Decisiones

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Entre a la casa corriendo, escaleras arriba entre a la habitación de Mathew y vi a Marilla en su habitación—¿Anne?—preguntó Marilla sorprendida, ella hablo.

—¿Como está?—dijo, Marilla se la llevo para afuera para poder dejar dormir a Mathew—Él esta muy bien, ahora podrías decirme ¿Que haces aquí?—pregunto Marilla. Anne tomo aire, estaba agitada. Mientras ambas bajaban.

—Tenía que venir, y no me digas nada—Marilla le paso agua para que recuperara sus fuerzas.

—Oh Anne, enserio ¿Viniste?—ella no había pisado Avonlea por dos, casi tres años. Tampoco tenía pensado hacerlo en mucho tiempo. Tal ves y nunca lo haría, por los recuerdos de este lugar eran horriblemente amargos pero por Mathew haría cualquier cosa. Marilla estaba agradecida de haber dejado quedarse a Anne. Esta pequeña tan amable y humilde, que se preocupa por los demás, antes que ella misma.

—Mi Anne estas en casa—dijo Marilla. Después de tanto tiempo sin en el espíritu de la pelirroja sentía que por fin su casa estaba completa. Anne la abrazo y Marilla preguntó—¿Cuanto tiempo piensas quedarte?

—Hasta que vea a Mathew perfectamente bien y eso no se discute—dijo ella, Marilla no le dijo nada, parecía más alegre que molesta—Puedes quedarte el tiempo que deseas.

—Debes de ir arriba a instalarte si quieres ver a Mathew cuando despierte—volteó la vista hacía la maleta de la pelirroja. Anne asintió y antes de subir Cole abrió las puertas de la casa—Se me olvidó decirte que Cole me acompaño ¿Puede quedarse con nosotros?

—Por supuesto. Muchas gracias por acompañar a Anne, me siento más tranquila que no se haya metido en problemas—Anne rodó los ojos, mientras Cole dio una sonrisa—Tenemos una habitación arriba. Es la de huéspedes—añadió.

—Muchas gracias señora Cuthbert—dijo Cole y fue con Anne arriba. Ella sonrió y le mostró su cuarto hasta que hablo.

—Muchas gracias Cole—dijo Anne con una sonrisa.

—¿Por qué?—dijo Cole confundido—Por acompañarme. Gracias por ser mi amigo—Anne lo abrazo y Cole le devolvió el abrazo—Gracias Anne por alegrar todos mis días—pensó Cole. Anne sabía que el era diferente y cuando se lo contó ella no dijo nada y lo apoyo y nunca dejo de ser su amiga. Anne era muy importante en la vida de Cole y desde el día que ella llego a Nueva Escocia fue muy amable con él. Desde el día que Anne lo acepto a pesar de ser diferente a los demás chicos, sabía que tenía que devolverle el favor algún día y sabía que debía cuidar de cualquiera que le quisiera hacer daño a esta chica lastimada.

—Bueno dejemos el sentimentalismo. Tenemos que desempacar—se alejó Anne con una pequeña sonrisa que la hizo dejar de pensar en el momento en el que se encontraban, Cole asintió y ambos se separaron para ir cada uno a su cuarto.


Un gran ruido se escucho en la pequeña escuela de Avonlea. Charlie Sloane entro un poco emocionado, todos lo miraron raro, hasta que alguien le digno a hablarle—¿Qué sucede Charlie?—preguntó Moody. Toda la clase tenía su atención y el hablo—Vi a un chico montando a caballo, nunca antes lo había visto aquí en Avonlea, se miraba preocupado y corría a toda velocidad.

—¿Y eso que nos importa a nosotros?—preguntó Josie Pye—Es de nuestra edad, y ahora tenemos dos puestos bacantes, pienso que podría venir.

—No crees que eres muy apresurado al pensar eso. Hace mucho tiempo nadie nuevo está en Avonlea—dijo Gilbert. Todos estuvieron de acuerdo con sus palabras. Pero no falto alguien quien bromeara.

—Y...¿Es guapo?—pregunto Josie Pye. Las niñas soltaron risitas tímidas a su comentario, generando incomodidad por los chicos.

—Como puedo decir eso yo—dijo indignado Charlie. Rieron y señora Stacy interrumpió con su llegada—Buenos días—dijo entrando—Hoy iniciaremos con biología, nada muy interesante, pero vamos a hacerlo—dijo con su misma sonrisa de todos los días.

A blooming love| Shirbert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora