Salimos de la escuela y nos dirigimos a un lugar, un tanto apartado para que Marc pueda orinar, el dichoso lugar, es el inicio de un bosque detrás de la casa de unos extraños.
Este tipo de situaciones es lo que las películas de terror nos enseñan que debemos evitar.
– Me sigo preguntando - hablo llamando su atención - ¿Por qué no en la escuela? O al menos esperar a llegar a la casa de John.
– Porque a Marce le asusta - dice Sasha.
– Si, me asusta quedarme encerrado en ese lugar solo por ir a mear, además en la casa de John tendré que esperar para usar el baño, aquí no.
– A fingir chicos - dice y pongo los ojos en blanco.
Estiro mi mano a Sasha y él sonríe.
– Ya verás que funciona, los hombres son estúpidos y por lo que me han contado, él lo es bastante los celos van a ganarle en cuanto nos vea, aunque para serte sincero, me parece bastante tóxico. Deberías cuidarte de personas donde veas la mínima señal de alarma, nada bueno sale de ese tipo de relaciones.
Lo miro mientras nos acercamos a la puerta de la casa, suena bastante serio sobre el tema cosa que me hace pensar que quizás habla desde la experiencia.
– ¿Cual será su apodo? – pregunta Marc divertido, sacándome de mis pensamientos.
– ¿Amorcito? - dice el otro siguiéndole el juego.
- ¿Cariñito? ¿Esparraguito?
- Esparraguito me gusta para Jonah, la verdad estás algo... debilucho.
- Jódanse.
Ellos rien y entramos a la casa, la música junto a los diferentes olores nos envuelve, en unos minutos voy a estar quejándome por el dolor de cabeza. Caminamos evitando el resto de personas que a pesar de haber llegado temprano, el lugar está demasiado lleno.
Me tenso y aprieto mi agarre en la mano de Sasha, cosa que él nota porque me mira de reojo dándome una sonrisa tranquilizadora. Llegamos a la cocina donde vemos a Abby hablando con John.
- ¡Hola! - grita Marc por encima de la música.
Ellos nos miran y Abby sonríe saludándonos a cada uno con un abrazo. Nos mantenemos hablando durante un rato, cuando alguien la empuja, haciendo que el vaso de refresco caiga al suelo, menos mal no le ha caído en la ropa, se agacha para recoger el vaso y al volver a enderezarse, su mirada se fija en mi mano siendo tomada por Sasha. Sus ojos van de nuestras manos a mi rostro y le doy una sonrisa que devuelve antes de disculparse alejándose.
Después de pasar un rato bebiendo junto a John otros conocidos que se sumaron al grupo, los chicos y yo nos reunimos en un pequeño pasillo vacío para "repasar el plan", aunque solo es un momento donde los gemelos prácticamente obligan a Sasha cuidarme y decir que simplemente los busquemos si sucede algo.
Los vemos desaparecer antes de que Sasha se gire hacia mi extendiendo su mano en mi dirección.
– ¿Bailamos? – me pregunta con una sonrisa en su rostro y es difícil decirle que no cuando sonríe.
Hay algo en Sasha que te hace confiar en él apenas lo ves, es como su don, así sucedió cuando nos conocimos por primera vez y sigue pasando.Tiene un efecto en mi que me tranquiliza y hace desaparecer cualquier emoción o sentimiento negativo.
Respondo a su sonrisa asintiendo con la cabeza y tomando su mano ambos nos acercamos a la pista de baile improvisada cuando Maniac de Conan Gray empieza a sonar. No sé qué clase de baile estamos intentando hacer porque un momento estamos abrazándonos, otro momento saltando y al otro solo riéndonos mientras jalamos los brazos del otro.
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Nuestro Pequeño Espacio [editando]
Teen Fiction¿Has pasado por esos amores adolescentes donde crees que todo durará y luego, de un momento a otro las cosas acaban y no queda otra cosa que seguir? De eso trata esta historia, de la que aún no sabemos el final. La música es amor buscando palabras...