La vida de un adolescente cambia para siempre, cuando hechos desafortunados atan su vida a un detective con serios problemas de autocontrol.
El detective Min busca justicia para los crímenes que aterrorizan la ciudad, mientras supera una traumáti...
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Quería, literalmente, lanzarse por la ventana del carro. Estaba tan incómodo y molesto. Ese otro policía que apareció en la estación no me agradaba ni un poco. Desde que había llegado tenía esas actitudes confianzudas con el Detective Min. Estaba convencido que Yoongi era heterosexual, después de conocer a su ex novia, o lo que sea. Pero las escenas, tremendamente incómodas del regreso a casa, me dejaron claro que no era así.
Ese policía o detective, de gran apariencia, era muy joven para estar en ese cargo; hizo reír a Yoongi todo el camino, hasta hizo una pataleta por la estúpida caja de comida, toda decorada y romántica.
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— ¡Oiga! ¿Tiro la cajita con comida? Me esforcé mucho en esa caja —casi vomito al ver sus estúpidos pucheros, mientras alegaba—. Además, ¿se cree Superman? O ¿desea morir pronto? Usted no come, no duerme, no se baña. —El chico, con su musculoso brazo sacó de la caja unos bocadillos y se los engullo a Yoongi, quien sin pena, ni incomodidad, los recibió. No podía creer este tipo de escena.
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—gracias por el maldito sermón, solo admite que te quieres tragar todo lo de la caja, no imagino cuánto esfuerzo pusiste en eso —El detective reía y bromeaba sarcástico con el joven.
Retiré mi mirada hastiado de ellos, era mi primera vez viendo esa actitud en el detective Min.
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