Cinco años después.Emilio.
—¡Papá, despierta! —gritó Sofía mientras jalaba mi brazo— ¡Papi, vamos a desayunar!
Desperté rápidamente y sonreí al ver a mi pequeña niña con su cabello lleno de rizos y esponjadito. Tal como se ponía mi cabello al levantarme de la cama.
—¿Y si primero me abrazas, mi amor? —pregunté al verla.
Sofi sonrió rápidamente y me abrazó amorosamente. Amaba que le dijera palabras como "mi amor" o "princesa." Y lo sabía porque notaba ese brillo en sus ojitos cada que le decía esas palabras tan bonitas.
Sofía era una pequeña niña de cinco años que había llegado a nuestras vidas cuando sólo tenía tres añitos. Era una niña que había sido abandonada siendo sólo un bebé, en la puerta de un orfanato.
Después de nuestra boda, Joaquin y yo fantaseábamos con tener un bebé. Sabíamos que el tema de la adopción en las familias homo parentales era un poco más complicado que en una pareja heterosexual. Pero al tener tanta esperanza y deseo en tener un bebé, se nos había cumplido.
Después de muchos meses de estar insistiendo, nos aprobaron la solicitud de adopción y pudimos adoptar a la pequeña Sofi.
Sofía era bastante parecida a nosotros. Me resultaba impresionante como se parecía a Joaquín en su carácter y en sus largas pestañas. A Joaquín le parecía tierno que se pareciera a mí en el cabello rizado, el sentido del humor y los labios delgaditos. Y cada vez nos convencíamos más de que bailaba igual de bien que yo.
Amaba a mi niña con todo el corazón. Siempre le decía a Joaquín que no había nada más que amara tanto en el mundo como a nuestra niña y él.
Tanto los padres de Joaquín, como los míos, estaban encantados con la pequeña. Mamá amaba hornear galletas y cocinar con Sofía y papá amaba tanto a Sofi que estaba dispuesto a ver todos los días la película de Moana. No importaba si ya la había visto más de diez veces, disfrutaba ese momento con Sofi como si fuera la primera vez.
Me levanté de la cama y tomé la mano de Sofi para bajar las escaleras. Caminamos hasta la cocina y sonreí al ver a Joaquín sirviendo el desayuno.
—Buenas noches. —dijo sarcásticamente al verme.
Sonreí divertido y me acerqué a él.
—Muy gracioso, Bondoni. —dije.
Lo tomé de la cintura y lo acerqué a mí para besarlo.
—Ay, qué bonito. —susurró Sofi al vernos.
Nos separamos con una sonrisa y me acerqué a Sofi para depositar un beso en su mejilla.
Entre Sofi y yo pusimos la mesa y minutos después nos sentamos los tres a desayunar.Amaba compartir aquellos momentos con mi familia. Me sentía tan completo y tan feliz.
Amaba ver lo mucho que disfrutaba Sofi al pasar tiempo con Joaquín y amaba ver los ojitos de amor con los que Joaquín miraba a nuestra pequeña.—¿Papi hoy tienes trabajo? —me preguntó Sofi.
Asentí rápidamente y le sonreí. Aquel Sábado tenía una presentación en un programa de espectáculos y después de eso tenía que ir a la fundación a afinar algunos detalles para unos talleres que daríamos.
El descanso después de mi boda había durado seis meses. Seis meses en los que había centrado toda mi atención en la fundación, en mis amigos y familiares, en mi bonito esposo y en mí. Pero después de esos seis meses, no había parado de trabajar. Tanto en mi carrera musical como en proyectos de la fundación.
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Cambios. | Emiliaco
Fiksi PenggemarSegunda Temporada de "El niño de la sonrisa bonita." Siete años han pasado desde que Emilio decidió vencer todos sus miedos y seguir a su corazón. El estar con Joaquín ha sido todo un camino de altas y bajas, pero sin duda ha sido la mejor decisió...