Frágil como la porcelana

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No puedo mentir, duele, arde y quema, realmente es así, llevaba tiempo sin sentir tanto de algo. Creía que en algún momento mi corazón iba a apagarse nuevamente y las lagrimas que se caían por mis mejillas, iban a ser borradas, como si nunca antes hubieran existido. Como que si nunca antes este día, o este momento hubiera pasado.

Frente mio esta Green Gables, antes de entrar a la casa y aparentar que todo iba normal, se detuvo en el granero y se fue a la parte de arriba. Quería un momento de privacidad, quería y necesitaba espacio, sentía que estaba cayendo, parecía que me asfixiaba y me ahogaba con palabras y con un nudo fastidioso en la garganta.

Se arrodillo junto al heno y se limpió las lagrimas ¿Que acababa de hacer? Tal ves el peor error de su vida, tal ves algo demasiado estúpido, pero con gran sentido en cierta manera, para ella lo tenía. Quiero que nadie salga herido, pero ¿A que precio estoy pidiendo todo esto?. Hoy en la mañana no quería saber nada de Diana Barry, incluso, una hora atrás era igual, pero ahora todo es diferente. Ojalá nunca hubiera regresado a Avonlea. Nada de esto hubiera pasado si estuviera en Nueva Escocia. Ninguno de estos pensamientos e sentimientos hubiera surgido.

Nada hubiera pasado si ella nunca hubiese llegado a Avonlea en primer lugar, nada de esto hubiera pasado si ella no hubiera vuelto con Mathew, el día que Marilla la acusó como ladrona. Ojala y se hubiera quedado en ese estúpido orfanato, todo seria diferente.

Tiro sus libros molesta y empezó a odiarse a sí misma-¿Estás bien?-preguntó Jerry subiendo por las escaleras, asustándome.

En cuanto lo vio se limpió las lagrimas y fingió una sonrisa que salió más como una mueca. Dolía sonreír cuando quieres llorar-Perfectamente-contestó. Jerry le dio una mirada incrédula. Se agacho y recogió los libros, camino y los dejo a mi lado.

-Los libros no tienen la culpa-Bromeo. Sabía que intentaba subirme el ánimo así que no me enoje con él. Un silencio se quedo entre ambos, estaba claro que el sabe que estaba llorando.

-Por cierto el libro que me diste es muy interesante. Aunque creo que la protagonista no es muy inteligente-intentaba ayudarme a dejar el tema de lado. Por mi lado intentaba respirar para dejar de llorar y aparentar que nada estaba sucediendo.

-¿Qué dices?-preguntó. La protagonista para ella era una de sus personajes favoritos.

-¿Como puede renunciar a lo que quiere así de fácil? Digo, si tienes oportunidades ¿Por qué no aprovecharlas? Si eso te hace feliz ¿Por qué no hacerlo?-se sorprendió por el análisis que el había hecho y le recordó a ella en estos momentos. Parecía casualidad todo eso, hasta sospecho que el las haya escuchado, pero eso no es posible. Así que solo le contesto.

-Jerry no siempre tu felicidad es tu prioridad. Si tu felicidad daña a algunas personas no está bien que lo hagas-el lo pensó un rato. Hasta que me contestó.

Sabes podría decirse que siempre vamos a dañar a alguien con lo que hacemos y decisiones que tomamos. Pero es mejor arriesgarse y ser egoístas. Puedes ser egoísta alguna vez en tu vida. Después te vas a arrepentir toda tu vida por dejar pasar esa oportunidad. Las oportunidades no caen del cielo y mucho menos se repiten. Jerry me dio mucho que pensar, sus palabras me quedaron durante toda la tarde. Pensé en Diana y en lo que hice. Casi nunca ella era egoísta, por lo general siempre ponía a todos antes que a ella.

Cuando entro a la casa se encontró con Marilla y Cole en la mesa. Los vio muy preocupados así que decidió preguntar-¿Marilla, que sucede?-Marilla al ver entrar a la chica se levantó y la abrazo-¿Sabes lo preocupados que nos tenías?-preguntó Marilla.

-¿Preocupados?-recalco la "S" al final.

-Realmente preocupados-dijo Cole un poco molesto.

-Anne ¿Donde estabas?-preguntó Cole. Se le olvido que se había ido sin avisar a Cole. Pensó de hablar de los niños y los indígenas, pero prefirió no hacerlo.

A blooming love| Shirbert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora