad?-dijo Cole riendo. Anne asintió decepcionada de ella misma.

-Vamos. Hoy no puede ser como ayer. Seguramente hoy nadie te pondrá atención-Tal ves tenía razón. Se armo de valor y antes de entrar hablo.

-¿Puedo?-refirió a tomarse de la mano. Cole le tendió la mano y le abrió la puerta. Nadie los miro. Cole tenía el poder de abrir puertas tan sigilosamente que parecía un don. Anne y Cole colgaron sus abrigos y sus sombreros. En ese momento todos voltearon a ellos. Cole y Anne se sentaron evitando a los demás.

Pero aquello duro poco cuando Billy, Charlie y Moody acercaron a ellos-Anne de Green Gables-dijo Billy. Ella lo miro. Cuando le hablo le recordó la mañana del día que en que huyo, solo pudo mirarlo fijamente, lo odiaba demasiado. Sabía que lo fulminaba con su mirada así que después de unos segundos el la quitó y aparento no ser intimidado por ella.

-Y ¿Tú de donde eres?-le preguntó a Cole. El sonrió y respondió-Soy de Nueva Escocia-respondió amablemente-Ven con nosotros-le dijo Billy. Cole me miro y le di una media sonrisa y con la mirada le dije "Esta bien". Cole se levantó y fue con ellos.

Mire a la ventana y me encontré con nieve. Solo nieve. La nieve eran tan blanca. Antes pensaba que era aburrida, que necesitaba colores. Pensaba como se vería una nieve de color rosada o amarilla. Pero ahora que lo recuerda, era una mala idea. Lo simple que era la nieve la hacía perfecta. Anne sintió cuando Cole se sentó a su lado, se giro para hablarle sobre la perfección de la nieve, pero no era lo que ella estaba esperando por ver.

-Cole...-dejo las palabras en el aire y donde se empezaba a formar una sonrisa dejo de hacerlo.

-No soy Cole-dijo sonriendo. Ella cambio a una mirada seria y las miro fijamente con intriga. Ruby, Jane, Tillie, Josie y Diana se encontraba paradas frente a ella, encerrándome-Anne tienes que contarnos todo-intervino Ruby-Si. Dinos donde estabas metida-añadió Josie Pye. No pudo creer como eran estás chicas. Josie Pye que trataba de sacarle información, tratando de hablar conmigo después de todo lo que me ha dicho y todo lo que me hizo.

-Vamos a la esquina-insistió Josie. Conocía esa sonrisa de Josie Pye, sabía que aquello era con dobles intensiones y era más que una preocupación o curiosidad por ella, era para fines más hirientes.

Anne se levantó y todas caminaron, pero para su sorpresa Anne no fue con ella, sino, que salio del salón. Anne fue al río donde recuerda meter su frasco de leche todas las mañanas hace unos años. Miro su reflejo en él. Prefirió ignorarlas en vez de responder agresivamente o enojada, no quería hablar, menos con ellas, ahora ya no pintaba una muy buena mañana.

Pensó que hoy todos la ignorarían, pero no fue así. Antes no era rencorosa, la verdad nunca lo fue, pero cuando pensaba en el pasado su sangre hervía, era demasiada ingenua para darse cuenta que ellas realmente no eran sus amigas. Pero bueno Diana...Podría ser que ella podría llegar a hacerlo. ¿Pero que dices Anne?-se reprimió y bufó molesta. Estaba tan molesta de estar aquí. Por Dios, como deseaba estar en Nueva Escocia, tan lejos como pudiera de Avonlea.

A blooming love| Shirbert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora