— ¿Qué carajos? — murmuro.
Ella ríe graciosamente y se burla - ¿Que haces tú?
- Mamá...
-¿Hijo? - devuelve y empieza a reír como una desquiciada.
Deja al perro en el suelo y se acerca a mi dándome un fuerte abrazo.
- No pensé que llegarías tan rápido... ¿Te trajeron?
- Si, hay un chico nuevo que vive por aquí.
- Ya.
- ¿Me dirás qué le hacías al pobre Bastian?
- Nop, ven a comer.
Ambos caminamos a la cocina, ella lava sus manos y yo me siento en el mesón. Empieza a servirme un plato enorme de comida y lo deja frente a mí. Mi estómago ruge y empiezo a comer.
- ¿Como te fue? - pregunta sentándose frente a mi.
- Como siempre - digo con la boca llena - aburrido, ya te dije que los chicos y yo no quedamos en el mismo salón pero el chico nuevo, el que me trajo si quedó, quizás hablemos o algo.
- Jumm.
- ¿Que? - la miro sin dejar de comer.
- Nada - responde, pero vuelve a hacer el mismo sonido.
- Ya dilo mamá.
- ¿Y cómo van las cosas con Aaron? ¿Lo viste? ¿Estudian juntos?
Pregunta y me tenso de pies a cabeza, ella aún no sabe lo que pasó. Ni yo lo sé muy bien.
- Nada, quedamos en el mismo salón, como siempre, no voy a hablar con él.
- Bien - se levanta y sale de la cocina.
Miró extrañado el lugar por donde se fue y sigo comiendo.
🎶🎵🎶
La música es mi hogar. Siempre lo he dicho y siempre lo diré.
El momento en el que empiezas a tocar, cada nota se complementa con la otra de una manera... Que no sé cómo describir.
Cuando la música empieza a sonar, llenando cada espacio del lugar y abrazando cada fibra de tu cuerpo... Es genial. Solo te centras en eso, no existe nadie mas aparte de el instrumento, los sonidos y tú.
Cada sonido es diferente, cada uno con un propósito, que al ser escuchados juntos se vuelven magia.
Te desconectas del mundo para sumergirte en otro donde no piensas nada que no sea las notas, no sientes nada más que la música, no escuchas nada más que tu propia alma siendo reflejada a través de sonidos y sensaciones.
O al menos así me siento yo.
El piano es uno de los instrumentos que más me gustan, hubo un tiempo en el que me sentía perdido, no era bueno en casi nada, pero el piano fue mi escape. Me sumergía tanto en la melodía cada vez que tocaba que sabía que era para mi, no me importaba nada más, no sentía nada más que la música fluyendo a través de mi.
No tengo una canción en específico, he aprendido muchas pero ésta, ésta siempre será mi favorita.
Cierro mis ojos y empiezo a tocar Seven Years de Lukas Graham, presiono suavemente cada tecla del piano como si mis dedos estuvieran danzando de un lado a otro.
Estoy en el salón de música de la escuela, cada que tengo tiempo libre, vengo aquí.
Canto y toco la canción completa.
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Nuestro Pequeño Espacio [editando]
Teen Fiction¿Has pasado por esos amores adolescentes donde crees que todo durará y luego, de un momento a otro las cosas acaban y no queda otra cosa que seguir? De eso trata esta historia, de la que aún no sabemos el final. La música es amor buscando palabras...