La vida de un adolescente cambia para siempre, cuando hechos desafortunados atan su vida a un detective con serios problemas de autocontrol.
El detective Min busca justicia para los crímenes que aterrorizan la ciudad, mientras supera una traumáti...
-Para que me llamaste? Tengo un camión de trabajo por resolver- alegué entrando a la oficina de Namjoon.
-buenos días Yoongi! Quieres una taza de café?- utilizaba su tono sarcástico tan molesto, fui directo al sofá ignorando sus indirectas.
-no tengo tiempo. ¡Habla!- recibí el café con una mueca.
-tengo muchas cosas que hablar contigo, pero tu estado me preocupa en realidad, soy consciente de que no vendrás a terapia, pero al menos déjame ayudarte con algunos ejercicios o medicamentos...- mi cero paciencia estalló en milésimas de segundos.
-¿Qué mierda está pasando por tu cabeza? No tengo nada; solo falta terminar los putos casos pendientes que me atormentan la cabeza- me levanté como un resorte del cómodo sofá. En verdad estaba perdiendo los estribos.
-mírate! Estas fuera de control- Namjoon sí que sabía mantener la calma- está bien, no insistiré más, pero por el bien de Jimin, es mejor que se aleje de ti lo que más pueda.- concluyó- el necesita un ambiente tranquilo, sin tensiones.
-y...quién demonios va a cuidar de él? Tienes alguna idea de todo lo que implica cuidar a Jimin? Wooo- estaba furioso, camine de un lado a otro desesperado- solo me tiene a mí! El mocoso no sabe cocinar, no es capaz de dormir solo, debes acariciar su cabello para que concilie el sueño, llora bastante dormido y tiene pesadillas todos los días, cuando el dolor se hace insoportable se mete en mi cama en busca de consuelo. Cada mañana espera que le de fresas picadas con cereal porque es su desayuno favorito, si quieres subir su ánimo le encanta el chocolate caliente con galletas, no puedes darle cebollas en la comida, le hace daño... sale cada noche en busca de estrellas para conectarse con su madre y se decepciona mucho si no ve ninguna, aun así, la luz de la luna hace que sus cabellos tengan destellos plateados, sus labios se ponen morados si tiene frío, tiene una estúpida sonrisa cuando ve mariposas...- suspire con la cabeza caliente, la sangre hervía por mis venas. Los ojos de Namjoon estaban a punto de salirse de sus cuencas.
-te das cuenta de lo que acabas de hacer Yoongi?- se levantó de la silla mirándome a los ojos- se sinceró. Estás enamorado YoonGi?- sus palabras me helaron los huesos, sentí como la sangre en mi cabeza me abandonaba en un segundo.
-¿Qué clase de pendejada es esta?- rezongue, sentándome en el sofá rápidamente, mis piernas se sentían débiles. Escuche un fuerte suspiro de parte de mi amigo.
-Yoongi la situación es delicada, sospecho que el problema de Jimin es más grave de lo que pensamos, debo probar algunas cosas aún, si realmente quieres ayudar a Jimin y te importa tanto como me acabas de demostrar, esfuérzate por mejorar un poco tu carácter, por mejorarte a ti mismo; no quiero recordarte el pasado pero vas por el mismo camino- no tuve como responder a eso, Namjoon parecía bastante serio.
-está bien, lo intentare...pero sin sermones, ni terapias ni esas cosas...solo ayúdame –mi maldito orgullo estaba raspando el suelo- me esforzare en escucharte- Namjoon sonrió con una mediana victoria, sólo gruñí ante su actitud infantil.
-está bien, te ayudare poco a poco- la mirada de Namjoon aún me preocupaba, no se veía tranquilo- hay más cosas de las que debemos hablar pero...por hoy es mejor dejar así...
-bien me retiro entonces, estaré pendiente si algo surge- Salí lo más rápido que pude del edificio para tomar aire, las palabras de Namjoon habían sido muy afiladas para mi gusto.
Empecé a conducir directo a mi oficina, apenas consciente del camino pues seguía dándole vueltas al mismo tema en mi cabeza: ¿enamorado yo?
-detective Min, lo estaba esperando, necesitamos hablar- la voz de Jung Kook me sorprendió apenas me baje del carro ¿Por qué todo el maldito mundo quería hablar hoy? Lo seguí al cuarto de utilería, donde hablábamos las cosas privadas.
-Señor, llegaron los resultados de las pruebas forenses, el arma homicida presenta dos tipos de huellas diferentes, unas fueron identificadas como las huellas de Park Jimin, las otras no tienen relación en la base de datos. Eso exime a Taehyung como sospechoso- cuando nombro a Jimin me sentí helado, esto se ponía más serio cada día.
-¿Qué sugieres?- preguntó cauteloso.
-he estado pensando mucho y tengo una sospecha, cabe la posibilidad de que el asesino este frente a nosotros jugando con nuestras mentes, sea más astuto de lo que creemos y tenga la capacidad de manipular y dominar a quienes tiene alrededor, Taehyung se culpó obviamente por proteger a alguien, dentro de mis sospechas ese alguien es Jimin, todas las pruebas apuntan a él, solo que es difícil considerar su participación por su estado mental, pero ¿y si es una fachada? ¿Si manipulo al joven Kim para culparse? Puede estarnos engañando y caímos en sus redes- mi alma me abandono por completo, Jung Kook era demasiado inteligente y con intuición aguda, ¿cómo carajos se volvió tan bueno?... Ok no esperaba menos de mi aprendiz, pero justo ahora deseaba que fuera un completo imbécil, mediocre, ojalá con algún retraso, pero No! Me estaba jodiendo con una maldita posibilidad tan real y palpable.
-es....una increíble teoría- fue todo lo que alcancé a susurrar.
-¿detective? ¿Se encuentra bien? Está pálido, ¿ha desayunado? Hace cuánto que no duerme- negué ante la preocupación de mi joven colega. En realidad estaba algo mareado pero nada grave.
-solo es un bajón de azúcar, antes de sacar conclusiones, quiero investigar más, no podemos dejar cabos sueltos, si hay huellas sin identificar, hay alguien más que estuvo en ese lugar, necesitamos saber quién es...- recuperé mis fuerzas y estabilidad mental- investiga a los herederos del señor Park, sus conexiones, socios, cualquier cosa sospechosa debe ser investigada- le ordene.
-sí señor, no olvide el informe para el fiscal- salimos del pequeño cuarto siendo cuidadosos- almuerce por favor y descanse un poco- la rapidez y vitalidad Jung Kook me hacían sentir un anciano.
Este definitivamente era un día de doble mierda.
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