OCHO

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    — ¡Aquí está su pedido! —. Ryo sonrió y dejó un par de cafés y rebanadas de pasteles en la mesa, con un leve rubor en sus mejillas, porque no importaba cuántos años llevará trabajando allí, Ryo seguiría avergonzandose por hacer esto.

    Los clientes le sonrieron encantados y le agradecieron, Ryo hizo una reverencia y se fue a la cocina para dejar la bandeja.

    Ryo observó al personal de cocina, en especial a un rubio de cejas raras en forma de remolino, bueno, solo una se veía, pues todo el otro ojo estaba cubierto por un flequillo.

    Ryo sonrió emocionado mientras lo miraba cocinar, no por nada el rubio era el chef que más admiraba y el cual ahora era su mentor, cuando Ryo empezó a trabajar aquí en preparatoria, fue solamente para conseguir dinero, porque no tenía nada que hacer en realidad, en ese momento, Ryo no sabía que quería estudiar en un futuro, por lo que al llegar aquí, ver al rubio cocinar, probar su comida y ver cómo él era feliz con recibir un simple cumplido como "¡Está delicioso", hizo que el corazón de Ryo de un vuelco.

    Ryo supo que quería ser un Cheff tan genial como lo es Sanji.

    ¿Hace cuánto fue eso?

    Aún recuerda con vergüenza y nostalgia cuando le preguntó al rubio para ser su "Mentor", Sanji había reído y con una gran sonrisa le había dicho que sí (a pesar de que en realidad sólo trabajaba de medio tiempo en el café, porque en realidad es un Cheff principal en un restaurante), aunque escuchó un susurro de lamento porque no era una linda señorita. Decidió ignorar aquellos y centrarse en su felicidad del momento.

    Su sonrojo aumentó cuando recordó el tiempo en donde el rubio le gustaba.

    'Que vergüenza...'

    Es que Ryo no podía evitar pensar, "¡Es tan genial!", Con el simple hecho de verlo tan feliz haciendo lo que más le gustaba, era razón suficiente para pensar que era sumamente lindo.

    Ryo lo observaba constantemente, con admiración y amor, ambos por igual, pero el rubio no lo notaba, además de que había un pequeño detalle que interfería en gran parte como para alejarse del rubio y ni pensar en hacer un movimiento.

    Sanji era un amante de las mujeres.

    Ryo sabía que lo peor que podía pasarle en el ámbito amoroso, era enamorarse de un Hetero, y mucho más si este demostraba a cada momento su amor por las mujeres.

    Ryo decidió rendirse con él.

    Fue una mala desición.

    Gracias a Sanji, Ryo supo que el amor era más fuerte de lo que creía, después de todo, aquel rubio que sufría derrames nasales con solo ver un escote, ahora estaba perdidamente enamorado de un marimo con apariencia de gángster. Aunque demostraban su amor a su modo. Gracias a Sanji, Ryo supo que debía luchar por su amor.

    Ryo hizo un solemne boto a ya no rendirse, lo desalentaría un poco si era Hetero otra vez, pero daría lo mejor de si mismo cuando alguien le interese.

    Y bueno, funcionó, Ryo, muy en el fondo, pensó que en realidad no funcionaría. Ahora su novio era alguien que antes, al igual que Sanji, amante de las mujeres (mejor dicho, de los senos, lo cual tal vez era peor), ¡Pero Ryo no se rindió y conquistó a su sexy morenazo!

    Tintin...

    La campanita de la puerta sonó, y Ryo rápidamente se levantó, acomodó su uniforme y aclaró su garganta.

    — ¡Bienvenidos! —. Sonrió y vió a dos morenos entrar, uno de cabello verde y otro con un gorro blanco de motas negras.— ¡Zoro-san, Torao-san! ¡Qué raro que vengan un día entre semana!

Strawberries And Cigarettes 💦|| AkaFuri ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora