La vida de un adolescente cambia para siempre, cuando hechos desafortunados atan su vida a un detective con serios problemas de autocontrol.
El detective Min busca justicia para los crímenes que aterrorizan la ciudad, mientras supera una traumáti...
Me arreglé en tiempo récord, Heechang me compró una sopa para la resaca; Una vez estuve presentable salimos con prisa. Quería ver a los ojos a Junhong y comprobar si realmente estaba de nuestro lado.
Buscamos en la universidad sin éxito, Heechang intentó persuadirme de buscarlo otro día pero fui terco y ahora me arrepiento de no escucharlo. Agotados de dar vueltas por la universidad buscamos dónde comer algo en un lugar cercano.
La comida en este lugar era realmente deliciosa, fue perfecta para la resaca me hizo sentir como nuevo. Conversamos animadamente de cosas triviales. Heechang recibió una llamada y salió a atenderla mientras yo pedía los postres, al regresar mencionó que podía ser nuestro día de suerte.
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Minutos más tarde Junhong atravesó la puerta del restaurante y nos buscó con la mirada, Heechang le hizo señas para llamar su atención, me quedé estático mirándolo, una ola de sentimientos paralizó mi cuerpo, solo verlo era más que suficiente para mí, saber que estaba bien me hacía feliz; nos dedicó una sonrisa sincera.
Pasamos más de una hora metidos entre documentos, el administrador del restaurante nos permitió estar allí toda la tarde, pues era una costumbre de los universitarios venir a hacer sus deberes y estudiar en este lugar.
A estas alturas no sé si lo que sucedió después fue una coincidencia o realmente el señor Park estaba siguiendo a Junhong.
Nos tomó por sorpresa, entró deliberadamente al restaurante, agarró por el cuello a Junhong con la intención de golpearlo, como acto reflejo me levante y forcejee con el tipo hasta que lo soltó. El señor Park nos miró a los tres, incrédulo de vernos reunidos, su mirada viajó rápidamente a los documentos que teníamos esparcidos por la mesa tomó uno de los paquetes de hojas y leyó brevemente la introducción. Heechang fue rápido y le quitó los documentos de la mano pero eso no evitó que descubriera de qué trataba la documentación. Sus ojos se llenaron de ira, una ira irracional como cuando yo era niño; no pude evitar que mi cuerpo temblara ante su mirada.
— ¡Tú! ¡Maldito seas! —Me gritó— ¿En qué momento te traje al mundo? ¿Qué demonios haces con él? Y... —su mirada viajó de Junhong a Heechang y los señaló despectivamente— ¿con él? —mire a Junhong preocupado pues se tambaleó por la sorpresa, al enterarse que él era mi padre.
— ¿Desde cuándo te interesa con quién me relaciono?— lo enfrente con prevención, no sabía en qué momento saltaría y me golpearía.
—Debiste morir ese día cuando te atropellé —trague saliva ante sus crudas palabras. Habló demasiado bajo para que los clientes del lugar no lo escucharan, sin embargo Junhong escuchó perfectamente, como un relámpago tomó sus pertenencias y salió del restaurante seguido por Heechang.
El Señor Park me aparto de su camino con tanta fuerza que caí al suelo, asustado por lo que podría ocurrir, me levanté de inmediato, metí los documentos en mi mochila de cualquier manera, y dejé unos billetes sobre la mesa.
