Ágape

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Viví a la sombra de la Verdad inmarcesible,
ignorando un camino que ante mis ojos
juraría, parecía inaccesible.

Me viste amando a tantos dioses invisibles
y no dudó tu corazón desesperado
al dejar correr su manantial tan increíble.

Supiste amarme, Señor, supiste amarme,
cuando el mundo cruento, frío y lleno de dolor,
me mostró pecado y tentación hasta llenarme
y Tú, Señor, solamente supiste perdonarme.
¡Mostrando el verdadero significado del amor!

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