A blooming love| Shirbert

Un amor creciente

Siempre soñé con este momento de mi vida. El momento en el que empieza tu felices para siempre. El momento donde ya eres una adulta y puedes hacer todo lo que te propongas porque ya no hay nadie que te restrinja las cosas.

Para llegar a este proceso pasamos por muchas cosas. Tal vez buenos momentos, donde la vida parecía tener un color rosa, hasta momentos en los que simplemente deseábamos no existir. Desde que tengo memoria,hasta los quince años pase la gran parte de mi vida de esa manera. Pase amargada por un tiempo, hasta que entendí que la vida era muy corta como para pasarla con el entre cejo arrugado.

Sentí miedo muchas veces. Miedo de quedarme sola, desauciada. Como en los libros, donde existe aquella señora que molesta a los niños. Esa señora solitaria. Mi miedo era quedarme sola en este mundo. Pensaba que ya estaba sola, pero si temía es porque todavía tenía algo que perder.

Tenía a los Cuthbert, Green Gables. Tenía todavía a Diana y a Cole. Además de que tenía a Ruby. Y tenía a Gilbert.

Ese chico me enamoro. Me dejo totalmente boba con sus ojos cafés, que podía pasar viendo toda la eternidad, su sonrisa que era única de él. Al día de hoy me tiene igual de enamorada, como me tenía a los 16 años. Nuestro amor es un poco raro, por así decirlo. Podemos pelearnos,hasta por la mosca que pasa, pero aún así todo se arregla con un abrazo.

Pasamos muchas cosas juntos. Resistimos a nuestra separación en la universidad, a nuestras peleas y malos entendidos. Sobrevivimos a todo ellos, por amor. El amor es el que nos mantenía unidos, a pesar de estar en diferentes polos.

Pasamos, tanto el, como yo malos tiempos en estos años. Pero al final todo está bien. Yo soy maestra y el esta por terminar su carrera de medicina. Y aquí estamos. El con su traje formal y yo con mi vestido blanco. Me estaba casando. Es raro, lo sé.

Cuando tenía 13 años pensaba que era tan fea que ningún hombre se hubiera querido casar conmigo, pero no fue así. Me encontré al mejor hombre que pudo venir al mundo. Gilbert Blythe. El chico que algún día golpee con una pizarra. El mismo chico que me regalo la pulsera que hasta el día de hoy traigo puesta y jamás he podido quitarme.

Diana que tiene la mano de su marido entre la de ella me ve con ojos felices. ¿Marido? Si, Jerry. ¿Quién iba a pensarlo? El chico que ayudaba en la granja a Mathew, se casó con mi mejor amiga. Ruby estuvo muy enferma, por un largo tiempo, casi muere. Pero no pudieron con ella. Es una genial esposa y Moody la cuida demasiado.

A lo que quiero llegar con todo esto es que nunca podremos saber lo que nos preparaba la vida. Creemos saber que es lo que viene mañana, pero no es así. Puede ser que mañana podamos estar muertos, nadie lo sabe. Pero es mejor haber vivido este día como el último, a que esperar hasta mañana a hacer las cosas. Todos estos años llore, reí, grité, me enoje y me enamoré, y todo eso me llevo a lo que soy. A lo que tengo.

En veces la vida nos ponemos momentos difíciles, para que podamos disfrutar verdaderamente los momentos de alegría, donde la vida nos sonríe. 

Creo que ya he llegado a mi límite de errores.

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Hemos llegado al final. Esta es mi primera historia y me agrada la idea de que sea tan querida, se que no es la mejor que han leído, pero con el hecho de que le dieran una oportunidad realmente me enorgullece. Muchas gracias por todo y estoy trabajando en nuevas historias, que espero le den una oportunidad como a esta.