¡Feliz Cumpleaños!

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—Yo te amo Anne Shirley Cuthbert—dijo el acercándose a mi.

—Yo también te amo Gilbert Blythe—dije antes de darle un beso.

Me levanté con el aire acelerado, y respirando fuertemente toque a mi lado y vi que estaba Diana Barry. Fue un sueño, solo fue un sueño.

—¿Anne estás bien?—preguntó ella somnolienta. Estaba en pánico, estaba sin palabras y con una aceleración en mi corazón demasiado fuerte.

—¿Que significa "Yo también"?—pensé en voz alta. Vi a Diana confundida—No respondas, solo tuve un mal sueño. Una pesadilla—dije levantándome de la cama donde la noche anterior ambas hicimos una pijamada.

—¿Tú sueñas? Yo no sueño, debe de ser porque no dormimos mucho ayer, digo hicimos un desastre, mi madre va a matarme—bromeo ella. Y yo dando vueltas por la habitación seguía totalmente aterrada por ese sueño tan ¿Perverso? ¿Que fue eso?

—No fue un sueño, fue una pesadilla. Una horrible pesadilla que se puede convertir en una realidad—dije con mis manos entre mis cabellos.

—¿Una realidad?—recapacité mis palabras con ojos sorprendidos.

—No—grite—No puede ser una realidad , jamás va a suceder—dije—¿O si?—pensé. No eso no se puede convertir en algo real, por obvias razones todo era absurdo. Diana todavía medio dormida decidió dormir un poco más a estar viendo como deliro—Genial—pensé. Debe de creer que estoy quedando loca. Y tal vez si me este quedando sin cordura.

Sin duda ese tema que estuvo rondando en todo estos cinco días me estaba volviendo loca, no podía ni ver a Gilbert porque me quedaba helada y no sabía que decirle o que hacer. Me sentía un poco presionada estando a su lado, como que si tuviera que hacer algo, pero no sabía que era. Era imposible sacarlo de mi mente y cada vez que pienso en lo que dijo aquel día me sonrojo de una manera absurda. ¿Por qué es imposible dejar de pensar en el?

Lo único que quería en ese momento era dormir, pero ni eso podía hacer. Como odio a Gilbert Blythe por estar invadiendo mis pensamientos. Ahora estaba presente hasta en mis sueños y solo podían haber dos razones. La primera es que me estoy quedando como una loca acosadora o la segunda...el me gusta.

Se que es lo mas ridículo del mundo, pero tampoco soy estúpida y conozco sobre mis sentimientos, se cuando estoy molesta o feliz, debería de saber cuando estoy enamorada ¿No es así?

—Anne deja de moverte, no me dejas dormir—dijo Diana medio dormida asustándome. Rodee los ojos y me deje caer de nuevo en la cama. Pero sin poder conciliar el sueño todavía.

Toque la puerta de la casa de los Cuthbert un poco ansioso, pero aún así estaba seguro de lo que estaba haciendo. Marilla abrió la puerta y al verme dibujo una sonrisa amplia.

—Gilbert ¿Que te trae por aquí? Pasa—dijo dándome pasada a su casa.

—Muchas gracias—dije de forma educada y entre—Me preguntó que me traía por aquí—dije y ella asintió.

—Anne no está aquí, está donde los Barry—dijo pensando que venía a verla a ella, pero no estaba ahí por eso, de hecho, agradecía que ella no estuviera en su casa en ese momento, le facilita las cosas.

—No vengo por Anne. Quería verla a usted y a Mathew—le contesté. Ella me vio un poco sorprendida pero accedió de igual manera y fue a traer a Mathew quién estaba en el granero.

—Señor y Señora Cuthbert, quería pedirles permiso para llevar a Anne por su cumpleaños a la playa. Sera a las cinco de la tarde y la traeré a la hora que ustedes me lo digan—dije un poco nervioso. Había pasado días pensando que iba a hacer para su cumpleaños y de pronto me salió esa idea, no sabía si a Anne le encantaría, pero esperaba que fuera así.

A blooming love| Shirbert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora